30 septiembre 2007

la mujer que capturó al violador

[Chillán] La valiente detective que capturó al ‘violador del centro'. Inspectora Paula Díaz y su experiencia como ‘señuelo'. La inspectora Paula Díaz Navarrete, caminaba sola por la Avenida Libertad, cuando al llegar a calle Yerbas Buenas, sintió que, cual felino, un sujeto se le abalanzó. Su primer objetivo, la cartera que portaba. "Comenzamos a forcejear, mientras me lanzaba groserías me gritaba que soltara la cartera. Tenía un fierro en la mano, que pensé que era un cuchillo. En esos momentos llegaron mis colegas para auxiliarme y detener al tipo, quien resultó ser el sujeto que andábamos buscando", explica la funcionaria de la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones de Chillán, recordando el crucial momento en que, actuando como señuelo, detuvo a Gustavo Padilla Rivas, el temido "violador del centro", condenado hace pocos días a presidio perpetuo calificado, por cuatro asaltos a mujeres, dos de ellas con violación y abuso sexual incluido. Un mes demoró la deteneción del sujeto. Tras una primera denuncia, cuando violó a su primera víctima, los funcionarios policiales recorrieron raudos el sector céntrico, particularmente desde la esquina de Sargento Aldea y El Roble, hasta calle Yerbas Buenas. Una semana después, una segunda víctima caía en las garras del antisocial, un ex trapecista y cargador con domicilio en la población Irene Frei. Claro que en este caso, afortunadamente se trató de un robo. No tuvo la misma suerte una tercera víctima, quien sufrió vejámenes sexuales en el mismo sector céntrico. "En todos los casos actuó con el mismo modus operandi, se ubicaba alrededor de las 23 horas en los alrededores del mall, donde abordaba a mujeres que caminaban solas, las tomaba por la espalda y las intimidaba con un cuchillo, para llevarlas hasta un árbol en una cuadra oscura y sin pavimentar de calle Yerbas Buenas, cerca de Maipón, ahí las violaba de pie y a una víctima la amarró a un árbol con su bufanda", detalla la funcionaria policial, quien reconoció que desde ese momento, como unidad, se propusieron no descansar hasta dar con el sujeto. "Desde un comienzo nos propusimos como meta que no podíamos dejar que otra niña pasara por lo mismo", asegura la inspectora.

Un Mes en la Calle

Fue entonces, cuando, con valentía y entereza, Paula Díaz, junto a su colega Priscila Maureira, comenzaron a turnarse cada noche para frecuentar las calles del sector por el que había transitado el antisocial. "Era bastante cansador, porque nos íbamos después del trabajo, alrededor de las 22.30 horas y estábamos ahí hasta pasada la medianoche, cerca ya de la una", explica la funcionaria policial, quien para tales efectos vestía sport. Un mes estuvieron recorriendo las calles de noche. Hasta que la medianoche del 23 de septiembre las tediosas jornadas rindieron sus frutos. "Recuerdo que esa noche decidí caminar por calle El Roble, hasta la Avenida Argentina. Después tomé Avenida Libertad, en la esquina entré a un servicentro y cuando salí, vi a un sujeto que hacía como que hablaba por teléfono y quien después resultó ser el que andábamos buscando. Seguí caminando por la Avenida Libertad y poco antes de llegar a calle Yerbas Buenas, el tipo se abalanzó y comenzamos a forcejar mi cartera. A diferencia de las víctimas yo iba preparada, hasta que aparecieron mis colegas y lo detuvieron, costó mucho porque se resistió", asegura la inspectora al relatar el descenlace del operativo, el que tras la detención, continuó en la vivienda del sujeto, donde la policía encontró los celulares robados a las víctimas.

Pruebas Contundentes

Las pruebas se hicieron más contundentes, gracias al meticuloso trabajo realizado por los detectives de la Unidad, Priscila Maureira y Claudio Ibáñez, en el sitio del suceso, donde encontraron restos de semen, que tras un análisis de ADN, resultó corresponder a Padilla Rivas, pruebas todas que sustentaron la condena a presidio perpetuo. Tras el extenuante juicio y el fallo de la justicia, a la inspectora Paula Díaz, le vino a la mente, las jornadas de desvelos y la paciencia de su marido, que la esperó cada noche con preocupación. El reconocimiento llegaría también de parte de Investigaciones, que la reconoció como la mejor funcionaria de la unidad el año pasado. Un premio que simboliza la labor abnegada de la policía y, de paso, el reconocimiento de toda la comunidad.
[30 de septiembre de 2007]

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