Disparó contra Su Hija y Se Mató

[Punta Arenas] Tragedia en el barrio croata. Padre balea a su hija y se suicida. Alumna de tercero medio del Colegio Británico recibió cinco disparos.
"Me dispararon, por favor ayúdenme". No había tiempo que perder, los minutos eran cruciales para lograr salvar la vida a la joven de 17 años que aún reflejaba el dolor y el horror del que había sido víctima momentos antes.
Sólo había que actuar, las reflexiones vendrían luego. La ambulancia llegó en un abrir y cerrar de ojos para trasladar a la menor herida junto a su madre.
La mujer -una transeúnte- que prestó la primera ayuda a Ignacia Turrieta Valenzuela recuerda que a eso de las 13,20 horas vio cómo la adolescente intentaba salir de su hogar. Se arrastraba, con la sangre impregnando su uniforme de colegio, con lágrimas recorriendo su rostro y apenas balbuceando palabras de auxilio.
Una hora después la vivienda de calle Maipú (entre Quillota y Caupolicán) se encontraba acordonada, con fuerte resguardo policial y con funcionarios del Laboratorio de Carabineros trabajando en el sitio del suceso.
El fiscal Eugenio Campos se constituía en el lugar y tras sus primeras diligencias entregaba como antecedentes que se había encontrado a una joven herida fuera del domicilio y que al interior yacía el cuerpo sin vida de un hombre mayor de edad.
Luego, se excusaba de entregar detalles de la identidad y del posible parentesco de ambas personas.

Luego de una Discusión
Con el paso de las horas y en medio de una serie de especulaciones se obtenían mayores antecedentes del hecho.
Había sido luego de una discusión en que el hombre identificado como Jorge Enrique Turrieta Herrera (53 años) tomó un arma, una pistola semiautomática de 9 milímetros e inmediatamente abrió fuego. Se estima que fueron más de 10 los disparos; una bala habría quedado sin percutar.
Cinco proyectiles dieron en la joven, quedando tres alojados en su cuerpo (rostro, tórax y abdomen).
Posteriormente, el hombre se dirigió a uno de los dormitorios, mientras su hija se arrastraba hacia la puerta y la madre, Cynthia Valenzuela (funcionaria civil de Carabineros), salía en busca de ayuda. Segundos después el sonido de una última bala rompía el silencio. Turrieta Herrera se había disparado dejando de existir de forma instantánea.
Personal del Gope se constituyó en el lugar pasadas las 13,45 horas luego de una llamada recibida en la Central de Carabineros. La sangre que manchaba la cerámica color café a la entrada de la vivienda y dos agujeros (puerta y ventana) probablemente producidos por impacto de proyectil, eran una clara señal de que había algo grave.
Segundos después los funcionarios policiales constataban que el cuerpo de un hombre se encontraba sobre el suelo de uno de los dormitorios. Al parecer, Turrieta Herrera se había sentado, colocando su espalda contra la pared y accionado la pistola con el cañón dentro de su boca.
Las diligencias en el sitio del suceso se extendieron hasta las 18 horas, cuando se levantaron las últimas pruebas (mediciones, muestras de sangre, fotografías, etc.) y el cuerpo fue trasladado hasta el Servicio Médico Legal.

A la Hora del Almuerzo
Pese a la danza de especulaciones que surgieron ayer, lo cierto es que la discusión surgida al interior del grupo familiar se desarrolló a la hora del almuerzo. La joven estudiante había salido a las 12,30 horas de su colegio, The British School, y a las 14 horas debía estar de regreso para cumplir con una jornada de ensayo en su rol de integrante del coro de la obra ‘Cats'.
Su padre, Jorge Turrieta Herrera, había integrado la escuadrilla Escorpiones (1975 - 1977) de la Fuerza Aérea de Chile y actualmente era propietario de una empresa dedicada al lavado de automóviles.
[Gerardo López]
[21 de octubre de 2008]
[©prensa austral]