Este año, las peleas han causado más de 30 muertos y son atribuibles a la adicción y juventud de los reos. "Son más violentos", precisa. Preocupa el creciente número de licencias médicas de funcionarios, "porque si un funcionario se va enfermo, otro se recarga de trabajo", dice.
No han sido fáciles para el abogado Alfredo Bañados Lagos -quien asumió en abril- estos primeros meses al frente de Gendarmería. Una treintena de internos muertos en riñas carcelarias, grescas entre familiares de imputados en los tribunales de Garantía, cárceles concesionadas aún sin construirse -como El Manzano IIy los mismos gendarmes quejándose de las condiciones en que trabajan, lo han mantenido en el primer plano noticioso.
Poco le agrada.
"Ojalá fuéramos noticia cuando los internos estudian, hacen obras de teatro o logran conseguir un trabajo. Pero siempre nos consideran por las cosas malas", se lamenta.
Pero no esquiva los temas complicados.
- Este año van más de 30 internos muertos en riñas en cárceles.
¿A qué lo atribuye?
- La población penal es hoy distinta: los internos tienen entre 20 y 29 años y hace 10 años tenían entre 45 y 60 años.
Llegan a las cárceles adictos a las drogas y al alcohol y como encerrados no tienen acceso a estas sustancias sufren de angustia; eso los hace mucho más violentos. Ahí comienzan los roces, por eso quisiéramos que quienes ingresan a cumplir una condena mantengan un comportamiento adecuado, porque así podemos garantizar la seguridad en las cárceles.
- Y además incide el hacinamiento.
- Claro, porque el roce se produce por el espacio. Pero, no por evitar el hacinamiento en un módulo vamos a mezclar peras con manzanas, porque se debe evitar el contagio criminógeno, o sea, separar a quienes tienen un alto, medio o bajo compromiso delictual.
Gendarmes Agotados
- ¿Con cuántos funcionarios cuenta Gendarmería para custodiar a los internos en las cárceles?
- A nivel nacional son 9 mil 500 gendarmes que realizan distintas funciones, en las cárceles, en los juzgados, en traslados de los internos.
Esa última es una tarea que nos tiene muy preocupados porque han aumentado los traslados y los funcionarios siguen siendo los mismos. Eso es un desgaste del recurso humano, y al final del día se pone en cuestionamiento la cantidad de funcionarios que tenemos.
- ¿Porque es insuficiente...?
- Siempre va a ser insuficiente.
Yo acabo de asumir la dirección y ordené que se hiciera un diagnóstico de nuestra situación para saber si se necesitan más funcionarios y dónde. Hay cosas que mejorar, como nuestros índices de licencias médicas. Al mes un 12% de los gendarmes las solicita y eso perjudica al resto de los funcionarios, porque cuando uno no está, se redobla la carga de trabajo para el otro que, días después, termina pidiendo otra licencia.
Eso se soluciona haciendo una mejor distribución, como sacarlos de las labores administrativas. Ese es un proyecto que está en estudio.
- ¿Debe haber gendarmes en los juzgados de Garantía?
Porque en los últimos días se han visto peleas entre familiares de imputados.
- Es un porcentaje marginal de audiencias que han terminado con problemas. Yo no creo que se necesiten gendarmes en todos los tribunales, pero vamos a analizar dónde se producen los problemas más graves para evitarlos.
La Mayoría No Sale
Según cifras de Gendarmería, en Chile hay 71 mil 958 internos entre adultos y menores de edad en los sistemas cerrado o abierto (con beneficios intrapenitenciarios).
Corresponden a detenidos, imputados, procesados y condenados.
En el primer sistema -privados de libertad- hay 311 menores de 18 años, 2 mil 566 mujeres y 37 mil 039 hombres.
Con medidas alternativas - como remisión condicional de la pena, libertad vigilada y reclusión nocturna- hay 28 mil 254 hombres y tres mil 788 mujeres.
En total, son más internos los que están encerrados en penales (39 mil 916), que los beneficiados (32 mil 042).
En cuanto a la población penal que ya tiene condena, el 91% de ella (25 mil 480) la cumple con total privación de libertad. A nivel nacional, sólo 430 internos, entre hombres y mujeres, ganaron el beneficio de cumplir su condena en Centros de Educación y Trabajo (CET), donde pueden trabajar y salir a sus casas los fines de semana.
Poca Reinserción
De las dificultades para reinsertar internos, dijo que hacen el esfuerzo de educarlos y enseñarles un oficio, pero salen de la cárcel y nadie los contrata, porque sus antecedentes generan desconfianza.
"Como sociedad, debemos dar oportunidades a quienes lo han perdido todo", opinó.
Acerca de las últimas armas requisadas en El Manzano - 40 estoques, lanzas y otras- Bañados dijo que es muy difícil controlar esa fabricación a partir de los catres, que no se los pueden quitar. Por eso hay allanamientos periódicos.
"Lo que se mostró demuestra que la labor de los gendarmes es eficiente", dijo.
Aunque disponen de armas y chalecos antibalas, la tarea sigue siendo riesgosa
y "muy incomprendida".
[Carolina Abello Ross]
[2 de octubre de 2006]
[©el sur]
02 octubre 2006
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