[Fabián San Martín D.] Robaban animales. Cuatreros se hicieron de 200 ejemplares en un par de años. Cowboys amenazaban con arma a víctimas y hacían cirugías plásticas a las vacas.
Como en el Far West, o como las historias de la legendaria serie televisiva ‘Bonanza', operaba el trío de cuatreros que fue detenido esta semana por Investigaciones de Valparaíso. Detectives de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim), recibieron una orden de investigar de la Fiscalía por el robo de ganado que afectaba a parceleros de Placilla, Peñuelas y Laguna Verde.
Modus Operandi
El sistema era el mismo. Emulando a los bandidos del lejano oeste, en absoluto sigilo llegaban de madrugada a los predios arriba de sus caballos y portando armas por si encontraban algo de resistencia de los propietarios. Luego procedían a lacear a los animales, equinos y de preferencia bovinos. Lo hacían de tal forma que nadie se percataba del abigeato. Luego conducían los ejemplares hasta un transporte que los esperaba en las cercanías. La banda de cuatreros era liderada por un guardabosques de Placilla, de 50 años, que tiene antecedentes por robo, hurto, contrabando e infracción a la ley de drogas; su hijastro de 27 y un hombre de 65 años, domiciliado en María Pinto, comuna hasta donde trasladaban el valioso cargamento. Para no despertar sospechas adulteraban guías de libre transito en caso de ser fiscalizados en el camino por Carabineros.
"Nip Tuck"
Una vez que llegaban a este apartado sector, procedían a realizar verdaderas cirugías plásticas con las bestias. Los ‘galenos' no usaban rayos láser para remover los tatuajes de los lomos con las iniciales de los dueños, sino que las remarcaban encima con fierro al rojo vivo. También las operaban para cambiar sus apariencias y que no fueran identificadas; cortaban pedazos de orejas y principalmente los cachos. Al contrario de los tratamientos que hoy se realizan para adelgazar, los ladrones sometían a sus pacientes a una estricta dieta para engordar consistente en bastante talaje. Cuando alcanzaban un buen peso las vendían en ferias rurales o simplemente a mataderos clandestinos cuando se veían apremiados.
Se sabe que esta banda venia operando desde a lo menos dos años, tiempo en que lograron hacerse de unos 200 animales, afectando a una decena de agricultores de la zona, que se han unido para iniciar acciones legales. Incluso uno de ellos fue amedrentado por el líder de la pandilla. Al saber que fue denunciado le envió dos matones que, escopeta en mano, lo conminaron a callarse.
También le hicieron una encerrona en vehículo. Esta semana se logró aclarar el robo que afectó a un agricultor de la Quinta Cuello Calán de Paso Hondo, en la Ruta 68, quien pudo recuperar cinco bovinos. Las diligencias continúan para ubicar nuevos afectados y otros implicados en el negocio ilegal.
[Fabian San Martín D.]
[11 de mayo de 2006]
[©estrella de valparaíso]
12 mayo 2006
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