[Chillán] Presidio perpetuo para ‘violador del centro'. Tal vez siempre lamentará Gustavo Padilla Rivas, la noche del 23 de septiembre del año pasado. Hasta ese día había concretado una seguidilla de asaltos a mujeres que transitaban solas a esa hora de la noche alrededor del centro de Chillán.
Y aquella medianoche decidió seguir con su impune acción. Se encontraba en la Avenida Libertad esquina Yerbas Buenas, cuando se abalanzó sobre una mujer de 28 años a quien abordó por la espalda y tomó fuertemente por la espalda.
Mientras la intimidaba con un cuchillo y forcejeaba con su víctima, apareció un vehículo de detectives, que lo detuvo en el acto.
Su víctima resultó ser esta vez una policía encubierta, quien intentaba recrear cada uno de los tres asaltos anteriores que calzaban con la descripción de Padilla, un ex trapecista circense y ex trabajador en un matadero, quien fue condenado ayer por el Tribunal Oral de Chillán a cadena perpetua por cuatro asaltos a mujeres, dos de ellas con violación y abuso sexual de por medio y donde también se incluyó la intimidación contra la funcionaria policial.
Regresaban del Trabajo
Padilla era un itinerante que se desempeñaba como trapecista en un circo. En uno de sus viajes, recaló en Chillán. "Aquí conoció a su pareja , dejó el circo y se fue a trabajar a un matadero", indicó el fiscal a cargo de la investigación, Juan Rohr.
Bajo de estatura y delgado, estampa que simula sus 40 años, Padilla heredó de sus ex trabajos dos destrezas vitales para cometer sus delitos: Una felina reacción para abordar a sus víctimas y el manejo de arma blanca para intimidarlas. Así cometió sus tres asaltos antes de ser aprehendido.
Los otros tres asaltos anteriores, ocurrieron todos de la misma forma. Pasadas las 23 horas, intimidando a mujeres jóvenes quienes regresaban de su trabajo a pie, desde céntricas multitiendas.
En dos de esos casos, tras detener a sus víctimas, una en la esquina de calle Sargento Aldea y El Roble, y la otra en El Roble con Independencia, llevó a las mujeres hasta un sitio eriazo en calle Yerbas Buenas. A la primera violó, mientras que a la segunda realizó tocaciones en genitales y senos.
Por estos hechos, el fiscal Juan Rohr pidió la pena máxima, cadena perpetua calificada, la que fue concedida por el tribunal, conformado por dos mujeres, las magistradas Claudia Montero y Marcela Ramírez, junto a Gonzalo Bustos.
[27 de septiembre de 2007]
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27 septiembre 2007
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