Colectivero Asesinado Dejó Carta

[Santiago] Sospechosa niega haber mandado matar al taxista de Peñaflor. Colectivero dejó misteriosa carta antes de ser asesinado.
Víctima tuvo un altercado callejero con una conductora de línea rival y denunció amenazas de muerte. También dejó una misiva con nombres de los presuntos responsables de una eventual venganza.
Una misteriosa carta con el nombre de la persona que habría ordenado su eliminación dejó el colectivero Sergio Sepúlveda Uribe (56), asesinado por una supuesta venganza.
La sospechosa del crimen, conductora de una línea rival con quien la víctima tuvo un altercado callejero, negó su participación en el hecho.
El cadáver de Sepúlveda Uribe, conocido chofer de la línea Los Gárgolas de Peñaflor, apareció el domingo en el callejón Quitalmahue, en Puente Alto. El mismo lugar donde en marzo de 2006 el cuidador de una parcela, don Juanito, halló los restos descuartizados del joven Hans Pozo.
Precisamente esa misma persona encontró el cuerpo de Sepúlveda, atado de pies con cinta de embalaje, en el fondo de una zanja de 10 metros de profundidad, destinada a un colector de aguas lluvia para el sur de la capital. La causa de muerte sería un traumatismo craneano sufrido en la caída, lo que implica que lo arrojaron vivo.
La víctima se golpeó contra unos enormes tubos de cemento, por lo cual quedó con múltiples fracturas. Aunque sólo estaba atado de pies, no se descarta que lo hubiesen amarrado de manos para darle una golpiza antes de arrojarlo. Sin embargo, es algo que deberá aclarar el fiscal Patricio Vergara, de la Fiscalía Sur.
La Fiscalía Occidente, por su parte, tomará la otra arista de este brutal homicidio. El vehículo de la víctima apareció, el mismo domingo, incendiado en San Bernardo. Este hecho, las distancias entre una comuna y otra y la zanja usada para abandonar el cuerpo hacen presumir una fría planificación.
Las sospechas apuntaban ayer hacia Luisa Pulgar, conductora de la línea Horizonte Sur, con quien en marzo Sepúlveda tuvo una discusión por pasajeros. Ambos manejaban sus respectivos vehículos y por un adelantamiento imprudente, se originó el violento altercado. "Fue una discusión de colectiveros. No tengo nada que ver en su muerte", afirmó la mujer.

Constancia y Carta
Sin embargo, según los familiares, la mujer amenazó de muerte a Sepúlveda y le advirtió que "le enviaría a sus hermanos". El colectivero dejó una constancia en Carabineros de Peñaflor y también una carta "por si algo malo le pasaba a él o su familia".
La última vez que lo vieron con vida fue el sábado a las 21:30, cuando conducía su vehículo. Previamente, tras almorzar, a las 16:30 horas llevó a su cónyuge, Isabel Sandoval, al supermercado. Luego se fue a trabajar y no regresó. Sus familiares lo buscaron por las postas y hospitales, hasta que se descubrió su asesinato.
Los restos de Sergio Sepúlveda Uribe permanecieron hasta ayer en la mañana en el Servicio Médico Legal. Su funeral se realizará hoy en el Cementerio de Peñaflor. Uno de sus hijos, Marco, viajó desde Suecia para asistir al último adiós de su padre. La misteriosa carta está en poder de la Brigada de Homicidios.
[Claudio Leiva]
[29 de abril de 2008]
[©la nación]

Brutal Asesinato de Taxista

[Santiago] En el mismo lugar donde aparecieron restos de Hans Pozo. Brutal asesinato de taxista: lo tiraron vivo a zanja.
Desconocidos los amarraron de los pies y lo arrojaron atado a un hoyo de 10 metros de profundidad. Más tarde quemaron el automóvil de la víctima quien estaba amenazado de muerte.
Algo maldito debe tener el callejón Quitalmahue, de Puente Alto, que atrae a los peores crímenes. En marzo de 2006, en este camino de tierra ubicado al final de Santa Rosa, donde casi termina la capital, aparecieron los restos descuartizados de Hans Pozo. Ayer un hombre fue salvajemente asesinado en el mismo lugar.
Alrededor de las 9 horas, un habitante de este sector semirrural halló el cadáver de un hombre al fondo de una zanja de 10 metros de profundidad por 3 de ancho. La enorme abertura está destinada a un colector de aguas lluvia y la rodean maquinarias y tubos de cemento en cuyo interior podría caminar una persona.
El cuerpo quedó de tal manera entre la pared de tierra y una de estas enormes estructuras, que el difícil rescate duró hasta pasado el mediodía. Al principio se pensó que podía ser un accidente, pero cuando se descubrió que el cadáver tenía los pies firmemente atados con cinta de embalaje, quedó en evidencia que se trataba de un brutal asesinato.
Los primeros peritajes de la Brigada de Homicidios (BH) determinaron que la víctima es Sergio Sepúlveda Uribe (50), casado, 4 hijos, domiciliado en Peñaflor y que murió por múltiples lesiones, al parecer provocadas por la caída. Se ganaba la vida como taxista y su vehículo apareció incendiado en San Bernardo, por lo que se estima que fue usado en el crimen.
La policía también consignó que Sepúlveda Uribe no registra antecedentes delictuales, aunque su familia informó a los detectives que él estaba amenazado de muerte, supuestamente por elementos del hampa. Además de su actividad como taxista, la víctima era un conocido jugador de cacho de Peñaflor, distante a varios kilómetros de Puente Alto.
Justamente lo extenso del trayecto entre una comuna y otra hace presumir que los asesinos tenían todo planificado y que buscaron de manera premeditada este apartado lugar para ajusticiar a Sepúlveda Uribe. La última vez que su familia lo vio fue en la tarde del sábado, cuando salió desde su domicilio en calle Miguel Ángel, en la Villa Romero 3.

Lo Arrojaron Vivo
El fiscal a cargo del caso, Patricio Vergara, dijo que las pericias preliminares indican que Sepúlveda fue arrojado aún vivo a la zanja y que falleció en el lugar, debido a los politraumatismos. Sin embargo, no se descarta que la víctima haya sido golpeada previamente y luego lanzada al enorme agujero en la madrugada de ayer.
"Las circunstancias del hecho no son incompatibles con un robo -añadió el fiscal-, pero todo hace presumir que se trata de algo más grave. El homicidio presenta características de un ajusticiamiento por motivos que aún se desconocen. Al parecer, la víctima estaba con vida cuando lo lanzaron y murió por los diversos traumatismos que sufrió en la caída".
En este exacto punto del callejón Quitalmahue, en marzo de 2006, otro habitante del sector encontró la cabeza, los brazos sin manos y las piernas sin los pies de Hans Pozo Vergara, el joven de 20 años asesinado y descuartizado, al parecer, por el funcionario municipal Jorge Martínez, quien posteriormente se suicidó.
[Claudio Leiva Cortés]
[28 de abril de 2008]
[©la nación]