12 julio 2008

Enmascarado Degolló a Madre e Hija

[Rancagua] Espeluznante doble homicidio quedó al descubierto cuando el jefe de hogar llegó a su casa y encontró los cadáveres de María Muñoz (39) y Geraldine Herrera (16), en Rancagua.
Una mujer de 39 años y su hija de 16 fueron brutalmente atacadas con un cuchillo y degolladas dentro de su casa, en la ciudad de Rancagua, por un hombre que actuó con la cara cubierta con una máscara.
Las víctimas fueron identificadas por la policía como María Muñoz López y la menor Geraldine Herrera Muñoz.
Las mujeres fueron asesinadas dentro de su vivienda en el pasaje Guindo Santo 1305, en la villa Bosques de San Francisco, en la Región de O'Higgins.

Hallazgo
El doble homicidio fue cometido durante la madrugada de ayer, pero sólo quedó al descubierto pasadas las 7 de la mañana, cuando el jefe de hogar, Alfredo Padilla Navarro, regresó de su trabajo en la División El Teniente de Codelco.
Al entrar a la casa el hombre halló tendidos en el primer piso los cadáveres completamente ensangrentados de su conviviente y de la menor. La mujer presentaba 29 puñaladas y su hija un corte que estuvo a punto de decapitarla.
El dueño de casa también encontró llorando cerca de los cuerpos al hijo menor de la mujer. Se trata de un niño de apenas 9 años que el asesino decidió dejar con vida y no le hizo daño. Después de enfrentarse con la escalofriante escena, el dueño de casa salió gritando a la calle y le pidió ayuda a vecinos.

Encierro
Pese al estado de shock que sufrió, el pequeño dijo a la policía que vio a un hombre enmascarado y que el mismo sujeto lo obligó bajo amenaza de muerte a encerrarse en su pieza y a quedarse callado, sin gritar.
Sin embargo, después de que el asesino se fue de la casa el niño bajó del segundo piso y estuvo casi 2 horas viendo los cuerpos de su madre y su hermana.
Detectives de la Brigada de Homicidios (BH) de Rancagua sospechan que las víctimas conocían al asesino, ya que ni las puertas ni las ventanas estaban forzadas. Tampoco se encontraron signos de violencia ni de pelea.
El comisario de la BH Alfredo Gutiérrez no ha descartado ninguna hipótesis como móvil del doble crimen.
Las líneas de investigación van desde una venganza con tintes pasionales hasta el robo, pues se supo que el dueño de casa hace 3 semanas había recibido un suculento bono en la Fundición Talleres. Sin embargo, tras matar a María y a su hija el enmascarado no se llevó nada de valor.
La mujer trabajaba en un supermercado y su hija era alumna del colegio Manuel de Salas.
El niño que sobrevivió a la matanza se encuentra con vigilancia especial y siendo atendido por sicólogos infantiles en la Unidad de Atención a Víctimas y Testigos de la Fiscalía Regional.
El testimonio que entregue el menor a los policías y fiscales resultará clave para identificar, ubicar y detener al ‘asesino de la máscara', ya que fue el único testigo directo de los hechos. El jefe de hogar también fue interrogado por detectives de la BH.
Datos reunidos por La Cuarta apuntan a que María y su hija Geraldine fueron ultimadas pasadas las 4 de la madrugada.

Les Preguntó por el Dinero antes del Bestial Crimen
Detectives y peritos de la Brigada de Homicidios (BH) ayer trabajaron casi ocho horas en la casa del doble crimen en busca de pistas que permitan capturar al asesino.
Altas fuentes policiales dijeron que el sospechoso sería una persona conocida por las víctimas o en el trabajo del jefe de hogar.
Según los policías, la mujer y su hija fueron atacadas en el primer piso. El niño de 9 años bajó del segundo piso y se encontró con el criminal después de escuchar los gritos de su madre y su hermana.
Entonces fue que el enmascarado lo obligó a subir y a encerrarse en su cuarto, piola, sin gritar ni llamar a la policía.
Trascendió que antes de matar a las víctimas el criminal les habría preguntado varias veces dónde estaba el dinero.
En la escena del crimen también trabajó un perito bioquímico de la PDI que viajó a Rancagua desde Santiago para analizar restos de sangre que fueron hallados en un desagüe de la casa.
El brutal doble homicidio causó impacto entre los vecinos del pasaje Guindo Santo de la villa Bosques de San Francisco.
José Pardo dijo que la pareja que formaban la fallecida María Muñoz y Alfredo Padilla "era muy unida y feliz".
"Estamos con mucha pena y sorprendidos, porque anoche no escuchamos nada, ni gritos ni peleas. Es terrible lo que pasó con esa familia", agregó el vecino.
Un familiar de las víctimas que se identificó como Carlos Muñoz dijo al diario pop no tener idea si las víctimas estaban en problemas o si habían recibido amenazas de muerte.
[11 de julio de 2008]
la cuarta]

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