[Santiago] Francisco Gumera (24), uno de los pistoleros, reveló la trama delictual. El sujeto, que permaneció dos semanas prófugo y con tres balazos en el cuerpo, relató que el atraco tuvo tres etapas fundamentales de planificación a cargo del líder del grupo, Manuel Fuentes (39), herido y detenido en el atraco.
Tres semanas de preparación. Armas robadas a la marina y un pago pendiente para después del robo al proveedor. Éstos fueron los tres detalles clave que la madrugada de ayer reveló a la policía Francisco Gumera (24), el tercer involucrado en el asalto frustrado a un camión Brink's ocurrido en el Portal Edwards, luego que decidiera entregarse.
Según el sujeto, que permaneció dos semanas prófugo y con tres balazos en el cuerpo, el atraco tuvo tres etapas fundamentales de planificación a cargo del líder del grupo, Manuel Fuentes (39).
Las primeras semanas de octubre, el cabecilla de la organización urdió el plan. Coordinado con los hermanos Francisco y Roberto Gumera (23), y Cristián Gutiérrez, tomó contacto con el conscripto de la marina Guillermo Salgado.
En este primer encuentro, el líder recibió al menos dos pistolas robadas a la Armada y la semana siguiente dos fusiles M-16 del mismo origen ilícito. Sin embargo, el pago por éstos pertrechos no se concretaría hasta que el robo diera sus frutos.
Con las armas disponibles, sólo restaba conocer la rutina del dinero. Así, Fuentes dispuso a sus hombres a estudiar los movimientos del Servipag ubicado al interior del Portal Edwards, desde que éste cerraba sus puertas hasta que llegaba un camión Brink's a recoger las recaudaciones diarias, que el día del atraco ascendían a 40 millones.
Balas Por Dentro
El reporte de los malhechores reveló que el transporte de valores llegaba entre las 17:00 y las 19:00 horas, y que no contaba con mayor seguridad que dos guardias armados.
Así, el viernes 3 de noviembre la banda llegó hasta el Portal Edwards portando carros simulando ser repartidores.
Durante dos horas estuvieron apostados en los pasillos en los lugares convenidos, hasta que llegó el momento de ejecutar la operación.
En segundos el plan maestro se convirtió en una lluvia de balas, y el líder yacía en el piso herido por armas contrarias. Y en una maniobra distractiva, Francisco Gumera extrajo uno de los fusiles M-16 para disparar, sin pensar que éste le salvaría la vida. Esto luego que el tiro de uno de los guardias, que iba directo al tórax, rebotara en el cañón y sólo alcanzara a rozarle el abdomen.
Desesperado buscó un lugar seguro, recibiendo como respuesta otro impacto en el hombro, y en segundos un tercer tiro le fracturó el radio (antebrazo).
Gumera huyó. Estuvo dos semanas sin recibir atención médica hasta que decidió entregarse a la justicia.
[Carla Gallegos]
[14 de noviembre de 2006]
[©la nación]
15 noviembre 2006
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