30 diciembre 2007

10 Asaltos y Secuestros en 5 Meses

[Santiago] Prófugo por el crimen de ejecutiva cometió 10 asaltos y secuestros en cinco meses.
Luis Araya protagonizó la serie de delitos entre septiembre de 1997 y febrero de 1998. Fue condenado a 20 años de cárcel, pero la Corte de Apelaciones de Santiago le rebajó la pena a la mitad, argumentando que podría rehabilitarse. En febrero de este año obtuvo la libertad y ahora figura como el presunto autor del secuestro y asesinato de María Soledad Lapostol.
Diez robos con intimidación, entre septiembre de 1997 y febrero de 1998, cometió Luis Andrés Araya Galaz (32), principal sospechoso del secuestro y asesinato de la ejecutiva María Soledad Lapostol Luco (55), hallada con cuatro tiros en la cabeza el 21 de diciembre en el jeep que estaba vendiendo. En febrero último Araya dejó la cárcel tras recibir una rebaja de condena por buena conducta.
La forma de operar de Araya ha sido siempre la misma: llegar a interesados en vender sus vehículos. Los encañona, esposa y obliga a sacar dinero desde cajeros automáticos. Este modus operandi es conocido como el ‘paseo millonario' en el mundo delictual. La modalidad la repitió el 20 de diciembre, cuando pasó a buscar a su lugar de trabajo en Las Condes a la ejecutiva, quien estaba vendiendo un jeep de propiedad de un amigo. La mujer fue maniatada y al día siguiente apareció asesinada. Con sus tarjetas de crédito el delincuente habría realizado dos giros.
Por los 10 robos con intimidación Araya y su cómplice César Osorio fueron condenados el 24 de mayo de 2000 a 20 años de cárcel. Pero en diciembre de ese mismo año la Corte de Apelaciones de Santiago dejó la pena en 10 años y un día. El fallo eliminó la participación de Araya en dos delitos por falta de pruebas. Además, se estimó que los condenados eran "personas jóvenes, sin antecedentes anteriores, con recomendaciones variadas y positivas de la comunidad (...) Todo lo cual permite abrigar buenas esperanzas de rehabilitación; pese a la gravedad y reiteración de los delitos".
Algunas de las 10 víctimas señalan que Araya siempre actuó acompañado de un cómplice. Uno de los asaltos por el que el delincuente fue absuelto fue el secuestro y robo cometido en Rancagua en contra de Alejandro D.R. en febrero de 1998. La víctima se contactó con Araya, quien se mostró interesado en comprar su vehículo, fue encañonada y obligada a realizar retiros por $ 400 mil desde diversos cajeros automáticos.

Víctimas
En septiembre de 1997, Luis Araya fue al departamento de Christian Bogsted para ver el vehículo Hyundai Accent que este tenía en venta. A la semana siguiente Araya lo llamó nuevamente: "Me dio una dirección para que nos juntáramos con el mecánico. Me dijo que diéramos una vuelta para probarlo y ahí me encañonaron", recordó Bogsted, quien estuvo cinco horas en poder de los delincuentes.
"Me revisaron la chequera, vieron tres tarjetas y me dijeron que tenía que dar las claves. Ahí estuvimos dando vueltas. Me esposaron en el asiento trasero del auto y dimos vueltas por Santiago, recorriendo cajeros del banco". Agregó que "decían que me iban a tirar al canal San Carlos y se burlaban cuando pasaban al lado de las comisarías, se reían mucho".
Otro caso fue el de A. A. M., quien recuerda que Araya apareció en su local de arriendo de autos con el pelo teñido rubio y lentes de contacto verdes. Lo acompañaba su "socio" César Osorio, quien casi no hablaba. Araya estaba interesado en un Toyota ofrecido a través de un aviso en el diario y como al propietario le pareció que el posible cliente era una persona "educada", dice que no sospechó.
"Era como la una cuando abro la puerta de la oficina y me encañonan. Ahí me doy cuenta de que a la secretaria la tenían amordazada y con las manos amarradas atrás, y a una persona que trabajaba conmigo la tenían en el suelo, amarrada boca abajo". La víctima cuenta que Araya le dijo con calma: "A usted no le va a pasar nada. Solamente queremos conseguir plata", tras lo cual revisaron toda su oficina, apoderándose de tres tarjetas.
Un tercer delito afectó al contador viñamarino A.C.T. ¿Por qué yo?, se preguntó el 10 de octubre de 1997, mientras un sujeto de unos 20 años lo apuntaba en la cabeza dentro de su Suzuki. "Fuimos a probar el automóvil y como estaba oscureciendo les ofrecí ir a una bencinera y revisaron el vehículo. Cuando íbamos de vuelta, el más joven que iba atrás me encañonó con una pistola. Ahí sentí la muerte", recordó.

Intensa Búsqueda en la Capital
Ayer, en tanto, una persona señaló haber sido contactada por Araya los primeros días de diciembre, para comprarle un vehículo que tenía a la venta. El testigo sostuvo que Araya se subió a su auto, pero cuando supo que el móvil estaba equipado con un sistema antirrobo, el delincuente le dijo que no quería comprarlo y se retiró del lugar.
Esta madrugada, las pistas sobre el paradero del principal sospechoso gatillaron un intenso operativo policial de rastreo en la zona norte de Santiago.
[30 de diciembre de 2007]
la tercera]

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