[Punta Arenas] No quiere vivir bajo el mismo techo. Niña de 12 años denunció a su mamá porque le pegó y le tiró el pelo. Madre lloró durante la audiencia y, aunque admitió los golpes, dijo que sólo actuó en su papel de progenitora.
"Lo ocurrido debe dejarle una lección, por más que un hijo le falte el respeto, no se puede reaccionar golpeándolo". Con estas palabras dirigidas a la imputada, el juez de Garantía, Juan Olivares Urzúa, ponía fin a una audiencia que nuevamente abordó el drama de la violencia intrafamiliar. Claro que esta vez con ribetes distintos: una joven madre había sido detenida y puesta a disposición del Tribunal, denunciada por su propia hija de 12 años de edad.
Los hechos sucedieron el miércoles alrededor de las 22 horas en una vivienda del pasaje Caffarena, sector Río de la Mano. Carabineros respondió al llamado de una menor que aseguraba haber sido agredida por su madre. Minutos después la mujer, de poco más de 30 años de edad, era detenida. Ayer, cerca de las 14 horas fue pasada a la sala del Juzgado de Garantía.
Los antecedentes expuestos en audiencia dieron cuenta que en medio de una discusión la imputada procedió a golpear a su hija en el rostro y a tirarle el pelo. La menor resultó con erosiones, que en el contexto de violencia intrafamiliar constituyen lesiones menos graves.
Posteriormente, la menor abandonó el domicilio, y se dirigió a la casa de una amiga.
En Medio de las Lágrimas
La mujer se expresó en audiencia. Profundamente afectada, relató que el inicio de la discusión tuvo que ver con su necesidad de ir al hospital (es insulino dependiente) y a una reacción violenta por parte de la menor. "Fue ella quien me pegó y yo lo único que hice fue defenderme. Luego arrancó, fue donde su papá (quien vive en el mismo domicilio pese a estar separado de la mujer) y él le dijo que llamara a Carabineros".
Ya en medio de lágrimas, sostuvo que la acción sólo tuvo que ver con su rol de madre y a poner freno a la reprochable actitud que su hija ha venido manifestando desde hace algún tiempo. "Sale a la una de la tarde del colegio y recién aparece en la casa a las ocho de la noche", citó a modo de ejemplo.
Posteriormente, se mencionó que la niña no quiere regresar a su hogar, rechaza permanecer bajo el mismo techo de su madre y que hoy se encuentra bajo la protección de otras personas. El caso ya está en manos del Tribunal de la Familia.
En lo netamente judicial la Fiscalía solicitó por este caso de lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar una pena de 540 días, más las accesorias de prohibición de acercarse a la víctima. Sin embargo, al admitir su participación la imputada deberá pagar una multa de dos UTM (74 mil pesos) y no podrá acercarse a su hija ni al domicilio que fije la menor, al menos por el plazo de un año.
Con respecto a la multa, la imputada puede cancelar hasta en seis cuotas. De no hacerlo, arriesga 10 días de reclusión.
Finalmente, la mujer -aún con lágrimas- fue puesta en libertad. El juez Olivares Urzúa le aconsejó permanecer tranquila, entregándole una palabra de aliento: "a lo mejor con el paso de los días, del tiempo, se puedan arreglar las cosas".
El nombre de la madre se mantiene en reserva para proteger la identidad de la menor de edad.
[25 de julio de 2009]
[©prensa austral]
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