
En el juicio, el fiscal a cargo del caso expuso ante los magistrados que el antisocial hizo uso de un arma para lograr su objetivo e intimidar a las víctimas.
Mencionó que a pesar de ser de juguete, las pobladoras quedaron muy afectadas por la manera en que las abordó.
En tanto, la defensa aludió a que su cliente no era imputable, debido a que presentaba problemas sicológicos.
Ante este escenario, los magistrados lo encontraron culpable del delito de robo con intimidación, siendo sentenciado a cinco años de presido.
Hecho
El caso ocurrió en mayo de 2006, en el sector poniente de Calama. En el lugar, el sujeto abordó a una joven loína, intimidándola con un arma de fuego, con la finalidad de que entregara todo el dinero que portaba.
Asimismo, otra pobladora fue asaltada en el mismo sitio, pero logró reconocer la vivienda donde arrancó el antisocial una vez que la atacó.
Con este antecedente, la víctima llamó a la Central de Comunicaciones de Carabineros (CENCO) para denunciar el atraco.
Los funcionarios policiales lograron detenerlo y lo dejaron a disposición de la justicia.
[27 de marzo de 2007]
[©estrella del norte]
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