31 enero 2008

Sequía Genera Violencia

[Ñuble] Falta de agua genera episodios de violencia en zona arrocera de Ñuble.
Eduardo Muñoz del sector Millauquén de San Carlos, zona arrocera, es la primera víctima de la escasez hídrica que afecta a esa localidad.
Cuando la falta de agua comienza a causar estragos en la agricultura, es habitual que comience una espiral creciente de conflictos entre vecinos que tratan de salvar su producción.
Con la misma herramienta que usan los regadores para conducir el agua, se suelen arreglar a palazos, en los conflictos o discusiones se producen, en las verdaderas guardias que hacen los dueños de las aguas por los canales, día y noche, para evitar robos.
Al Lalo Muñoz lo encontraron botado en el campo al mediodía, y si no es por eso se desangra. Ahora se recupera en el hospital de San Carlos, con cortes en su cabeza y fuera de peligro. Su agresor estaría detenido.
Lo anterior ilustra la desesperación que comienza a apoderarse de los vecinos de los sectores Arizona y Millauquén, al nor poniente de San Carlos, algunos de los cuales ya han debido optar por soltar los vacunos en los arrozales, a fin de aprovechar siquiera como forraje la siembra, que aún se aprecia verde y bien establecida, pero sin el espejo de agua que la debe cubrir, no tiene ningún destino comercial.
Otros vecinos de este sector, con más suerte, han privilegiado algunos de sus cultivos dejando en el abandono a otros, ya que sin riego no vale la pena seguir perdiendo el tiempo para salvarlos.
Así lo señala Daniela Contreras, que ayuda a su padre el agricultor Juan Contreras, mostrándonos un abandonado cultivo de maíz y cebollas.
Señala que la familia privilegió el arroz que es su principal fuente de ingresos. A pesar de ello, señala que su padre ya se ha resignado y que la merma de rendimiento en el grano debido a la poca agua, va a rondar el 50 por ciento.
Leonardo Rodríguez es un productor arrocero de la zona y ganadero que hoy agradece a la divinidad el haber sembrado sólo dos hectáreas. Señala que a duras penas se bate con el riego y que es la peor sequía en la década en ese sector.
Afirma que las 12 vacas que le quedan están a duras penas tomando aguas en un barrial y que pasto va quedando muy poco. Señala que necesitan con urgencia lluvia o ayuda.
Jimena Irribarra nos muestra los daños de una siembra de garbanzos al frente de su casa y dice que los dueños no están salvando ni siquiera la semilla.
Su marido trabaja en el predio Santa Isabel, al otro lado de la calle, donde se están secando los arrozales, el maíz y los kiwis. "El pozo del norte se está secando y en la casa por suerte tenemos agua para tomar".
Hugo Labra Muñoz, recién operado de várices, no está tranquilo y no precisamente por su post operatorio. Tiene sesenta hectáreas sembradas a medias de arroz, de las cuales ya se han perdido 5 y aún queda todo febrero.
Con suerte cree que va sacar la mitad del rinde que esperaba.
Este cuadro ocurre en lo que sería como el epicentro de la sequía en la zona, pero en general la situación afecta principalmente a los regantes del río Ñuble que dependen de la nieve en cordillera. En la medida que avance el verano, de no haber precipitaciones y perdurar el calor extremo, la zona de sequía se va a ir extendiendo y causando estragos en este año en que los agricultores estimulados por los buenos precios, sembraron más que nunca.
Aún no se ha dimensionado con claridad la magnitud de la situación, pero algún grado de optimismo hay entre los agricultores por el anuncio entregado por la ministra de Agricultura, Marigen Hornkohl, que considera a la Octava Región entre las siete del país que se encuentran con Escasez Hídrica, lo que podría significar ayuda que mitigue el problema que se avecina.
Por lo pronto se señala que hay posibilidades de que Indap aplique sus políticas de siniestralidad debido a los efectos climáticos, lo que implica que se podría caducar los créditos solicitados para cultivos que resulten dañados.
Otra medida que ya está en aplicación más al norte, zona que está en real emergencia, es la entrega de forraje, ya que las praderas son las que han resultado más resentidas.
En la medida que persiste la falta de precipitaciones, esta situación se extendería a toda esta zona.
En Ñuble ya habría problemas serios de forraje en el secano interior, en tanto que con el pasar de los días el problema también se comienza a hacer presente en el secano de la precordillera.
[30 de enero de 2008]
la discusión]

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