[Los Ángeles] Fue asesinado a hachazos y posteriormente lanzado a un pozo. Comienza juicio por cruento homicidio de agricultor yumbelino.
Dos imputados por este caso, uno en prisión preventiva y el otro sujeto a arresto domiciliario, arriesgan penas de 7 años y 5 años y un día respectivamente. Crimen fue cometido en mayo de 2006.
A las 9 horas abrirá sus puertas la sala del tribunal oral de Los Ángeles en la que se llevará a cabo el juicio contra una pareja de presuntos criminales. Los sujetos están acusados de dar muerte de un modo bestial a un campesino, a quien le habrían propinado siete ‘hachazos', escondiendo luego su cadáver, el que supuestamente lanzaron después a un pozo ubicado en el domicilio de la víctima.
El móvil del asesinato es una de las grandes dudas que rodea a este caso, en el cual el Ministerio Público ha establecido la participación de dos amigos quienes, a su vez, eran cercanos a la víctima, un hombre identificado como Carlos Córdova Gacitúa.
De acuerdo a lo investigado por la fiscalía, los hechos se habrían producido en un sector rural de Yumbel, llamado popularmente como Callejones de Río Claro. Allí vivía la víctima, un individuo de 54 años que habitaba su casa sin más compañía pero quien, sin embargo, era bastante conocido por el resto de los lugareños.
Macabra Jornada
Siguiendo la exposición de la fiscalía yumbelina, un día de mayo de 2006, Córdova Gacitúa recibió la visita de dos amigos, señalados en el expediente como Juan de Dios Córdova Cabezas y José Faustino Morales Castro.
Tras estar algunas horas con el occiso, Córdova Cabezas habría procedido a agredirlo, valiéndose en ese afán de un hacha que se encontraba en la propiedad. No lo hizo una vez, sino que dejó caer la pesada arma en siete ocasiones sobre el cuerpo del dueño de casa, quien dejó de existir debido a las graves lesiones que le fueron propinadas.
Luego de concretar su propósito, y ayudado por Morales Castro, el agresor trasladó el cadáver hasta un pozo cercano, el que presenta una profundidad de unos 20 metros. Entre ambos lanzaron a la víctima hacia su interior, cubriéndola luego con ramas, escombros, maderos, y cualquier elemento que sirviera para ocultarla. De ahí procedieron a lavar la sangre esparcida por distintos lugares del terreno y abandonaron la escena.
El Hallazgo
Lo echaron de menos. Pese a que vivía solo, el fenecido no pasaba inadvertido entre los habitantes de Callejones de Río Claro. Luego de notar su ausencia, y preocupados por su desaparición, dieron cuenta de ésta a carabineros de San Rosendo. Así comenzó la búsqueda del sujeto, que culminó en más o menos diez días después, cuando los investigadores lograron localizar en el pozo los restos del infortunado individuo, tras lo cual vino una serie de interrogatorios que propiciaron la detención de los dos sospechosos de este homicidio.
El principal imputado en esta causa, Córdova Cabezas, niega cualquier participación en el cruel deceso del agricultor. Sin embargo, el testimonio de su acompañante, de algunos vecinos que lo sitúan el sitio del suceso pero, sobre todo, el resultado de un examen de ADN lo involucran directamente con el crimen. Según el análisis, los restos de sangre que pudieron ser detectados en el inmueble por personal policial especializado corresponden a la suya.
Morales Castro, en tanto, asevera que su amigo lo "obligó" a participar del asesinato, y que posteriormente lo amenazó para que no revelara la verdad, convirtiéndose éste en otro aspecto que deberá ser esclarecido durante el juicio.
El fiscal Álvaro Serrano solicitará en el auto de apertura una pena de 7 años de cárcel para Córdova Cabezas –en prisión preventiva desde su detención- y un castigo de 5 años y un día para el supuesto coautor en este espeluznante crimen, quien actualmente permanece sometido a arresto domiciliario.
[7 de enero de 2008]
[©la tribuna]
07 enero 2008
Juicio por Salvaje Asesinato
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