La policía cree que regreso de Rebeca obedece a un plan de Schaefer. Rebeca podrá disponer de más de US$ 10 millones al acceder a cuentas secretas de su padre, según calcula la policía. A cualquiera engaña con su aspecto frágil. Pero Rebeca Schaefer, hija adoptiva del ex líder de Colonia Dignidad hoy encarcelado, habla perfecto alemán y español, administra propiedades y depósitos bancarios y está considerada como la única heredera de cuentas secretas en el extranjero por más de 10 millones de dólares.
Siempre ha estado cerca de su padre. De hecho, en 1998 salió del país con Harmut Hopp para -un año más tarde- encontrarse con Schaefer en su refugio en las afueras de Buenos Aires, donde permaneció fiel hasta que el octogenario dirigente fue devuelto a Chile en marzo de 2005.
A casi dos años de separación obligada, Schaefer envejece en la cárcel y la hija necesita financiar la sobrevivencia de su ‘familia' en Argentina.
Rebeca, de 39 años, chilena, soltera, nació en el hospital de Villa Baviera. Su madre murió poco después, y su padre, un campesino de la zona, la dejó allí para que la cuidaran, porque tenía otros siete hijos. Y cuando la reclamó se la negaron, tal como ocurrió con otros menores.
Cuando rompió su exilio en Argentina para regresar a Chile hace poco más de una semana, el propio ministro de fuero Jorge Zepeda, acompañado del prefecto de Investigaciones Rafael Castillo, viajó al paso Los Libertadores para interrogarla y conocer sus propósitos.
"Vengo a arreglar mis problemas con la justicia", repitió la mujer cuando fue detenida en Policía Internacional y Extranjería por cuatro requerimientos judiciales. Luego fue notificada de que había sido procesada en ausencia por los delitos de encubrimiento en los abusos sexuales de niños -por los cuales su padre está condenado a 20 años de cárcel- y de asociación ilícita.
Los Motivos
La policía trabaja sobre el supuesto que el regreso de Rebeca obedece a una estrategia de Schaefer para traspasar, antes de morir en prisión, una fortuna que se calcula entre 10 y 15 millones de dólares, que depositó en el extranjero antes de huir, los que sólo entregará a la única persona de confianza que no le ha dado la espalda.
Por las mismas razones, la policía presume que ella no está sola en esta verdadera operación retorno. De hecho, están siendo indagados otros viajeros que cruzaron esos días el paso fronterizo por el que ella ingresó.
La mujer, de aspecto esmirriado aunque de férrea voluntad, fue acompañada hasta Mendoza por Peter Schmidt, uno de los cuatro integrantes de la peculiar familia Schaefer Schneider que permanecen en la finca de Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, a la espera del juicio por extradición a Chile en el Juzgado Federal de Mercedes. Los restantes integrantes de su entorno son Mathias Gerlach, Gert Zeitner y Renate Freitag.
En su intento por volver, Rebeca burló la orden de arraigo y alcanzó la frontera como pasajera de un bus TAC, hecho que originó una investigación en el Juzgado Federal de Mendoza.
Según sostuvo ante la corte su abogado en Chile, José Luis Sotomayor, la mujer no le comunicó que venía al país, aun cuando mantenían cierto contacto a través del abogado argentino Enrique Villarreal, quien representa a los ex custodios en ese país.
"Es una persona inteligente y astuta. Medita cada respuesta, o simplemente guarda silencio y sabe perfectamente lo que quiere", dijo el prefecto Rafael Castillo luego de hablar con ella.
En el proceso consta que Rebeca Schaefer tiene al menos dos pasaportes con numerosos ingresos y salidas a la Argentina, Brasil, Uruguay, México, Venezuela e islas caribeñas consideradas paraísos fiscales.
En sus declaraciones reveló que estando de visita en Saint Kitts, en el Caribe, su acompañante Harmut Hopp -quien permanece recluido y condenado por las armas halladas en Villa Baviera- le mostró un lujoso condominio diciéndole que le pertenecía a ella, aunque no le exhibió ningún documento.
Cuando fue recluida en el Centro de Detención Femenino Santiago Sur (ex COF) pidió un encuentro intrapenitenciario con Schaefer, para el cual contaría con autorización del tribunal. Autorizó sólo visitas de su abogado, José Luis Sotomayor, y la cónsul de Alemania, aunque no tiene esa nacionalidad y se negó a recibir a su padre biológico.
La Nueva Dirigencia
"No queremos saber nada de Schaefer ni de la gente que nos hizo daño. Estamos limpiando la casa y haciendo los mayores esfuerzos por insertarnos en la sociedad chilena", respondió Hernán Escobar, vocero de la nueva dirigencia de Colonia Dignidad. Luego estimó que el regreso de Rebeca obedece a una maniobra para ver la reacción de la justicia frente a los prófugos. "Nos molesta que nos haya robado tanto dinero", señaló.
Pieza Clave
Rebeca Schaefer es considerada por fuentes cercanas al proceso como "la llave que abre los bienes del enclave".
[Hernán Ávalos]
[30 de octubre de 2006]
[©emol]
30 octubre 2006
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