[Calama] Los secos golpes de un martillo y un cincel rompieron el silencio que existía la mañana de ayer en el cementerio Nº3. Los trabajadores Jorge Toro y Ricardo Espinoza tuvieron la misión de sacar desde un nicho el ataúd blanco en cuyo interior se encontraba el cuerpo del menor Igor Barraza, quien murió de hambre bajo una cama y aferrado a un pedazo de pan esperando que su madre regresara. Sin embargo, la mujer murió camino al hospital y estuvo 15 días como N.N. en el Servicio Médico Legal.
La exhumación del menor busca establecer científicamente su identidad, dado que en la autopsia anterior no se logró fijar su perfil de ADN y ello obligó al Ministerio Público a solicitar el procedimiento. La diligencia fue practicada por el fiscal Enrique Rodríguez y participaron detectives de la Brigada de Homicidios como también del Laboratorio Criminalística y del Servicio Médico Legal.
El ataúd fue sacado del camposanto y llevado hasta el Servicio Médico Legal para la realización de los exámenes. El fiscal Rodríguez manifestó que "sabemos de quien se trata, pero se debe establecer científicamente su identidad".
El pequeño fue encontrado muerto al interior de una casa en calle Los Algarrobos. Su madre ingresó fallecida al hospital como N.N. estableciéndose su identidad después de quince días, cuando encontraron el cadáver del pequeño. El Registro Civil inició un sumario al respecto.
[4 de enero de 2007]
[©estrella de iquique]
04 enero 2007
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