Le Hundió Cuchillo en el Corazón

[Chiloé] Murió por estocada al corazón. El responsable del letal ataque con arma blanca arriesga una pena de 8 años de presidio mayor en su grado mínimo.
La ineludible evidencia testimonial y pericial presentada se convirtió en la base que avaló la responsabilidad de un campesino en un sangriento asesinato cometido a plena luz del día, en la isla Lín Lín, de la comuna de Quinchao. Seis certeras estocadas, una de ellas en el corazón, recibió la víctima que agonizó por unos minutos antes de fallecer en el Hospital de Achao.
En audiencia de veredicto realizada la tarde de ayer en el Tribunal Oral en lo Penal de Castro, Luis Armando Rivera Rivera (64) fue condenado como autor del delito de homicidio simple, perpetrado en una leñera posterior del mercado San Francisco de la apartada ínsula.

Intención
Los hechos se registraron el 23 de noviembre del año pasado, en los momentos que el acusado permanecía bebiendo en el lugar con un amigo. Tras encontrarse con José Arturo Huenchur Caicheo (55), lo atacó con un arma blanca de 12 centímetros de hoja, "con la clara intención de causarle la muerte", indicó el fiscal Christian Allen, quien instruyó la causa.
La agresión, como señaló Vanessa Pérez, defensora del agricultor, habría constituido una consecuencia de una embestida previa. "(El imputado) Se defendió con el cuchillo, por lo cual no existió un dolo directo, más bien eventual. Su ánimo era lesionar a la víctima, nunca matarla", enfatizó.
A pesar de los antecedentes expuestos por la abogada, la sala presidida por la magistrado Angélica Monsalve no acogió la tesis, acreditando el carácter homicida de las heridas.

Fallo
La sentencia contra el hombre de campo será entregada este lunes, para la cual su representante solicitó la consideración de las atenuantes de irreprochable conducta anterior -reconocida por el Ministerio Público- y la de colaboración sustancial en la investigación de los hechos.
Sin embargo, Allen, que pidió una pena de 8 años de cárcel, se opuso a esta última modificatoria, recalcando que existieron otras pruebas, más allá de las declaraciones del campesino, que permitieron avalar los cargos.
"Un testigo sorprendió en situación de flagrancia al imputado, atacando a la víctima", aseveró el jurista, añadiendo que el arma "no fue entregada por el acusado" y que las ropas que se presentaron como evidencia en el juicio fueron proporcionadas por su cónyuge a petición de los efectivos policiales. "Es decir, la colaboración no fue directa", acotó.
[2 de julio de 2009]
[©estrella de chiloé]