27 febrero 2006

tras cinco años confesó asesinato de su esposa

Homicida dijo a los familiares de la víctima que había escapado con otro hombre. En una quebrada distante a ocho kilómetros de la localidad de Tiltil fue encontrado ayer el cuerpo de Elba Romero, 37. Su marido confesó el hecho -argumentando engaños de la mujer- tras presentar reiteradas contradicciones en los interrogatorios.
Raúl Rojo Escasino, de 40 años, quien trabajó en su juventud como matarife de cabras en la comuna de Tiltil, Región Metropolitana, se encuentra acusado de un macabro crimen: asesinar a su esposa y esconder el cuerpo por cerca de cinco años.
Rojo y su esposa, Elba Romero Silva, 37, se casaron en 1991. Él se desempeñaba en una desarmaduría y ella era dueña de casa. Juntos tuvieron cinco hijos. Quienes los conocieron aseguran que fueron un matrimonio feliz. Sin embargo, todo cambió a fines de 2000. Romero tuvo una aventura amorosa con otro hombre del sector. Esto fue motivo de una fuerte discusión entre ambos, pero finalmente Rojo la perdonó.
La confianza, agregan cercanos, nunca se recuperó. El hombre comenzó a seguir a la mujer para confirmar que no lo estuviera engañando con otro individuo. Fue en esos recorridos cuando se dio cuenta que la víctima se internaba constantemente en una quebrada ubicada a ocho kilómetros de Tiltil. En el lugar, la mujer tenía una plantación de marihuana.
Fue en estos seguimientos cuando el hombre descubrió, además, que su esposa lo estaba engañando nuevamente, esta vez con otro individuo.
A mediados de marzo de 2001, Rojo siguió a Romero hasta el lugar en que la mujer fumaba el alucinógeno. Allí tuvieron una fuerte discusión en la cual el hombre increpó a la víctima por su adicción a la droga y por engañarlo nuevamente. En medio de la pelea, el hombre golpeó brutalmente a la mujer hasta matarla. Escondió el cuerpo bajo unas rocas y huyó del lugar.
Al llegar a su residencia, contó a sus hijos y a la familia de su cónyuge que Romero había huido con otro hombre.
Nadie dudó de su historia hasta octubre de 2004, cuando los familiares de la víctima presentaron una denuncia, ya que la versión de Rojo presentaba contradicciones.
Erwin Rojas, subcomisario de la Brigada de Homicidios de Investigaciones, indicó que "después de meses de indagaciones, finalmente el detenido confesó ser el autor del crimen, ya que entró en profundas contradicciones. Era prácticamente imposible encontrar el cuerpo sin la confesión del imputado".
Detenido viajaba por el país simulando búsqueda de su mujer desaparecida.
Luego que Elba Romero desapareciera, porque supuestamente había huido con otro sujeto, Raúl Rojo fue el encargado de la custodia de los cinco hijos que ambos tenían, cuyas edades fluctúan entre los cinco y 17 años.
Para hacer creíble su historia, el sujeto viajaba en numerosas oportunidades a diferentes ciudades del país en busca de quien fuera su cónyuge.
Con esta actitud logró, incluso, que los familiares de la víctima creyeran la historia. Al pasar los años, Rojo dejó de mostrar interés en conocer el paradero de su mujer y comenzó a cambiar las versiones respecto de su partida.
Estas contradicciones fueron las que, finalmente, lo delataron ante personal de la policía civil, tras la denuncia realizada por los familiares.

[Felipe Díaz]
[18 de febrero de 2006]
la tercera]

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