Confesiones de Cupertino Andaur

[Santiago] El asesino y violador del niño Víctor Zamorano Jones se encuentra preso en el módulo de los narcos. Sacó el cuarto medio y contó a La Nación que quiere rendir la PSU para estudiar electricidad de automóviles.
Cupertino Andaur tiene 59 años y los últimos 17 los ha pasado tras las rejas por el homicidio con violación del niño Víctor Zamorano Jones, ocurrido el 30 de diciembre de 1992, en Lo Curro.
Fue condenado a muerte, pero en 1996 el entonces Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle le conmutó la pena capital por presidio perpetuo.
La Nación Domingo publicó ayer que Gendarmería recluyó a Cupertino Andaur en el módulo "Beta" de Colina 2, junto a los condenados por narcotráfico, para resguardar su integridad física. Hoy entregamos la entrevista que nos dio en ese penal.

¿Cómo han sido estos años en Colina 2?
En términos de salud, malos, porque me dió un infarto el año 2003. Estuve hospitalizado 15 días y de ahí que estoy con tratamiento. Pero en cuanto al trato, no tengo problemas con los funcionarios. Yo respeto a todo el mundo y me respetan. Nunca he tenido problemas.

¿Y con el resto de los internos del módulo?
A mí me respetan y el que se pase de listo conmigo Yo soy un choro antiguo, un ladrón antiguo. Que me haya equivocado, todos nos podemos equivocar. Pero eso no significa que la gente me vaya a pasar a llevar.

Ahora a la distancia, ¿qué piensa del crimen que cometió?
No me gusta hablar de eso, ¿para qué, poh? Ya está todo oleado y sacramentado.

¿Lo viene a ver su familia?
Sí Estoy trabajando acá, tengo por lo menos para mis gastos. Trabajo en lavado de ropa, tengo lavadora y secadora. Gano más o menos como 160.000 pesos mensuales y tengo un ahorro. He ahorrado más de tres millones de pesos. Y con una casa que vendí en Talca sumé 12 millones más. Quedé viudo y la vendí.

¿Ayuda a su familia?
Sí, a mi hermana y a mi sobrino.

¿Y sus hijos?
Nunca más supe de ellos. Cuando caí preso, se terminó todo. Nunca me vinieron a ver. Se cortó todo tipo de relación con ellos.

¿Cómo es su rutina?
Me levanto a las 8 de la mañana, tomo desayuno, a las 9 pasan la cuenta, bajo al baño a lavar, donde tengo la lavadora, después plancho y así todo el día lo mismo.

¿Cuánto cobra?
Cobro por prenda, $300 un bluyín, $200 una camisa Ésa es mi empresa, lavado y planchado.

Todos Iguales
¿Ha estado en las peleas de Colina 2?
Sí, en el módulo 3. Ahí tuve problemas, pero felizmente no pasó a mayores. Lo pude controlar. A las personas hay que hablarles, yo primero les hablo, les digo. Si no entienden, bueno Yo respeto a todo el mundo. Para mí aquí no hay choros ni vivos ni giles. Aquí son todos iguales. Somos presos.

¿Usted siempre fue delincuente?
De niño, desde los 9 años. Empecé como todos, a garrapatear cosas en la calle, para comer primero, después ya le tomé el valor a las cosas y las empecé a vender y así va uno metiéndose en el mundo delictivo.

¿Estudió alguna vez?
Tengo cuarto medio, lo hice acá y este año rindo la PSU. Cuando salga, quiero estudiar electricidad de automóviles. Con eso voy a subsistir, ya sé algo, sé bastante. Me falta un cartoncito, nada más.

¿No piensa que va a morir acá adentro?
No, nunca me he puesto en esa posibilidad. Yo pienso una cosa: si mi destino está en que salga, voy a salir, se oponga quien se oponga. Cuando me condenaron a muerte, ocho personas dijeron que tenían que matarme. Y aquí estoy, vivito y coleando.

¿Algún mensaje para la familia del niño Zamorano Jones?
Que me perdonen nomás, poh. Estaba mal. Que me perdonen, si es que pueden.

Cupertino Andaur actuó con tres cómplices en el crimen. José Cárdenas murió en Colina 1 de neumonía. En ese mismo penal se encuentran Miguel Rodríguez, condenado a 20 años, y Carlos Castro, también sentenciado a perpetua.
[Claudio Leiva Cortés]
[15 de junio de 2009]
[©la nación]