22 octubre 2008

Secuestrado Apareció en Arica

[Arica] El estudiante estuvo más de dos días inconsciente y fue auxiliado por un peruano que sintió compasión.
La fiscalía investiga el extraño caso de un estudiante de primer año de Derecho de la Universidad Central, de Santiago, hermano de una funcionaria del Poder Judicial de la Región de la Araucanía, quien dijo a la policía haber sido secuestrado el viernes en la capital, y fue encontrado semidesnudo por un peruano el domingo pasado en Arica.
La presunta víctima de plagio, identificada como Miguel Ángel González Montecinos (21), contó que fue introducido en un pequeño automóvil negro, a la altura de la estación Toesca del Metro, por tres desconocidos que le hicieron beber una pócima con la que perdió el conocimiento.
Un ciudadano peruano residente halló al estudiante sólo con jeans, descalzo, el torso desnudo y sin consciencia de tiempo ni espacio, en las cercanías del Terminal Rodoviario de la ciudad, a las 21.30 horas del domingo.
El extranjero accedió a relatar su experiencia con el joven, pero pidió la reserva de su identidad.
Contó que alrededor de sus muñecas tenía una cinta adhesiva de embalaje, como si hubiese sido maniatado.
No recordó marcas físicas de golpes en el muchacho.
Al parecer la víctima fue abordada después de salir del campus universitario y visitar un cajero automático.
Esta recordaría a sus captores, a uno de los cuales habría visto antes en las cercanías de la universidad.

Fiscalía Investiga
El caso fue acogido por el fiscal de turno, Richard Toledo, quien ordenó diligencias a la Brigada de Homicidios.
El universitario quedó a cargo de ariqueños que tienen un grado de cercanía con sus padres, sin embargo, se desconoce si se materializó su regreso a la Región Metropolitana.
La investigación policial está rodeada de un fuerte hermetismo, no obstante, el Ministerio Público confirmó la existencia de una orden indagatoria.

Ayuda
Dos aspectos llaman poderosamente la atención del testimonio del peruano: el alto grado de credibilidad que dio al relato del estudiante y la fuerte preocupación policial que captó en torno al caso.
Se cree que el secuestrado despertó o tomó conocimiento de su estado en los alrededores del Terminal Rodoviario, pues el extranjero lo encontró fuera de un local de telefonía e internet ubicado detrás del Shopping Center del Pacífico, por la avenida Santa María.
El inmigrante, quien a esa hora llamaba a su familia en Perú, sintió compasión por el desconocido con aspecto de drogadicto y vagabundo después que fue ahuyentado de la puerta del establecimiento.
"Se sentó en la acera y se puso a llorar. Me conmovió bastante, me acerqué", dijo.
Inició un diálogo con el joven, consultando primero por su nombre.
"¿Dónde estamos?", preguntó el muchacho a su interlocutor, el que respondió "en Arica".
El estudiante reaccionó con sorpresa y más llanto: "¡No, cómo!".
Incluso, pensó que estaba en Viña del Mar, al parecer, debido a la cercanía que ofrece ese puerto con Santiago.
La descripción del peruano es categórica: "Lo vi bien... sus facciones... y no se veía como un drogado".
"¿Qué necesitas, qué quieres?", le preguntó y el desconcertado respondió: "Quiero ir donde un carabinero; los carabineros... ¿dónde quedan?".
El residente enfatiza que: "Me di cuenta que era un niño de bien y que no estaba mintiendo".

Comisaría
Tras cubrirlo con su chaqueta, lo acompañó en un taxi colectivo a la Primera Comisaría de Carabineros.
Pese a que en un principio la guardia adoptó el caso con una actitud un tanto desganada, ésta cambió rotundamente al darse cuenta de su parentesco con una funcionaria de la justicia.
Una serie de llamadas telefónicas desde y hacia Santiago y la evidente preocupación del personal policial, revelaron al testigo que no estaba frente a un caso ordinario.
Estuvo hasta más allá de la medianoche en la unidad y recobró la libertad de acción sólo después que llegó una mujer para hacerse cargo del extraviado y éste fue enviado a constatar lesiones a la Unidad de Emergencia del Hospital Doctor Juan Noé.
Entre otras cosas, se percató que Miguel Ángel pudo hablar con su familia por teléfono y que ésta se llevó una enorme sorpresa al enterarse de su paradero.
Escuchó decir que nadie echó demasiado de menos al estudiante en casa, porque éste acostumbra juntarse los fines de semana con los amigos, pero aclaró que ésta, evidentemente, no parecía una de esas ocasiones.
[César Rozas]
[22 de octubre de 2008]

estrella de arica]

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