[Santiago] Tras ser indicada como la autora intelectual del crimen de Diego Schmidt-Hebbel. Tía de novia de joven asesinado bajo custodia de Gendarmería.
Este lunes se le imputará el delito de autora mediata de homicidio a María del Pilar Pérez, quien estaría tras los hechos en que murió el hijo de un ex gerente del Banco Central. Se decretó la reserva de la investigación por 40 días para resguardar las diligencias.
Como autora mediata del homicidio del ingeniero comercial Diego Schmidt-Hebbel será formalizada el lunes la arquitecta María del Pilar Pérez López, tía de la novia del joven que perdió la vida el martes pasado en el marco de lo que parecía ser un trágico robo frustrado y ahora se vislumbra como una tétrica trama de celos y ambiciones.
Aunque el estado de semiinconsciencia en que se encuentra la mujer -tras intentar quitarse la vida con fármacos, minutos antes de ser detenida por la Brigada de Homicidios (BH)- impidió que se le imputaran cargos en el Hospital Salvador, en el cual está internada, donde permanecerá vigilada día y noche por personal de Gendarmería.
La jueza Natacha Ruz decretó la ampliación de su detención hasta el lunes, día en el cual los médicos estiman podrá responder si entiende la participación que le atribuye la Fiscalía Oriente en el delito, lo que es un acto esencial para seguir con la investigación en su contra sin caer en vicios procesales.
La detención de la arquitecta se produjo la noche del jueves luego de que José Mario Ruz Rodríguez (44) -asesino confeso de Diego Schmidt-Hebbel reconociera en una segunda declaración que el móvil no sólo era el robo sino que -por encargo de la mujer, previo pago de 500 mil pesos- debía asesinar a Agustín Molina Mirabel, padre de María Belén, la novia del malogrado ingeniero.
Los Nexos
María del Pilar Pérez conoció a José Ruz cuatro años antes a través de un primo y socio en el negocio de los café con piernas, Mario Silva. Ella habría informado a Ruz de la rutina de la casa de su hermana Gloria (madre de María Belén). Trascendió que la motivación para el crimen estaría basada en conflictos económicos entre ambas familias, ya que Agustín Molina administraba la herencia que les dejó al fallecer el padre de las mujeres, el español José Pérez Pérez. Se trata de una veintena de inmuebles ubicados en el sector de Seminario con Rancagua (Providencia), entre los que destacan una panadería y pastelería además de varios departamentos.
Para resguardar la indagatoria se decretó ayer la reserva de la carpeta de investigación, pues quedarían aún diligencias esenciales.
La detención de la mujer causó conmoción no sólo por el giro policial que sufrió el caso, sino porque además abrió numerosas interrogantes sobre el homicidio de su ex marido Francisco Zamorano (58), quien fue ejecutado de un balazo en la nuca, junto a su pareja homesexual Héctor Arévalo, en abril pasado.
El doble crimen ocurrió también en Providencia, a sólo cuadras de donde vive la mujer y su sobrina María Belén Molina. Por esos asesinatos está formalizado Claudio Soza Zamorano (75), primo de una de las víctimas, quien primero confesó su autoría en los hechos, pero luego se retractó de sus dichos aludiendo demencia.
Interrogada
Lo cierto es que la mujer durante las primeras pesquisas del doble homicidio fue interrogada en calidad de testigo.
Ahí le preguntaron por su relación con su ex marido, la cual ella describió como normal. Sin embargo, la familia de Claudio Soza -el inculpado- insistía en que la mujer debía estar detrás del crimen, pues llevaba una muy mala relación con su otrora cónyuge por temas económicos y porque -según confidenciaron cercanos a la pareja- ella nunca superó que su esposo hubiera cambiado su tendencia sexual.
El Ministerio Público acotará diligencias sobre el crimen de Schmidt-Hebbel y luego cotejará todos los datos necesarios entre ambos crímenes para establecer si la mujer tuvo o no participación "intelectual" en las intrincadas tramas.
Sospecha de Vecinos
Vecinos del sector donde vive María del Pilar Pérez y donde murió el joven ingeniero la calificaron como una mujer ambiciosa que siempre tuvo roces con Agustín Molina, rencillas que el barrio presenció muchas veces pues ambas familias viven colindantes. "Esto se veía venir"; "Era seguro que ella algo tenía que ver en este crimen", eran los comentarios que se repetían ayer entre los vecinos de calle Seminario.
[Leslie Ayala Castro]
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