
Se comprobó que la niña entre diciembre de 2004 y mayo de 2006 sufrió los ataques sexuales, de los cuales el condenado no reconoció responsabilidad, a pesar de la contundencia de las pruebas en su contra.
No existió dudas entre los magistrados del Tribunal Oral en lo Penal de Castro para condenar durante la tarde de ayer, a un sujeto por su responsabilidad en abusos sexuales continuados contra su propia hijastra, de sólo 11 años.
Así fue comunicado en audiencia de veredicto, en la que el juez José Bustos, en su calidad de presidente de la sala, integrada además por las abogadas Loreto Yáñez y Neyda Santelices, acreditó la participación -en calidad de autor- del obrero en el delito.
Luego de ponderada la prueba testimonial, pericial y documental entregada por las partes litigantes, se creó la convicción entre los jueces que el acusado de iniciales P.M.A.R. (44), "entre diciembre de 2004 y mayo de 2006, aprovechó las instancias en que se quedó sólo con la menor, en la casa que ambos compartían en el sector de Llau Llao, comuna de Castro, para practicarle tocaciones de connotación sexual", aclaró Bustos.
Además, la decisión del tribunal dio cuenta que los argumentos, en especial, los presentados por el persecutor, desvirtuaron la presunción de inocencia que beneficiaba al individuo.
Defensa
La unánime resolución sorprendió a la defensa del acusado, representada por el abogado Hugo Oyarzún, que hasta el último instante sostuvo la inocencia del trabajador, quien en su propia declaración en estrado expresó que todo "lo que se ha dicho es mentira, nunca he tenido alguna mala intención con ella".
Es más, durante la etapa de exposición de circunstancias modificatorias de responsabilidad, el jurista invocó la colaboración sustancial del obrero para el esclarecimiento de los hechos, recalcando que estos, "han sido interpretados erróneamente".
Este atenuante fue considerado por el fiscal Daniel Alvarado, quien encabezó la investigación de la causa, en sólo una parte de los cargos por los que finalmente se le culpó al acusado, quien sólo habría reconocido los besos de connotación sexual con la niña. Una arista bastante menor a la serie de ultrajes que la sala acreditó, la que comprendió palpaciones en los glúteos y otros aberrantes contactos.
La lectura de sentencia fue programada para este sábado. La fiscalía solicita una pena de seis años de presidio para el obrero, quien sólo se encuentra con cautelares menores, en libertad y a la espera del fallo por este nuevo delito sexual ocurrido en Chiloé.
[Pedro Bárcena González]
[pbarcenag@laestrellachiloe.cl]
[5 de septiembre de 2007]
[©estrella de chiloé]
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