[Copiapó] Trabajo policial de joyería permitió desenmascarar a familia que se coludió para simular asalto y ultimar a empleado de minera, en Copiapó. Madre e hijo contrataron asesino a sueldo para deshacerse de Wilson Sasso, el jefe de hogar. Lolo inmovilizó a su taita para que sicario lo apuñalara. Como "hizo bien su pega" el criminal lo recompensó. El rufián Mauricio Núñez recibió por su trabajo 500 mil pesos y una bolsa repleta de alhajas.
La muerte de Wilson Leonardo Sasso Silva (48), obrero de la Compañía Minera Quebrada Blanca, de Iquique, apuñalado en su propia casa, conmueve a Copiapó por la singular condición de sus victimarios: Su esposa, Eugenia Náyade Araya Martínez; su hijo, Melkon Sasso Araya (20), y el asesino a sueldo Mauricio Israel Núñez Vásquez (22).
El caso, que comenzó a indagarse como robo con homicidio, denunciado por la propia familia de la víctima, se transformó gracias al trabajo de la Brigada de Homicidios en la investigación de un parricidio.
El crimen se perpetró pasado el mediodía del 17 de noviembre, cuando Wilson Sasso regresó a su hogar de calle Puerto Viejo 1009, Villa El Litoral, en la capital de Atacama, para disfrutar de sus siete días de descanso.
Según madre e hijo, el asesinato fue obra de una pareja de asaltantes que, tras maniatarlos a ellos, ultimó al obrero cuando opuso resistencia en el segundo piso de la vivienda.
Sin embargo, tras constituirse en el sitio del suceso, los sabuesos de la BH sospecharon. La escena del crimen no coincidía con la declaración de los moradores.
Trasladado hasta el cuartel, Melkon no soportó el interrogatorio, cayó en contradicciones y terminó contando la pulenta.
Así se supo que la semana anterior él y su madre habían contratado a Núñez, un delincuente común, para que liquidara al obrero. La cabeza del dueño de casa fue tasada en un millón de pesos al contento, más un puñado de joyas.
El día convenido Núñez esperó a su víctima escondido en un clóset del segundo piso.
Cuando el laburante llegó a su hogar y subió cansadamente por la escalera, camino a una siesta reparadora, su hijo le tomó los brazos por la espalda y lo inmovilizó, mientras el sicario le hundía una y otra vez el cuchillo en el pecho.
Cuando el cuerpo de Wilson resbaló hasta el suelo, el delincuente le pasó el cuchillo a su contratante y le dijo: "Toma, ahora desquítate tú".... y Melkon remató a su padre con la fría determinación de un chacal desalmado.
Enseguida madre e hijo le cancelaron al delincuente 500 lucas y le entregaron un bolso con anillos, gargantillas y prendedores de plata y oro. Antes de marcharse Núñez demostró que es un profesional consciente de la legislación laboral y le pasó cien lucas al cabro por haber colaborado.
Cerca de las 18 horas de ese día, cuando consiguieron "desatarse", Eugenia y Melkon dieron aviso a Carabineros, para denunciar el asalto y la muerte de Wilson.
Esa misma noche el asesino Núñez guardó el bolso con joyas y 185 mil pesos en uno de los lockers del Supermercado Deca, en calle Chacabuco esquina de Chañarcillo.
Como es habitual, al terminar la jornada, el personal de seguridad abrió todos los depósitos. Así hallaron el bolso con joyas. Entre éstas había un anillo matrimonial con el nombre de Wilson Sasso y otro con la iniciales de Melkon Sasso.
Los guardias sospecharon de un robo y dieron cuenta a Carabineros. Al día siguiente los polis hicieron la guardia y capturaron a Mauricio Núñez y otro individuo que lo acompañaba.
Creyeron que se trataba de un robo, pero los detectives ya manejaban otras pistas y así comenzaron a encajar las piezas del puzzle.
Luego de escuchar los relatos de la fiscal Evelyn Hervia, el juez del Tribunal de Garantía dictaminó la prisión preventiva de Eugenia Náyade Araya Martínez, en calidad de cómplice, y de Melkon Sasso Araya, como autor.
Sobre la cabeza de este cabro pena una condena de presidio perpetuo calificado por parricidio.
Mauricio Núñez tenía una orden pendiente de captura, por lo cual pasó directo a la capacha.
Las causas que motivaron el crimen aún no están claras. Entre las hipótesis que baraja el Ministerio Público se cuentan posibles episodios de violencia intrafamiliar y abusos sexuales reiterados que sufría la mujer de parte de su pareja.
Familiares de la víctima han declarado que en mayo Wilson Sasso fue atacado por dos jóvenes que trataron de apuñalarlo en el cuello y que en este incidente también aparece involucrado Melkon, ya que fue él quien citó a su padre a la esquina donde sufrió la agresión. Del hecho quedó constancia en Carabineros.
[M. Carvajal/M. Vega]
[26 de noviembre de 2006]
[©la cuarta]
26 noviembre 2006
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