13 noviembre 2007

5 años para asesino de choroico

[Los Ángeles] Mató a agricultor en conflicto por límites de tierra. Cinco años de cárcel para homicida de Choroico.
Presidio menor en su grado máximo fue la sentencia decretada por el tribunal oral de Los Ángeles para Manuel Jesús Cea Viveros, tras ser encontrado culpable de asesinar de un disparo de escopeta a su vecino, hecho ocurrido en octubre del 2006 en la precordillera nacimentana.
El tiempo que le resta para completar cinco años –ya ha pasado algunos meses en prisión preventiva- deberá cumplir tras las rejas Manuel Jesús Cea Viveros.
Así lo comunicó el sábado el tribunal oral de Los Ángeles, que a mediados de la semana pasada había juzgado a este sujeto domiciliado en el sector de Choroico (precordillera nacimentana) por dar muerte de un certero disparo de escopeta a un vecino agricultor, de nombre Claudio Benito Castro Parra, con quien mantenía una agria y prolongada disputa. El origen del conflicto, según narró durante la audiencia de juicio el imputado, obedecía a la diferencia de opinión respecto al punto exacto que delimitaba sus terrenos, circunstancia que los había enfrentado verbalmente en varias ocasiones.
Es más, de acuerdo a lo expresado por un testigo, el condenado tenía amenazado de muerte a la víctima y a su padre. "El problema era por las líneas de la propiedad. Varias veces, el Jesús había dicho que mataría al Claudio o al papá, hasta que se salió con la suya", relató el declarante en esa oportunidad.

Fin de la Disputa
El 6 de octubre de 2006, Cea Viveros encontró a su adversario cortando un árbol de hualle, en el espacio que él entendía como parte de su propiedad. La víctima pretendía colocar allí unas estacas para marcar la frontera, luego que –aseguraron familiares del asesinado- el homicida quemara por enésima vez las líneas divisorias de las propiedades.
El victimario, que solía portar una escopeta calibre 28 al cinto, tomó el arma y apuntó a Castro Parra. El occiso lo habría desafiado a que le disparara, y éste lo hizo sin dudar, desde unos 10 metros, una sola vez, según confirmó el perito balístico.
El especialista explicó que este tipo de arma, a esa distancia, es de "alto poder de fuego". Cada cartucho contiene unos 100 perdigones, y sólo 10 de estos elementos bastan para matar a una persona, indicó.
Tras concretar su acto, Cea Viveros escapó del sitio del suceso, dejando abandonada a su oponente, quien murió a raíz de un "traumatismo toráxico abdominal complicado, provocado por un disparo de escopeta".
Fueron varias lesiones en la región anterior del tórax y del abdomen, las cuales le perforaron el corazón, ambos pulmones y el hígado y que, en definitiva, le provocaron el deceso. El médico que practicó la autopsia al cadáver, explicó que habría sido muy difícil salvar la vida de Castro Parra, dada la complejidad de sus heridas.

El Fallo
En vista de los antecedentes presentados, reconocidos por el propio inculpado ante la policía y el tribunal, el trío de magistrados compuesto por Pamela Pino, Marcela Norris y Pablo Freire habían determinado la culpabilidad del acusado, quien no presenta antecedentes penales anteriores.
Esa atenuante y la colaboración prestada por el victimario a lo largo del proceso, fueron acogidas por la justicia. No así la reparación celosa del daño causado, también planteada por la defensa, luego que Cea Viveros depositara dinero en una cuenta bancaria para la familia del fallecido.
De esta manera, el monto de la pena que deberá completar será de 5 años de cárcel efectiva (sin beneficios), periodo al que se le restará lo ya cumplido en prisión preventiva, alrededor de seis meses.
[13 de noviembre de 2007]
la tribuna]

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