[Santiago] Fue reconocido por siete de las víctimas atacadas en túnel Carrascal. Arturo Olivos comenzó sus ataques el 23 de marzo de 2006, cuando divisó a su primera víctima en un parque de la Universidad de Santiago, a quien intimidó y en compañía de otro sujeto la llevó hasta el túnel ferroviario del puente de Carrascal con Balmaceda, donde abusó de ella.
La sensación de poder sobre una mujer sola y la seguridad de una guarida conocida, fueron durante meses el escenario habitual para Arturo Olivos González (32), quien presa de sus bajos instintos, perpetró al menos seis robos con violación en el túnel Carrascal.
Sin embargo, su rutina escurridiza fue cercada la noche del miércoles por los efectivos de la 48º Comisaría de la Familia, y ayer los fiscales Patricio Cooper y Marcia Arancibia, formalizaron cargos en su contra que lo dejaron en prisión preventiva durante los cinco meses asignados a la investigación.
Olivos comenzó sus ataques el 23 de marzo de 2006, cuando divisó a su primera víctima en un parque de la Universidad de Santiago, a quien intimidó y en compañía de otro sujeto la llevó hasta el túnel ferroviario del puente de Carrascal con Balmaceda, donde procedió a violarla mientras su cómplice le registraba la cartera.
Sólo nueve días más tarde, el antisocial volvió a atacar, esta vez en la Catedral Metropolitana. Asegurándose de haber escogido bien a su víctima, se acercó a una mujer que obedecía al perfil: sola, llorando y evidentemente desamparada. Haciendo gala de sus dotes de conversador, Olivos entabló una charla, la invitó a salir y luego la amenazó con una arma oculta entre sus ropas. Su destinó fue el mismo túnel.
Tras los ataques se registra una laguna hasta octubre pasado, porque el imputado trabajaba en un parque de diversiones itinerante, lo que hace presumir a la Fiscalía de que pudo haber cometido otras violaciones en regiones.
El Regreso
A su regreso a Santiago, Olivos no dejó pasar mucho tiempo antes de volver a atacar.
Así, el 11 de octubre en complicidad con otro hombre -que se investiga si es el mismo de los otros casos- intimidó a una mujer que se encontraba en la gruta de Lourdes y la llevó hasta su guarida.
El 1 de noviembre su cuarta víctima fue sorprendida mientras hablaba por teléfono en la pileta de la Estación Central, a quien la tomó por la fuerza y la subió a un automóvil para dirigirla al túnel, sin pensar que nunca había tenido relaciones sexuales.
Las otras dos víctimas fueron intimidadas en condiciones similares, y luego de ser ultrajadas y robadas, eran abandonadas sin posibilidad alguna de pedir ayuda.
Una séptima víctima fue ayudada por un indigente que se percató que Olivos iba a atacarla, y éste logró huir llevándose sólo la cartera de la mujer.
Hace sólo un mes los fiscales se percataron que estaban frente a un violador en serie y tomaron medidas para agrupar los casos.
Curiosamente una octava víctima que no ha podido ser ubicada por el Ministerio Público para que reconozca a su agresor, dio las primeras pistas para ubicarlo.
El hombre al que correspondía el carné de identidad encontrado, explicó que meses atrás había conocido a un tipo que dijo llamarse "Samuel" -segundo nombre del agresor- con quien se hospedó en el Hogar de Cristo de Copiapó, pero que cuando salieron del lugar éste le sustrajo sus documentos y nunca más volvió a verlo.
"Contactamos al hogar para obtener la lista de pasajeros que esa noche se hospedaron allí, constatando que entre ellos había sólo un ‘Samuel'. Se solicitó al registro civil una fotografía del sujeto, y fue exhibida a las víctimas en un set, quienes en su totalidad lo reconocieron como el autor", dijo la fiscal. LN
[Carla Gallegos]
[24 de noviembre de 2006]
[©la nación]
24 noviembre 2006
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