23 noviembre 2008

Murió de un Balazo en el Corazón

[Calama] Servicios policiales rastrean la ciudad en busca de posibles autores. Ya se conoce la identidad del fallecido.
Un trabajador calameño, mayor de edad, fue asesinado de un balazo en la región torácica cuando transitaba por el sector poniente de Calama en horas de la madrugada de ayer.
El asesinato fue perpetrado alrededor de las cuatro horas y quedó al descubierto cuando una llamada telefónica alertó a Carabineros, en el sentido de que en la calle Pucón había una persona que estaba tirada sobre el pavimento.
Los carabineros acudieron inmediatamente al lugar y comprobaron la veracidad de la denuncia. En el sitio del suceso había personas que trataban de auxiliar al trabajador, pero ya estaba muerto.
Posteriormente, pudieron establecer que tenía una herida penetrante, muy pequeña, hecha con arma de fuego en la región torácica, sin salida de proyectil, la que le habría causado el daño en órganos vitales, lo que le provocó la muerte rápida y en el mismo lugar, sin que nadie pudiera hacer nada para auxiliarlo.
Estiman que el proyectil es de calibre 22 y que el disparo fue hecho a corta distancia de manera que hizo más daño que el que puede hacer ese calibre a mayor distancia.

Homicidio
En los primeros momentos llegaron a pensar que se trataba de un suicidio, pero, luego que los funcionarios observaron el cadáver, las características de la herida y otros aspectos propios de esas investigaciones concluyeron que es un homicidio.
Además existiría un testigo, quien habría escuchado que luego del disparo se produjeron los ruidos propios de las personas que escapan, pero que no sabría decir si fue una o dos.
El caso fue tomado por el fiscal Cristián Aliaga Ayarza, jefe del Ministerio Público de Calama y, quien se hallaba de turno en la noche del viernes para el sábado. Consultado al respecto ratificó que se trata de un homicidio.
La víctima fue identificada como Luis Eduardo Osorio Díaz, de 24 años de edad, domiciliado en Calama.
El cadáver fue levantado, derivado a la morgue para la necropsia y posterior entrega a los parientes para la sepultación.
[Manuel Cortés G.]
[23 de noviembre de 2008]
mercurio de calama]

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