25 julio 2006

cura culpable de abusos

Declaran culpable de abuso contra menores a director del Pequeño Cottolengo. El Tribunal Oral en lo Penal de Rancagua estimó que el sacerdote Jorge Enrique Galaz era culpable de abusos contra dos menores con problemas mentales y se espera que se fije la condena que podría llegar a 20 años de presidio. La orden admitió que estaban "sorprendidos y dolidos por este episodio" que los "ha golpeado duramente".
En una decisión unánime el Tribunal Oral en lo Penal de Rancagua consideró que el sacerdote Jorge Enrique Galaz era culpable de abuso contra dos menores con problemas mentales que permanecían en el Pequeño Cottolengo de esta ciudad de la Sexta Región.
El tribunal dejó así las puertas abiertas a una condena de hasta 20 años de presidio en contra del religioso que fue formalizado de sus cargos el 30 de junio del año pasado.
Durante un mes se desarrolló el juicio oral en que se revisó la conducta del sacerdote y además los testimonios de testigos y las víctimas que lo acusaban de estos tratos.
Incluso, señala la prensa de la zona, cuando hablaba Galaz uno de los denunciantes de sólo 13 años reaccionó de forma violenta lo que se pudo observar a través de una videoconferencia. La otra víctima –de 17 años- intentó relatar de manera confusa los incidentes, problemas que se debieron básicamente a sus trastornos mentales y de lenguaje.
La causa se vio teñida de otro episodio, esto es las acusaciones de obstrucción a la justicia que pesaban en contra del sucesor de Galaz en el recinto, el también sacerdote Alejandro Ruiz Yáñez.
En la audiencia se acusó al religioso de haber presionado a funcionarios del hogar de mantener silencio para así no complicar el futuro judicial de su antecesor.
El fallo leído por la magistrada Alejandra Besoaín, causó tristeza entre los asistentes, en sui mayoría católicos que habían manifestado su apoyo al sacedorte acusado.
Al momento de conocer la determinación ell sacerdote declaró: "Soy un hombre de Dios, entregado en cuerpo y alma. Jamás realicé ningún acto de los que se me imputan (...) No he violado a ningún niño. Si me hubieran visto en alguna actitud deshonesta, pierda cuidado que la misma gente se hubiera encargado de hacerlo saber". Sin embargo, la justicia ya habló en esta instancia y ahora resta la definición de la condena y eventualmente su defensa podría recurrir a revisar la causa pidiendo anular el juicio, trámite que debería revisarlo la Corte Suprema.

Reacción
Apenas conocieron el dictamen de la justicia la Obra Don Orione Pequeño Cottolengo de Rancagua entregó una declaración pública en que manifiestan su respeto a la resolución y su "dolor", pero también "serenidad" por el trance que viven en estos días. Y no sólo eso, pues sostienen que enviarán los últimos antecedentes a la Santa Sede para que "sean sumados a los que oportunamente hemos entregado y los incluya en el análisis de este caso, conforme a los procedimientos regulares del ordenamiento jurídico canónico vigente en la Iglesia".
Añaden que "desde el punto de vista jurídico, la Obra Don Orione no tiene comentarios respecto de la sentencia dictada por el tribunal: no nos corresponde juzgar las determinaciones de la justicia. Cualquier valoración en este plano corresponde a los abogados que, en todo caso, podrán aconsejar los eventuales pasos sucesivos".
Aún así confiesan que "no es el fallo que esperábamos. Estamos muy sorprendidos y dolidos por este episodio que nos ha golpeado duramente. Es un hecho inédito para nosotros. En los más de 60 años que nuestra Congregación ha dedicado en Chile al servicio de los más débiles, nunca había sucedido algo similar".
Añaden que "seguiremos acompañando al P. Jorge como hermano, ahora más que nunca en esta situación tan difícil. Seguiremos rezando como lo hemos hecho desde que empezó este caso. Rezaremos por los niños, por el P. Jorge, por todas las personas que han sufrido mucho en este proceso, y por toda la Iglesia".
[25 de julio de 2006]
la nación]

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