09 julio 2007

ejemplar condena para asesino

[Santiago] Ejemplar condena a sujeto que mató a mujer con cuchillo cartonero. El obrero Juan Carlos Espinoza, de 38 años, le desfiguró la cara a su víctima. Cuando terminó el primer round decidió rematarla y le hizo una profunda herida en el cuello. Le seccionó la tráquea y el esófago. Minutos después, Rosa González falleció por desangramiento.
Una condena ejemplar de 16 años de cárcel recibió el obrero Juan Carlos Espinoza Guzmán, de 38 años, tras acreditarse su participación directa en el homicidio de Rosa González Aparicio, a quien atacó con un cuchillo cartonero y le desfiguró la cara. El remate lo hizo con una profunda herida en el cuello que la mató por desangramiento.
El hecho ocurrió a pocas cuadras del domicilio de la mujer, en la calle Montt Varas en la comuna de Renca, el 14 de agosto de 2006. El cuerpo quedó abandonado en la vía pública.
Según el médico tanatólogo legista, Mario Celis, la víctima presentaba siete heridas cortantes en el rostro, pero la principal es de 19 centímetros y seccionó la traquea y el esófago. "Secciona la vena yugular derecha y la arteria carótida", añadió.
El informe forense era sólo una de las pruebas presentadas por la fiscal de la zona metropolitana Centro Norte, Lorena Barudi. Tras conocer la evidencia a cabalidad, los jueces llegaron a la convicción de que el sujeto era autor del delito de homicidio calificado.
La prosecutora llevó a juicio también a 16 testigos, entre vecinas, un hermano y gente que presenció el hecho; a siete peritos, criminalistas, legistas, planimétricos y forenses, por ejemplo, además de la prueba documental y material.
La defensa, a cargo de los abogados Karina Reyes y Silverio Fuentes, no presentó pruebas, pero sí intentó en su alegato de clausura eliminar la alevosía que se imputó a su cliente.
No obstante, el Segundo Tribunal Oral de Santiago estableció que sí había una agravante. Los magistrados estimaron que hubo ensañamiento ya que se aumentó "deliberada e inhumanamente el dolor de la ofendida".
Por ello, resolvieron mantener en Santiago Uno al condenado, quien está en prisión preventiva desde el 16 de agosto de 2006, cuando la policía lo detuvo en la casa de su hermana, donde se ocultó tras cometer el crimen.

Perfil
En el juicio, el perito siquiatra Jaime Valenzuela declaró que el condenado tiene una inteligencia de tipo "normal lento", por lo que distingue una falta de una buena acción, dijo. Su personalidad es "fría, anormal, de tipo asocial". El acusado le aseguró en la entrevista que tuvo una relación sentimental con la occisa, pero sobre esto el doctor dice que no sabe si Espinoza dice la verdad o miente. A juicio del sicólogo Omar Gutiérrez, que también lo examinó, el condenado tiende a "idealizar las relaciones interpersonales". Para la Fiscalía, Espinoza inventó en su mente un vínculo amoroso con la mujer que no existió nunca.
[Andrea Chaparro]
[9 de julio de 2007]
la nación]

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