30 octubre 2006

desaparecidos que no dejaron rastro

Casos policiales sin solución. Sus familias no abandonan su empeño por saber qué paso, ya que ni siquiera sus cuerpos han sido ubicados. Hay frustración por la actuación de la justicia y policías.
Son jóvenes y adultos que han desaparecido en las más variadas circunstancias. Salieron de sus casas, se despidieron de sus amigos o partieron de una fiesta, pero nunca más se supo de ellos.
Han pasado los años y ni siquiera sus cuerpos han sido encontrados, lo que aumenta el enigma policial. De paso, se han convertido en casos emblemáticos por la lucha sin tregua que han desplegado sus respectivas familias y amigos por ubicarlos.
Al igual que el caso de Jorge Matute Johns, cualquier pista genera la movilización de muchos de los familiares, la policía y los fiscales que investigan los casos. Sin embargo, la mayoría de los datos son falsos y algunos llegan a ser crueles.
Pese a que las policías y los fiscales no han seguido investigando por la falta de pruebas concretas para ubicarlos, las familias se niegan a que sus casos sean cerrados o sobreseídos sin encontrar a los responsables. Un ejemplo de tesón es la familia del universitario Sergio Mardoff, en Concepción, quien la semana pasada volvió a realizar una marcha por el centro de la ciudad para exigir que se continúe investigando.

Seis Grandes Enigmas Policiales Que Recorren el País de Norte a Sur
Hugo Arispe
Hace cinco años y 9 meses que no se tiene rastro del limpiador de autos Hugo Arispe, conocido como ‘Floretti', quien desapareció el 14 de enero de 2001, cuando abandonaba la cárcel de Acha, tras cumplir tres días detenido por ebriedad.
En Arica, ‘Floretti' era conocido por su afición a los chistes de italianos, y su apodo se convirtió en una nueva palabra sinónimo de ‘misteriosamente perdido'.
A fines de julio de este año, la Corte de Apelaciones de Arica ordenó reabrir la causa que un mes antes había cerrado el magistrado del 2º Juzgado del Crimen, Julio Aguilar, por falta de pruebas. El hermano de la víctima, Pablo Arispe, pide que se procese a tres gendarmes y un ex reo por obstrucción a la justicia, pues ellos sabrían qué ocurrió con ‘Floretti', cuyo carnet de identidad aún estaba en la guardia de la cárcel pocos días después que desapareció, pese a que la institución informó inicialmente que el reo había dejado regularmente el recinto.
Pablo Arispe asegura que dos testigos bajo reserva afirman que su hermano fue asesinado en la cárcel.
Sin embargo, hasta ahora no ha sido escuchado.

Lenin Zúñiga Araya
El 4 de septiembre se cumplieron siete años de la desaparición del garzón Lenin Zúñiga Araya, de entonces 26 años de edad. Lo último que oficialmente se supo de él es que fue visto saliendo de un pub, ubicado en la subida Ecuador, de Valparaíso, donde estuvo bebiendo después de terminar su trabajo en el ‘Samoiedo', de Viña del Mar.
Su mochila y algunas prendas de vestir fueron encontradas en un sector de Playa Ancha, lo que llevó a la policía a sospechar que allí fue asaltado. Un equipo especial de Investigaciones logró establecer que fue asesinado y pudo detener al presunto autor del crimen, un muchacho de 21 años, identificado como Luis Escobar Cisternas, quien confesó su participación, pero luego, por consejos de su abogado, se retractó y quedó en libertad, pues al no ser encontrado el cadáver, el delito no estaba suficientemente acreditado. El juez del Sexto Juzgado del Crimen de entonces, Marcos Felzensztein, cerró la causa, y hasta ahora no han surgido antecedentes nuevos que permitan reabrirla. Su familia ha recurrido a diferentes instancias judiciales, policiales y gubernamentales para aclarar su desaparición, pero hasta ahora, afirman, "se mantiene la impunidad".

Roberto Díaz Orellana
Desde el 13 de julio de 2002 se encuentra desaparecido el menor de sólo 16 años Roberto Díaz Orellana. Según antecedentes de la investigación judicial realizada por el Ministerio Público, en la madrugada de ese día el estudiante participaba de una fiesta con sus compañeros del liceo Politécnico, de Constitución.
Fue visto por última vez junto a tres adolescentes en el centro de Constitución, donde se perdió su rastro.
Tras el hecho hubo intensos operativos policiales de búsqueda en la desembocadura al mar del río Maule, pero su cuerpo no ha sido encontrado. Tampoco hay versiones de personas que puedan indicar qué pasó con el joven Roberto Díaz.
Algunas hipótesis policiales en el caso son que el joven haya caído accidentalmente al mar, que se haya extraviado o abandonado la ciudad donde vivía con sus padres. Incluso hubo infructuosos operativos policiales en el norte del país en base a falsas versiones aportadas.
Familiares y la madre del menor, Sandra Orellana, han reclamado desde un principio ineficiencia en las investigaciones de ambas policías. El caso se encuentra cerrado temporalmente hasta que surjan nuevos antecedentes.

Sergio Mardoff Peirano
El estudiante de Artes Plásticas de la Universidad de Concepción Sergio Mardoff Peirano (24 años) desapareció el 30 de marzo del año 2005 en el sector El Recodo de San Pedro de la Paz.
Mardoff fue visto por última vez el 30 de marzo por una vecina de la casa que cuidaba en el camino a Santa Juana y donde vivía desde hacía un par de meses, dejando allí el celular. El perfil sicológico y los informes médicos indican que tenía una personalidad depresiva.
La familia, emulando lo ocurrido con el caso Matute, también realizó marchas por el centro de la ciudad las primeras semanas tras la desaparición. La falta de resultados la hizo retomarlas la semana pasada, con la esperanza de ejercer presión sobre las policías y el Ministerio Público.
El padre del joven, del mismo nombre, insiste en algunas pistas que no han sido consideradas, como una serie de contradicciones en que cayó su polola, Marcela Sepúlveda, la última persona que estuvo con él y que le habló por celular antes de su desaparición. La fiscal del caso, Sandra Véjar, en su oportunidad, aclaró que esa situación se habría generado por el nerviosismo que afectaba a la joven.
La fiscal ha dictado una serie de diligencias, algunas con reserva, ante la posibilidad de que pudiera estar vivo. Sin embargo, no existen pistas concretas.

Carlos Millán Cárdenas
Hace un año que se perdió el rastro de Carlos Millán Cárdenas, estudiante de tercer año de Administración de Empresas en Turismo de la Universidad Austral. Tenía 22 años y era oriundo de Ancud. Desapareció la madrugada del 1 de octubre de 2005, luego de participar en una fiesta de su carrera en el Club de La Unión.
En la fiesta bailó y compartió con sus compañeros hasta las 2 de la madrugada. Luego se marchó sin decir adiós. La dueña de la casa donde Millán tomaba pensión asegura haberlo oído sollozar en su habitación una hora más tarde. Allí se sacó el traje y la corbata, se cambió de ropa y salió sin su teléfono celular ni billetera. Luego, su rastro se esfumó, aunque un par de testigos aseguran haberlo visto caminar por la baranda del puente Pedro de Valdivia, pasadas las 5 de la mañana.
La investigación es conducida actualmente por el fiscal Juan Pablo Lebedina, quien ha contado con la colaboración de equipos multidisciplinarios de Investigaciones y Carabineros.
Hasta la fecha, el fiscal Lebedina y la anterior fiscal a cargo del caso, Ximena Rebolledo, han ordenado 965 diligencias -entre ellas, 120 búsquedas fluviales y 133 terrestres- y entrevistado a 111 personas en calidad de testigos, sin que sea posible descartar las mismas hipótesis que surgieron al inicio de la investigación: Millán fue secuestrado, se suicidó por el amor no correspondido o murió al caer a un río.

Ricardo Harex González
Cinco años se cumplieron desde la desaparición del joven Ricardo Harex González (17 años), cuyo rastro se perdió en la madrugada del 20 de octubre de 2001 luego de haber acudido a una convivencia juvenil en Punta Arenas.
Sus padres (Sergio Harex y Margot González) aún abrigan la esperanza de que pudiese estar vivo. "Quizás fue secuestrado y ha estado en cautiverio", señala su madre, quien dice que después de conocerse el caso de la joven secuestrada en Austria, durante 8 años, piensa que pudo ocurrirle algo parecido a su hijo.
Su desaparición sigue siendo un enigma y sus padres aún esperan la aparición de alguna pista que conduzca al paradero del joven, que se perdió cuando cursaba su cuarto año medio en el liceo Salesiano San José de la austral ciudad.
"Debemos lograr que la justicia cambie la calificación del caso: de presunta desgracia a presunto homicidio. Ello, porque así evitaremos que el caso prescriba al cumplirse los cinco años", recalca la mamá.
El caso Harex sigue radicado en el Segundo Juzgado del Crimen, y ya han pasado cuatro jueces por la causa.
Hace unos días asumió el quinto, Marcelo Martínez, quien ya comenzó a leer los expedientes acumulados para ver qué nuevas diligencias pueden practicarse.
La policía no tiene pistas y ya no investiga.
[Patricio Gómez, Hugo Arispe, ]
[30 de octubre de 2006]
emol]

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