
"El imputado le provocó un golpe en la cabeza. No murió, de hecho todavía no fallece, pero está con compromiso vital, producto de un TEC", manifestó José Luis Becerra, jefe de la Brigada de Homicidios de Chillán.
Tras el altercado, el padre continuó su vida normal, hasta que comenzó a sentir mareos y vómitos.
"Transcurrieron tres días y la familia lo llevó a un centro asistencial, manifestando que la causal era un accidente", explicó la fiscal Tamara Cuello. Sólo el 22 de este mes el escenario cambió, en especial, cuando la abuela del imputado denunció los hechos a Carabineros.
Asustado, el joven buscó refugio en una pequeña pieza en calle Conde del Maule, en Chillán Viejo.
"Luego de este hecho, se entregó voluntariamente. Él procedió en defensa de su madre que era víctima de violencia física y psicológica", argumentó el abogado defensor Sergio Zúñiga, al momento de la formalización de cargos, en el Juzgado de Garantía, lugar donde la familia Salazar Zárate, esperaba la audiencia. "Él no es culpable, ya que quería pegarle en el brazo, no en la cabeza. No quería mandarlo al hospital", sollozaba una cuñada de la víctima.
Al finalizar la audiencia, la magistrada Claudia Madsen, decretó la prisión preventiva de Salazar Zárate, mientras su defensa ya piensa apelar. Ahora, la familia tiene a su jefe de hogar debatiéndose entre la vida y la muerte, y a un hijo arrepentido que deberá volver a la Corte.
[24 de julio de 2008]
[©la discusión]
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