01 marzo 2006

condena por encubrimiento de asesinato

No denunció a su esposo, que cometió el homicidio para cobrar un seguro. Condenan a 270 días de cárcel a mujer por encubrir crimen de cocinero chino. En marzo de 2004 Zhongken Tan, dueño de un restaurante chino, habría asesinado a Yon Gan Ten y enterrado en el patio de su casa, supuestamente con el fin de cobrar un millonario seguro de vida, que no contemplaba el homicidio como causal de muerte.
El nombre de Yon Gan Ten, un joven chino residente en Chile, puede que no sea conocido. Pero la forma en que murió, el 26 de marzo de 2004, causó tal conmoción que motivó programas especiales de televisión.
A casi dos años del crimen, la justicia dictó la primera condena, no para quien sería el asesino, sino que contra quien lo encubrió: Yanshaw Wu, la esposa del dueño del restaurante ‘Chimn Xing', que estaba ubicado en Colón 7421, Las Condes.
La jueza del 32º Juzgado del Crimen de Santiago, Blanca Rojas, le impuso a la mujer una pena de 270 días de presidio por encubrir a su esposo, Zhongken Tan, quien sería el responsable de propinarle dos balazos al cocinero, romperle el cuello, cercenarle sus piernas y enterrarlo en el patio de su casa.
Parece una condena baja para tan macabro crimen. Incluso, a pesar de la sentencia, Yanshaw Wu no volverá a pisar la cárcel, ya que una vez descubierto el homicidio, la mujer estuvo más de ocho meses en prisión.
Quien es sindicado como autor material del asesinato huyó del país tres días después de eliminar a Yon Gan Ten. El 29 de marzo de 2004 ingresó a Argentina por el paso Los Libertadores y el 31 de ese mes cruzó hacia Bolivia, por el paso Los Pocitos. Allí se le pierde el rastro.

Complicada Ley
Interrogada por la policía, el 1 de abril de ese año, Yanshaw Wu admitió que su marido le confesó que había dado muerte al cocinero y que lo enterró en el patio de la casa. Lo que vino en adelante, constituyó la prueba para que la mujer fuera condenada.
Su marido le dijo que el cadáver estaba sepultado al costado de un sector con baldosas. Y le pidió que comprara cemento, arena y piedras, para que su hermano y dos primos cubrieran la zona y colocaran pasto sintético. Enterada del crimen, la mujer guardó silencio, cumplió el encargo y no hizo la denuncia.
Según la antigua legislación penal chilena, el delito encubrimiento entre cónyuges existe, pero no es sancionable. Aunque se trate de un delito tan grave como el homicidio. Según esto, la mujer debería ser absuelta. Pero como la responsabilidad real de su marido no está formalizada legalmente en el proceso judicial, el asesino podría ser cualquiera.
Lo que está claro, hasta ahora, es que el arma de fuego utilizada se la había prestado un amigo (que la tenía debidamente inscrita) tres años antes del crimen. También se ubicó el machete de cocina con que el homicida cortó certeramente las piernas del cocinero, sobre las rodillas, para que cupiera en el hoyo previamente cavado en la tierra. Pero en ambos casos no se encontraron huellas digitales, ni rastros de sangre.

[27 de febrero de 2006]
[Luis Narváez A.]
la nación]

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