31 diciembre 2006

lo torturó y fusiló por robarle margarina

Archivos del crimen. De un escopetazo en la cabeza Fernando Rodríguez acabó con la vida de Joel Morel (17). Avicultor torturó y fusiló a peón por sacarle una margarina. Asesino de La Calera cayó junto a su secretaria y rondín, quienes amarraron a una silla al supuesto ladrón. "No me mate, don Fernando", rogó a su patrón la víctima.
La tarde del 27 de septiembre de 1976 Joel Israel Morel Torres (17) salió desde su modesta casa en calle Ercilla de La Calera, que habitaba junto a su madre, Ana Rosa Torres, (44) y sus seis hermanos.
Su idea era dirigirse hasta la granja ‘R' en el sector de La Cruz, donde esporádicamente trabajaba recogiendo huevos desde los gallineros del campo de propiedad de Fernando Rodríguez Caroca (44). El ‘pololito' le reportaba algún dinero que llevaba a casa.
Las horas pasaron y la madre del muchacho se preocupó. Salió en su búsqueda, pero no logró ubicarlo. Recién el 11 de octubre tres niños que jugaban en el Canal La Hijuela se toparon con una terrorífica escena: Un cuerpo, cuya cabeza y tronco estaban tapados por un saco, flotaba en las aguas.
De inmediato alertaron a carabineros, quienes llegaron hasta la casa de Ana Torres para comunicarle la noticia. Increíblemente la mujer fue apresada durante tres días, ya que en un momento se pensó que había planificado el asesinato de su retoño. Pero aparentemente era una estrategia policial para engañar a los verdaderos culpables.

Fugado
La propia madre y vecinos aportaron información crucial acerca de los movimientos habituales del joven. Fue fácil enterarse que normalmente se dirigía hasta la parcela de Fernando Rodríguez, quien se convirtió en el principal sospechoso.
La prensa publicó su foto y los avisos de ‘Se busca' lo convirtieron en el criminal más buscado del país.
Intentó por todos los medios escabullirse, para lo cual no dudó en teñirse el pelo, se dejó bigotes y usó un carné de identidad falso.
Pero se cansó de huir y se entregó al capitán de Carabineros de Viña del Mar, Daniel Contreras Fuentes, a quien conocía porque Rodríguez tenía una casa en Concón.

"Error"
Junto a Rodríguez cayeron el rondín del fundo, Iván Pozo Johnson, (21) y la secretaria del patrón, Nora Cortés (27).
Todo se descubrió. El día en que Joel Morel llegó al fundo trabajó hasta tarde. Cuando caía la noche intentó volver a su casa, pero el rondín lo acusó de llevarse a la casa un paquete de margarina. Lo retuvo y avisó a la secretaria. La mujer, celosa de las pertenencias de su jefe, llamó al avicultor hasta su casa de Concón. Rodríguez creyó que llegaban a su fin una serie de robos hormigas que habían afectado a la parcela, donde gallinas y huevos desaparecían con frecuencia.
Se devolvió a La Cruz y cerca de la medianoche llegó a su casa. Encontró a Joel Morel amarrado a una silla y custodiado por el guardia y la secretaria.
Inmediatamente se puso a la cabeza del improvisado "tribunal", donde pasó a tener los cargos de fiscal acusador y juez, mientras que el imputado intentaba en vano defenderse.
Llorando le imploraba: "No me mate, don Fernando". El patrón lo sometía a torturas, pegándole culatazos en la cara para que confesara los robos.
Luego, según su propia confesión, no halló nada mejor que dispararle por sobre la cabeza para intimidarlo, pero se equivocó al cargar la escopeta por el cañón que no correspondía.
Al disparar le destrozó el cráneo al muchacho, quien apenas pudo ser reconocido por su madre.
Con ayuda de Iván Pozo y Nora Cortés, ensacaron el cuerpo y lo llevaron hasta el Canal La Hijuela, donde lo lanzaron. Erróneamente creyeron que la descomposición sería rápida.

Gozaba de una Salida Cuando Murió en Choque
El avicultor Fernando Rodríguez fue recluido en la cana de Quillota. En primera instancia lo condenaron a 7 años, lo que luego fue ratificado por la Corte de Apelaciones de Valparaíso. Pero desde octubre de 1979 había obtenido el permiso de salida sin custodia.
Paralelamente logró un acuerdo económico con la familia de Joel Morel, comprándoles una casa y algunos locales comerciales.
El jueves 10 de abril de 1980, a la 00.30 hora, Fernando Rodríguez conducía su auto mini por el kilómetro 25 de la ruta que une Concón con Quillota, cuando chocó frontalmente con un camión, perdiendo la vida instantáneamente.

Estaba Próximo a Lograr la Libertad Condicional
En la cárcel se le reconoció haber sido un gran colaborador ya que hacía clases de lectura a otros reclusos. Mientras sus cómplices estuvieron presos 5 meses antes de lograr la libertad condicional.
"Mi huida fue una pesadilla y recién en la cárcel encontré la paz", contó el homicida.
Ya en prisión, el avicultor Fernando Rodríguez Caroca contó a la prensa de la época con lujo de detalles cómo pasó de ser víctima de robos a homicida.
"Sentía que por fin íbamos a dar término a una situación que nos tenía a todos haciendo turnos nocturnos. Iba a ser también un alivio económico, íbamos a terminar con la banda que nos robaba en forma implacable".
Sobre Joel Morel sostuvo: "Mi impresión es la de que era un pelusón. Mi error fue dármelas de detective usando métodos que, reconozco, eran arriesgados".
Del momento mismo de la muerte del muchacho comentó: "Como que a uno le queda la mente en blanco. Se pierde noción de todo. Nos costó mucho rato reaccionar, tuve que ir a dentro a serenarme porque no hilvanaba las ideas".

Soluciones
"Tuve varias, dar cuenta a Carabineros, pero pensé que el disparo no era del tipo que se hace en este caso, cuando se sorprende a un ladrón. Cómo explicar una equivocación. Tomé la decisión de ocultarlo".
Luego vino la fuga. "Huir es una pesadilla y en prisión recién vine a encontrar la paz". Es una sensación de angustia permanente de noche y de día. Parece que todas las caras en la calle lo reconocen a uno".
Tuvo que apoyar a su secretaria. "Al otro día a las 7 me fui a Concón. Viví algunos días una vida aparentemente normal. Continué así hasta que aparecieron las publicaciones en los diarios, ahí nos desmoronamos. Nora vivió a puras pastillas igual que yo. Con Pozo hablé una sola vez para preguntarle su estado anímico. Estaba muy nervioso".
[Marcelo Romero G.]
[27 de diciembre de 2006]

la cuarta]

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