04 septiembre 2007

absuelto de violación

[Los Angeles] Estuvo tres meses en prisión preventiva. Angelino anuncia acciones legales tras ser absuelto de cargos por violación.
Mario Ernesto Muñoz Aguilera dice estar muy molesto con la justicia y con las personas que lo acusaron de este grave hecho, por lo cual no trepidará en hacer todo lo que está a su alcance para "limpiar" su honra.
Su certificado de antecedentes aún consigna el delito por el cual fue condenado el 10 de noviembre de 2004, en una decisión emanada del Segundo Juzgado de Letras de Los Ángeles: Violación.
"Es un daño tremendo el que se me hizo y por eso no descansaré hasta limpiar mi nombre y conseguir que los que me involucraron en esto paguen", declara Mario Ernesto Muñoz Aguilera, angelino de 50 años cuya pesadilla comenzó a gestarse el 2002, cuando falleció su ex pareja, con quien convivía en un fundo del sector María Dolores. En esa casa también habitaba una pequeña nieta de la mujer, quien estaba bajo su tutela desde los seis meses de edad.
Una vez que su conviviente murió, Muñoz Aguilera decidió hacerse cargo de la niña, a esa fecha de ocho años de edad, oponiéndose de esta manera a lo solicitado por la madre de la menor, quien tras enterarse del deceso de la abuela, intentó recuperar el cuidado de su hija.
Una decisión del Juzgado de Menores, emanada casi un año después, ordenó que la pequeña, de iniciales M.L.G.M., volviera de depender de su progenitora, lo cual se materializó a fines del 2003, cuando la niña abandonó el hogar en el cual había crecido en Los Ángeles, para irse a vivir a Curicó.
Seis meses después, un llamado telefónico sorprendió a Muñoz Aguilera, ya que la madre de la pequeña le señalaba que ésta lo estaba acusando por haberla violado en varias ocasiones, durante el periodo en que su abuela estuvo enferma y también tras su defunción.
Este individuo, quien tras la muerte de su ex pareja rehizo su vida y se casó con una mujer madre de dos hijos –uno de 19 años y otro de 11- viajó hasta la Séptima Región, de acuerdo con sus palabras, "para aclarar la situación".
Allí, tal como consignó en su declaración judicial, la víctima del ultraje lo habría liberado de las imputaciones. No obstante, la madre de la niña le indicó que la denuncia ya estaba en conocimiento de la Fiscalía de Maule, organismo que había derivado los antecedentes al Segundo Juzgado de Letras de nuestra ciudad.

Existencia de Violación
Los exámenes médicos practicados en el cuerpo de la menor confirmaron la existencia de "desfloramiento", compatible con una "penetración vaginal antigua". En los peritajes sicológicos, la afectada indicó a su ex tutor y a un vecino de éste –"el flaco"-como autores de los ataques, aunque la misma evaluación añade que algunos aspectos de la declaración de M.L.G.M. fueron "dirigidos".
Con tales antecedentes, el tribunal angelino determinó someter a proceso a Muñoz Aguilera el 10 de noviembre de 2004, ordenando a su vez su prisión preventiva en la cárcel local. Dicho dictamen fue revocado por la Corte de Apelaciones de Concepción recién el 8 de febrero de 2005, lo que significó que finalmente estuviera tras las rejas durante casi tres meses.
Ése es "el mayor daño que me tocó sufrir. Estar preso por algo que no hice es algo que no se lo doy a nadie, y por eso exijo justicia", insiste Muñoz Aguilera, quien luego de ser beneficiado por la libertad provisional, debió seguir firmando mensualmente, mientras culminaba el arduo proceso.
Hace tan sólo dos meses, el 3 de julio de 2007, el tribunal de alzada penquista confirmó la absolución para el inculpado constatando que "entre noviembre de 2002 y octubre de 2003 un individuo mantuvo relaciones sexuales".
No obstante lo anterior, la culpabilidad de este sujeto en los hechos denunciados no es algo seguro pues "el único antecedente de cargo" es el testimonio de la menor, que por su "escasa edad (…) no aparece como suficiente como prueba de participación del encausado en el delito que se le atribuyó".
La segunda instancia judicial, en esa línea, desestimó los argumentos entregados por el informe sicológico, que si bien asigna al relato de la pequeña "una alta probabilidad de veracidad", "no es más que eso, esto es, sólo una probabilidad y no una afirmación de certeza que permita establecer de un modo categórico que la niña dice la verdad".
En síntesis, el tribunal estableció que no existía una convicción fehaciente de culpabilidad del acusado.
Hoy, Mario Ernesto Muñoz Aguilera dice que está esperando que su certificado de antecedentes sea "limpiado" para iniciar una nueva vida. El trámite debiera estar resuelto en pocos meses más. De la violación de esta niña, parece que nadie se hará cargo.
[4 de septiembre de 2007]
la tribuna]

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