29 noviembre 2006

duelo mortal en prostíbulo

Archivos del crimen. Claudio Macías, el ‘Chico Claudio', bajó a dos rivales en medio de juerga en 1967. Mortal duelo de delincuentes en prostíbulo por las atenciones de ‘La Armandina'. La rivalidad entre el trío y Macías se hizo sentir desde que atravesó el umbral de la puerta. La madrugada del 9 de julio de 1967 se presentaba heladísima, al igual como en los dos meses que la precedieron, lapso en el que más de cincuenta personas, especialmente pobres, habían muerto por la ola polar que azotaba a Santiago.
Uno de los ‘refugios' predilectos para choros y gañanes era un lúgubre prostíbulo ubicado en Hurtado de Mendoza 1469, conocido como ‘La Armandina'. Se trataba de un viejo edificio en una calle corta, a un costado de la Estación Mapocho, que al caer la noche era guarida de la delincuencia de esos años, pese a estar a pasos del cuartel general de la Policía Civil.
Hasta el lugar habían llegado Eliseo Gómez Vásquez (49), con ficha por tráfico de drogas, y su hijo, Nelson Gómez León (29), un ‘dandy' de la bohemia santiaguina que en más de una ocasión había protagonizado escándalos que lo llevaron a prisión. Estaba casado con una bailarina a la que abandonó en Perú y acá, a punta de pistola, se llevó de la otrora famosa boite Mon Bijou a la bailarina Gaby Nelson.

Brígido
Los acompañaba Hernán Bustamante (47), ‘El Nano', dueño del ‘Bar 69', enclavado en el barrio París-Londres, que por aquella época estaba invadido de criaturas de la noche.
Luego aparecieron Claudio Macías Ramírez (27), ‘El Chico Claudio', reconocido lanza y traficante de cocaína, y otros hampones.
El lote no fue bien mirado. Había celos originados en las especiales atenciones que recibía Macías de parte de la regenta del lenocinio, Armandina Rodríguez Iturriaga (48), y también de las asiladas.
Pero todos habían sido recibidos en los antiguos sofás, los que, pese a tener alguna picadura de polilla, igual servían para que las chicas regalonearan a sus invitados, los que saciaban la sed y el hambre de amor al contado si eran ‘afuerinos', o a crédito, si eran ‘de la casa'.
La rivalidad entre el trío y Macías se hizo sentir desde que éste último atravesó la puerta. La tensión comenzó a subir en el lugar y aunque las chicas intentaban entibiar la noche, lo único que lograron fue que, bajo los papelillos de droga y el copete, estallara uno de los más sangrientos duelos de los que se tuviera conocimiento en los bajos fondos.

La Reyerta Se Zanjó A Balazos
‘El Chico Claudio' hirió mortalmente a Eliseo Gómez y a Hernán Bustamante, mientras que Nelson Gómez fue herido en su antebrazo izquierdo. El sobrino del último, Jorge Gómez Reyes, quien también estaba en el lupanar, resultó ileso.
Macías huyó rápidamente del lugar. El doble homicida estaba en la portada de todos los diarios, por lo que se convirtió en el sujeto más buscado por la policía.
Se habló de que algunas amigas lo habían refugiado en Valparaíso, pero el temor a ser ajusticiado por sus rivales lo llevó a entregarse nueve días después.
La fría confesión del gatillo loco que dejó al pelería en el barrio Mapocho: "Me tiré al suelo y disparé: Tenía certeza de que había matado a dos de ellos..."
La investigación fue asumida por el comisario de la Brigada de Homicidios, Ramón Villarroel, quien rápidamente estableció cómo habían sucedido los hechos y logró la confesión del detenido, quien se quebró al momento de reconocer toda su participación en el doble crimen.
La dureza del homicida había cedido ante la verdad y el miedo de encontrarse solo ante sus enemigos, quienes, intuía, lo esperarían en algún lugar para saldar cuentas.
En todo momento afirmó que había actuado en defensa propia.
"Ellos me quisieron asesinar. Si no obro tan rápidamente, tal vez habrían conseguido el objetivo", dijo.
Relató que "Bustamante y Eliseo Gómez estaban rabiosos de celos. Ellos supieron que la Armandina era mi amiga íntima y que me protegía en su casa".
Agregó que "decidieron acabar conmigo. Sólo buscaban una justificación para que más tarde alegaran que actuaron en defensa propia".

La Patá
Sobre cómo se sucedieron los hechos, explicó que "en la madrugada del domingo (9 de julio) llegaron todos juntos a Hurtado de Mendoza. La Armandina estaba conmigo en el salón cuando irrumpieron armando alboroto. 'El Nano' fue el primero en buscar la camorra. Comenzó a alegar que le habían robado un papelillo. Me puse en guardia y tuve el presentimiento de que esa era la voz de partida para asesinarme".
"Vi al 'Nano' meterse la mano en el bolsillo y no esperé un segundo. Me tiré al suelo y desde ahí disparé. La pelea se había terminado. Tenía la certeza de que había matado a dos de ellos, entonces entregué el arma a la Armandina y me fui de allí antes que llegara la policía".
Armandina, las asiladas y 'El Nano' fueron detenidos, pero luego quedaron libres. El local siguió a duras penas hasta que se quemó una década después.
[Marcelo Romero G.]
[29 de noviembre de 2006]

la cuarta]

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