19 abril 2008

Piden 15 Años para Asesino

[Punta Arenas] Crimen ocurrió en las afueras del hotel Cabo de Hornos. Madre de la víctima Marcelo Balcázar, María Angélica Cárcamo, aún no se repone de la trágica muerte de su hijo. Pide penas mayores.
Si el fiscal Felipe Aguirre Pallavicini logra acreditar que la muerte del estudiante universitario Marcelo Balcázar, de 21 años, que en agosto del año pasado estremeciera a la comunidad magallánica, fue producto de un homicidio calificado, cada uno de los autores de este hecho de sangre podría recibir una condena de 15 años de cárcel.
Aguirre cerró la investigación judicial y presentó en el Juzgado de Garantía la acusación en contra de Michael Bruce Salamanca Torres, Javier Eliseo Ampuero Aguila y Luis Andrés González Donicke, alias ‘Tin Tin', acusados todos como autores del crimen del estudiante Marcelo Balcázar, y actualmente recluidos en el complejo penitenciario de Punta Arenas.

Homicidio
Impacto causó en agosto del año pasado el deceso del joven estudiante de la carrera técnico en medicina veterinaria de la Universidad del Mar, ultimado frente a la Plaza de Armas (en las afueras del Hotel Cabo del Hornos).
En su presentación, el fiscal remonta lo ocurrido a las 3,45 horas del día 25 de agosto de 2007 cuando Marcelo Balcázar caminaba en compañía de su polola Carolina Pino Chodil. Lo hacían por calle Pedro Montt, de playa a cerro, tras haber ido a bailar a la discotheque ‘El Templo'. En los momentos que llegaban a la esquina de calle Magallanes, frente a la plaza Muñoz Gamero, con la intención de abordar un taxi colectivo, la pareja fue interceptada por el trío.
La investigación del fiscal concluyó que el primero en acercarse a Balcázar fue Javier Ampuero, quien procedió a exigirle dinero y ante la negativa reaccionó en forma violenta, extrayendo de entre sus ropas un arma cortante. Y aunque la víctima logró defenderse de la primera agresión, no correría igual suerte con la posterior intervención de Salamanca y González quienes lo golpearon violentamente con puños y pies, hasta hacerlo caer al suelo.
A esas alturas la víctima ya estaba sin posibilidades de reaccionar y de defensa. Y en el suelo vendría el remate final, en los instantes que Michael Salamanca sacó un cuchillo y apuñala certeramente, con una profunda estocada en la zona del cuello, a su víctima. "Mientras proseguían con la agresión los imputados Salamanca y González, con múltiples golpes de pies y puños dirigidos a la zona del abdomen y genitales de la víctima, incorporándose en la agresión el imputado Javier Ampuero, quien asimismo procedió a golpear con puntapiés en la zona del abdomen y genitales al afectado".
No contentos con esto, Salamanca Torres remató a la víctima con su arma cortopunzante, profiriéndole una herida penetrante en la zona del glúteo derecho.
A raíz de la agresión, el estudiante universitario resultó con "una herida cortopunzante cervical con sección de vías aéreas y grandes vasos, con compromiso de vía aérea y vascular; una herida corto punzante de glúteo derecho y una contusión abdominal y escrotal hemorrágica, presentando abundante pérdida de sangre, entre otras, en las zonas del peritoneo, vejiga y testículos, las que le provocaron, en conjunto con la herida cervical antes señalada, una hemorragia masiva aguda, un schok hipovolémico y la muerte a las 4,50 horas aproximadamente, en las instalaciones del Hospital Regional".
Por las circunstancias que lo rodearon y características, el fiscal a cargo considera este hecho de sangre como un homicidio calificado, en grado de consumado, para el cual está solicitando 15 años de cárcel para cada uno de los tres imputados.

"Un Dolor Que No Tiene Remedio"
María Angélica Cárcamo, madre del estudiante asesinado, no encuentra consuelo. Han transcurrido ocho meses de este fatal hecho, pero la tranquilidad aún no llega a su corazón. Es un dolor desgarrador que la acompañará por siempre, "porque la pérdida de un hijo es un dolor que no tiene remedio", señala.
Al saber que los autores del homicidio arriesgan 15 años de cárcel, dice que si de ella dependiera los castigaría con penas mucho más duras. "Es poco todavía, aunque a mi hijo nadie me lo va a devolver", reflexiona.
Dice que para su esposo y familiares sigue siendo un golpe muy duro. "Todavía nos parece irreal todo esto, sobre todo en las mañanas, cuando nos levantamos y me parece que lo vamos a ver. Igual que en las noches, cuando él llegaba a la casa", manifestó esta afligida madre.
[19 de abril de 2008]
prensa austral]

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