[Chiloé] En un caso delictual inédito, no por la extrañeza en su comisión, sino por la instancia judicial a la que llegó, un trabajador fue condenado por el Tribunal Oral en lo Penal de Castro por el millonario hurto de choritos, desde un centro de cultivos de Queilen.La sala integrada por las magistrados Loreto Yáñez, Angélica Monsalve y Erika Stillner, acreditaron el audaz atraco cometido entre agosto y octubre de 2005, en la localidad de Paildad.
De acuerdo a la acusación, Carlos Mallagaray (45), habría aprovechado su permanencia en la planta como cuidador, después que el responsable de la misma, en este caso la víctima, abandonó el lugar por motivos laborales que se concentraban en Puerto Varas.
En esa instancia, como informó el fiscal Daniel Alvarado, quien sustanció las pesquisas indagativas de la causa -llevadas a cabo por la Bicrim de Castro-, el supuesto vigilante habría sustraído aproximadamente "30 toneladas de choritos, avaluadas en unos tres millones de pesos".
Evidencia
Después de la prueba presentada, especialmente testimonial y pericial, se logró confirmar que el sujeto sustrajo la carga a través de vehículo pesados, recibiendo la ayuda de otros trabajadores, que actuaron sin conocer las intenciones ilegales del acusado. "Pensaban que se había adelantado la cosecha, por lo que intervinieron de buena fe", se destacó.
La contundencia de las evidencias presentadas en el juicio, que sólo se prolongó por una jornada, permitió a las juezas desvirtuar el principio de inocencia que amparaba a Mallagaray, declarándolo culpable del ilícito.
"Se solicitó una pena de cuatro años de presidio menor en su grado máximo contra la persona, especialmente avalada por el monto del hurto", aseveró el fiscal Alvarado.
[28 de noviembre de 2007]
[©estrella de chiloé]
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