04 septiembre 2007

violador arriesga perpetua

[Punta Arenas] Impacta caso de joven de 22 años secuestrada y agredida sexualmente. Presidio perpetuo arriesga violador. Individuo la mantuvo retenida durante más de siete horas en una casa, amenazándola con una pistola. La amarró, golpeó y luego abuso de ella.
Poco y nada le valieron a Mauricio Saúl Catalán Mansilla los ruegos al juez Pablo Miño para que no lo enviara a prisión. Los delitos que enfrenta, secuestro y violación, son de tal gravedad que arriesga penas altísimas, incluido el presidio perpetuo.
Después de que el domingo de madrugada le hiciera vivir una noche de terror a una joven mujer, en el barrio 18 de Septiembre, el fiscal Juan Agustín Meléndez lo puso ayer a disposición de la justicia.
Durante la audiencia de control de detención, Meléndez formalizó investigación judicial por secuestro y violación, conociéndose a ratos detalles estremecedores de la odisea que vivió la mujer en manos del sujeto. Incluso, las declaraciones de la propia víctima (22 años de edad) dejaron al descubierto una extraña personalidad del detenido. Trató de hacerse el desentendido frente a las imputaciones que le hacía el fiscal. Llegando, incluso, a pedir al juez ser escuchado al final de la audiencia. Algo inusual, solamente para manifestar que "yo no sería capaz de violar a una mujer".
Pero a esa altura, su suerte ya estaba echada, y los argumentos del abogado defensor, Guillermo Ibacache, no pudieron impedir la prisión preventiva.

Los Hechos que Lo Llevaron a Prisión
La investigación de la Brigada de Delitos Sexuales, más las declaraciones que tomó el propio fiscal, permiten establecer que el domingo, a la una y media de la madrugada, la víctima abordó un taxi colectivo para dirigirse a su casa.
En Juan Enrique Rosales esquina Victorino Lastarria se bajó. No alcanzó a caminar una cuadra, cuando al llegar a Martínez de Aldunate se le acercó Mauricio Catalán quien, pistola en mano, la amenazó apuntándole en la cabeza. Así la condujo por Juan Enrique Rosales hasta una vivienda interior, donde la mantuvo retenida por más de siete horas.
A partir de esos momentos la mujer comenzó a vivir una pesadilla, que se prolongó toda la noche, manteniéndola en dicho domicilio, bajo amenazas y golpes. La tortura incluyó fuertes tirones de pelo, y golpes en diferentes partes del cuerpo, llegando, incluso, a maniatarle las extremidades superiores.
Luego de esto, el sujeto la violó en reiteradas oportunidades, intimidándola en todo momento con el arma de fuego.
A juicio del fiscal, estos son hechos muy graves, que constituyen el delito de "secuestro con violación", en los cuales a Mauricio Catalán le atribuyó directa participación.
La declaración de la víctima, coincidente con lo expuesto por el fiscal, le resultó convincente al juez para dar por acreditada la existencia del delito que formalizó el Ministerio Público y por el cual ordenó el ingreso a la cárcel del imputado.
En medio de los apremios que sufrió la mujer, a ratos el agresor le ofrecía agua y le preguntaba si se sentía bien. Incluso llamó la atención cuando contó que el violador le puso una cadena de cierto valor en un bolsillo. Algo así como un regalo para ella.
Esto ratifica la doble personalidad con que actuó el sujeto. La misma que lo llevó a insistir en ser escuchado al término de la audiencia, petición que gestionó el defensor Ibacache. La tribuna la ocupó para dejar en claro que hace tiempo vino a Magallanes, desde la Región de Los Lagos, con la intención de surgir y no de crear problemas. Intentando ser lo más convincente posible, le dijo al juez Miño: "Tengo una mujer y yo no sería capaz de violar a una mujer".
La clemencia no le sirvió de mucho. El magistrado fijó un plazo de tres meses para el cierre de la investigación.

Fantasías
Como un caso policial, con ribetes muy fuertes, describió el fiscal Meléndez la agresión de la mujer. A su juicio, las lesiones que presenta (en ojos, boca, cabellera y costillas) son compatibles con el relato de la víctima. Más aún siendo que fue intimidada con un arma, recuperada por la policía. "Acá no hay ninguna fantasía", respondiendo así veladamente a los argumentos que presentó la defensa en la audiencia para impedir que su cliente fuera a prisión.
Después de tres entrevistas consecutivas con la víctima, a Meléndez no le quedan dudas sobre la violenta agresión sexual, quedando absolutamente convencido de que el secuestro y violación existió.
La pena por este delito varía entre los 15 y 20 años, pudiendo llegar al presidio perpetuo.
[4 de septiembre de 2007]
prensa austral]

No hay comentarios.: