[Punta Arenas] Asesinó a un pasajero. Colectivero dijo que actuó enceguecido. Juan Andrade Unión confesó haber perdido el control al golpear a la víctima con un fierro. Pedro Ulloa, hermano del fallecido, pide que se haga justicia. Los antecedentes que la Brigada de Homicidios investigó sobre el asesinato de un joven trabajador a fierrazos en la vía pública, fueron tan contundentes que el juez de garantía Juan Villa no titubeó ayer al momento de enviar a prisión al único inculpado. Menos cuando ni la defensa de Juan Luis Andrade Unión se opuso a la solicitud del Ministerio Público en cuanto a que la libertad del imputado constituía un peligro para la seguridad de la sociedad.
Ayer se realizó la audiencia en la que el fiscal Felipe Aguirre le comunicó a Andrade Unión que iniciaba una investigación en su contra por el delito de "homicidio calificado en grado de consumado", dejando expresa constancia del actuar con alevosía.
El hecho de sangre comenzó a gestarse en la madrugada del jueves, cuando los hermanos Francisco y Pedro Ulloa Navarro abordaron en Armando Sanhueza con Independencia un taxi colectivo de la línea 800 para irse a su casa, en villa Aves Australes.
Según los antecedentes que entregó en la audiencia el fiscal, el vehículo de transporte público era conducido por Juan Andrade. Eran poco más de las 4 de la mañana y en el asiento delantero viajaba una amiga del conductor. Unas cuadras más adelante, a la altura de Magallanes y José Menéndez, se subió otro tercer pasajero, que igualmente iba rumbo a Aves Australes.
La frase que dentro del vehículo pronunció Francisco Ulloa, y que posteriormente le costaría la vida, fue "cálmate, si no llevai animales", recriminación que le costó por ir conduciendo tan rápido. "Acá soy yo el que manejo", recibió como respuesta del chofer. Luego vendría un segundo llamado de atención.
Como la situación no varió en nada, y siguieron discutiendo, cuando iban llegando a Condell con Avenida Frei, la víctima le habría dicho al colectivero: "Si eres tan choro... bájate".
Se Fueron a las Manos
Allí ambos se desafiaron a pelear y se dieron un par de manotazos. También bajó el hermano menor, pero intervino para llevarse a su casa a Francisco.
Cuando los hermanos emprendían el regreso a su hogar, el colectivero abrió el maletero del auto para sacar el fierro del gato hidráulico. Cuando los pasajeros se vieron en inferioridad de condiciones, salieron huyendo. Uno lo hizo por Avenida Frei y el otro, Francisco, se ocultó en un sitio cercano.
El conductor volvió al auto, guardó el fierro al lado de la palanca de cambios, y fue a dejar al pasajero que le quedaba a la villa Aves Australes.
Cuando regresaba por Condell se encontró con el pasajero con el que había tenido el pugilato, quien terminaría convirtiéndose en su víctima fatal. El chofer volvió a tomar el fierro y se bajó a enfrentarlo, dándole una brutal golpiza. Los golpes doblegaron rápidamente a Francisco Ulloa, quien cayó al suelo. Los fierrazos que recibió en la cabeza lo dejaron agónico. Múltiples fracturas de cráneo terminaron con su vida. En una ambulancia del Samu fue trasladado al Servicio de Urgencias del Hospital Regional, donde poco después dejó de existir.
Mientras tanto, el colectivero siguió su recorrido y fue a cargar combustible a la estación de servicio ubicada en Avenida Bulnes, frente a la villa Torres del Paine. En ese lugar lavó el fierro, aún impregnado con sangre de la víctima, y continuó trabajando.
Involucrado en Otros Hechos
Este no es el primer episodio de violencia para el imputado, ya que registra una condena anterior por lesiones graves en un accidente de tránsito, donde agredió al otro conductor. Además, tiene otras dos detenciones por manejo en estado de ebriedad y otra por daños.
En las declaraciones que Juan Andrade entregó a Investigaciones, reconoció haberse enceguecido y que perdió el control cuando golpeó al pasajero.
Pide Justicia
El hermano de la víctima fatal, Pedro Ulloa, aún está choqueado por la situación vivida, en la que se salvó milagrosamente de ser golpeado tan brutalmente como Francisco.
Ayer quiso estar en la audiencia de control de detención, donde con rabia debió resignarse a observar la comparecencia de quien diera tan brutal muerte a su hermano mayor.
Al retirarse de los Tribunales solamente pidió que se haga justicia, junto con sentirse más tranquilo al ver que el agresor fue enviado a prisión. Al menos por los dos meses que se fijaron para el cierre de la investigación.
Los restos de Francisco Ulloa Navarro comenzaron a ser velados ayer en la que fuera su casa habitación en calle Los Petreles, en la villa Aves Australes.
[4 de noviembre de 2007]
[©prensa austral]
03 noviembre 2007
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