Archivos del crimen. Tormentosa historia del teniente de Carabineros Félix Sazo y la joven Estrella González, padres de un bebé de 4 meses, terminó en tragedia. Mató a su novia y se suicidó en céntrico hotel porque ella no quiso casarse. La negativa de la secretaria sumió en la desesperación al policía, quien de cuatro balazos puso punto final a la conflictiva relación de pareja. "¡¡Estrella!!", le gritó antes de dispararle.
Escaso trajín experimentaba el Hotel Crowne Plaza de Santiago la mañana del 3 de octubre de 1991. Pocos turistas llegaban desde el aeropuerto o abandonaban sus reservas para regresar a sus países. Sólo algunas parejas de ancianos gringos se aventuraban a recorrer la ciudad con sus cámaras fotográficas y la guía Michellin entre sus manos.
Faltaba poco para el mediodía cuando el estampido de seis balazos en el hall rompió la tranquilidad del recinto. Nadie sabía qué diablos había sucedido.
Un crimen pasional y el suicidio del victimario se habían hospedado para siempre en la historia del edificio, ubicado a pasos de la Plaza Italia.
Violenta Discusión
Las primeras pistas que ayudaron a desenrollar la madeja del crimen provino de los compañeros de trabajo de la asesinada Estrella González Jepsen. La joven, de 24 años de edad, llevaba dos años atendiendo la oficina que la empresa Avis Rent a Car tenía en el hotel.
Según los testigos, Estrella llegó a eso de las 10 de la mañana junto a su novio, el teniente de Carabineros Félix Sazo Sepúlveda (22), quien vestía el uniforme con el terciado de servicio.
Sin embargo, inmediatamente salieron hasta el monumento a Los Mártires de Carabineros, ubicado a un costado del edificio. Allí discutieron en forma violenta. Félix la habría amenazado de muerte si ella no se casaba con él o si se atrevía a abandonarlo. Tenían un hijo de cuatro meses de edad.
Estrella volvió sola y muy nerviosa a su puesto, contaron sus colegas. Bebió con mucha intranquilidad dos tazas de café, como si temiera que algo terrible le iba a pasar.
Lamentablemente así ocurrió.
La Nombró
Unos pocos minutos después el uniformado ingresó al hotel y se dirigió hasta el mostrador de Avis Rent a Car. En ese momento la joven ofrecía los diferentes servicios a un pasajero.
El oficial miró la escena, gritó fuertemente "¡¡Estrella!!" y le disparó cuatro certeros balazos.
Un pasajero, testigo clave del suceso, recordó así ese duro instante que lo marcó para siempre.
"Fue una cosa de segundos. Él se paró frente a ella, separados sólo por el mesón. Le gritó y ya la apuntaba con el arma. Ella miró y recibió los balazos, dos en el pecho, uno en la cabeza y cuando caía, un cuarto en la espalda".
Como en un inútil acto de protección o blindaje, la mujer cayó en posición fetal.
Inmediatamente Félix se pegó dos certeros tiros en la cabeza con su humeante arma de servicio y se desplomó de espaldas.
"Comenzaron las carreras, nadie entendía nada y todos gritaban pidiendo ambulancias", recuerda el pasajero.
Mientras los vehículos de emergencia se dirigían al lugar, algunos pasajeros intentaron prestar los primeros auxilios a ambos jóvenes, pero desistieron al percatarse que no se movían y que la sangre comenzaba a formar su trama mortal por el suelo de la oficina. Era infructuoso ayudar.
Los paramédicos de la Posta Central fueron los primeros en llegar. Pese a la rápida intervención, Estrella murió camino al recinto asistencial.
Después aterrizó frente al Hotel, en plena Alameda, un helicóptero institucional que trasladó al policía hasta el Hospital de Carabineros. Sin embargo, corrió la misma mala suerte que su ex pareja: Falleció en pleno vuelo.
Era Hija de Ex Oficial de DINA
Lo más paradójico en el crimen de Estrella González es que la víctima era hija de un oficial de Carabineros que trabajó en la trístemente célebre Dirección Nacional de Inteligencia (Dina).
Al momento del crimen el coronel Guillermo Washington González Betancourt ya se había acogido a jubilación por semiinválidez. Durante un accidente laboral perdió una de sus manos.
El victimario, Felix Sazo Sepúlveda, ingresó a la institución en 1987.
Quienes lo conocieron comentaban que era un joven muy introvertido y de pocas palabras.
El día del crimen salió con su terciado de servicio desde la 12° Comisaría de San Miguel, el que finalmente quedó manchado de sangre en el Hotel Crowne Plaza.
Estaba Enloquecido Por los Celos
Hacía un año que la pareja integrada por Estrella González y Félix Sazo mantenía serias diferencias sobre su relación.
Las primeras peleas se produjeron por la negativa del carabinero a casarse con Estrella. Él no quería llegar al altar porque le faltaba poco para graduarse como oficial. Las sucesivas postergaciones fueron poco a poco mellando el futuro de la pareja.
La gota que rebasó la paciencia de la novia ocurrió cuando Félix le argumentó que no podría contraer el vínculo por el hijo que venía en camino. Sería mal mirado en la institución. Esta explicación fue un balde de agua fría para la embarazada mujer.
Molesta, ella tomó distancia del uniformado al punto que desistió del enlace y vivió junto a su familia los últimos meses de gestación.
La férrea actitud de Estrella descompuso al oficial, quien reaccionó celosamente. La acusó de varias infidelidades y a la vez le exigía que le diera el sí. La mujer le respondía que bajo presión y mala onda menos aceptaría la propuesta. La distancia se fue haciendo cada vez mayor.
Amenazas
En las semanas previas al fatal desenlace, el uniformado insistió majaderamente para que se casaran. Pero ella matenía firme su negativa. Incluso le dijo que si seguía presionando pondría fin a la relación de tres años.
El fantasma del abandono y del fracaso sentimental se apoderó demencialmente de Félix. Su novia empezó a vivir una pesadilla, ya que él comenzó a amenazarla de muerte si lo pateaba.
Las discusiones por el tema se hicieron pan de cada día. Él no la dejaba sola ni a sol ni sombra.
La mañana del crimen el uniformado le habría dado un ultimátum: El matrimonio o la muerte.
[4 de octubre de 2006]
[©la cuarta]
04 octubre 2006
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