25 noviembre 2006

mató a novio de una puñalada

[Concepción] Joven quedó en prisión preventiva por el delito de parricidio. Aburrida de maltratos mató a su pareja de una puñalada.
Tras una pela, la mujer tomó un cuchillo y se lo enterró en el corazón. Sin embargo, inmediatamente se mostró arrepentida y se entregó a la policía. Ayer tras su audiencia de formalización solicitó ir al funeral de la víctima. La respuesta a esta particular petición, será dada hoy.
Hace un año que una joven de 18 años, venía recibiendo maltratos físicos por parte de su pareja, según indicó. Sin embargo, la madrugada de ayer, la mujer no aguantó más y tras una supuesta golpiza propinada por el hombre, tomó un cuchillo y se lo enterró en el corazón. Se trataba de Héctor Díaz Flores, de 21 años, quien murió en forma instantánea.
Tras ver cómo el cuerpo de su conviviente yacía en el dormitorio de su casa luego de desangrarse, la joven, espantada, tomó su celular y llamó a Carabineros. Inmediatamente los uniformados llegaron hasta el campamento La Pera, lugar en donde la muchacha además vivía junto a sus padres y a la pequeña hija de ambos, de tan sólo diez meses de vida.
Los policías ni siquiera alcanzaron a formularle una sola pregunta, pues antes, ella ya había confesado su parricidio, argumentando que el brutal acto lo cometió sólo para defenderse de los golpes que recibió por parte de su pareja, con quien vivía hace tres años.

Legítima Defensa
Ayer por la tarde las fiscales Carmen Luz Flores y Marcela Bustos formalizaron a la joven por parricidio.
Durante la audiencia, la mujer se mostró muy serena, mientras su pequeña hija, sólo quería refugiarse en los brazos de su madre.
De acuerdo a la representante del Ministerio Público, aún no es posible acreditar la legítima defensa, pues según explicó "en ningún caso la agresión que ella habría recibido es proporcional a la forma de haber dado muerte a su conviviente", sostuvo.
Acogiendo este fundamento, la magistrado decretó la prisión preventiva de la muchacha.

Familia Molesta
La prisión durante los tres meses que dure la investigación en su contra, no dejó contenta ni a la familia de la victimaria, ni a su defensor, Álvaro Araya, pues él sostuvo durante la formalización que existían cuatro atenuantes para que la joven no se fuera a la cárcel. "Ella actuó en defensa propia, tiene una irreprochable conducta anterior, colaboró sustancialmente con la investigación y confesó su delito", aseveró el defensor. Sin embargo, por la dura pena que este delito amerita, la magistrada no otorgó su libertad.
[Helia Avendaño R.]
[25 de noviembre de 2006]

crónica]

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