La nana diabólica que envenenó sin misericordia a los tres hijos de sus patrones. La ‘Teté' también asesinó con el mismo método, mezclando una jalea con estricnina, a la suegra de su jefe, el doctor Sergio España. Crímenes cometidos en Buin en 1963 sacudieron al país. María Teresa Alfaro Hidalgo reconoció en su confesión que no le gustaban los niños. "Yo nunca he podido tener una (guagua) y cuando las oigo llorar me dan ganas de matarlas".
Corría 1963 y los chilenos todavía celebraban el tercer lugar en el Mundial de Fútbol disputado en nuestro país el año anterior. Nada bajaba de las nubes a los fanáticos de la ‘Roja' de Riera, que sentían que ya éramos potencia.
Pero la opinión pública aterrizó de golpe en la triste realidad en noviembre de ese año, cuando los titulares de los diarios se tiñeron de rojo con la macabra confesión de una empleada doméstica que envenenó en Buin a los tres pequeños hijos de un médico y su esposa matrona y a la madre de ésta. El demencial acto, según propia confesión, fue por odio a sus patrones.
Tragedia Mayor
En octubre de ese año el matrimonio compuesto por el doctor Sergio España Flores y la obstetra Magaly Ramírez vivía el luto por el sorpresivo e inexplicable fallecimiento de sus tres hijos, todos bebés, hecho acaecido a comienzos de la década.
La tragedia que había caído sobre la familia sólo tuvo un respiro cuando la última semana de ese mes fue visitada desde Copiapó por un matrimonio amigo que solicitó al galeno y a su esposa que fueran padrinos de bautismo de su hijita.
La nana que habían traído consigo le dio una mamadera a la niñita, quien después de dos sorbos comenzó con convulsiones. Salvó de milagro, pero Magaly Ramírez le pidió a su marido que investigara el contenido de la papa. El resultado fue terrible: Estricnina. De ahí fue cosa de atar cabos para que la policía determinara que María Teresa Alfaro Hidalgo, la nana que en 1959 había sido recibida, a los 18 años, por el joven matrimonio España-Ramírez, fuera encausada por homicidios calificados y homicidio frustrado.
‘La Teté', como se le conocía, juró inocencia, pero a mediados de noviembre no pudo más y contó la verdad.
Crudo Relato
Los suplementeros agotaron los diarios que publicaban la confesión de la ‘Teté', conocida por entonces como la ‘Nana Diabólica': "¡Sí, yo los maté, yo los maté! ¡Envenené a las guaguas y a la suegra del doctor y también quise matar a la niña del matrimonio amigo!"
Recordó que las cápsulas de estricnina se la dio su patrón para envenenar a ratones y perros vagos.
"No creía que el veneno fuera tan fuerte y en un pedazo de carne metí una pastilla y se la di al perro. Lo maté porque todo el tiempo me ensuciaba la casa", relató.
Los policías quedaron conmovidos con la frialdad de su relato.
"Después de las fiestas de Año Nuevo (de 1960) se me ocurrió matar a la guagua . Tenía diez días y se llamaba Viviana. Lloraba todo el santo día y me estaba enfermando de los nervios. Nunca me gustaron los chiquillos y menos los llorones", agregó. La pequeña murió el 22 de julio de 1960.
"Yo seguía odiando a mis patrones, que me retaban y me echaban cuando les contaba que me habían plantado un crío. Pero después que me hacía remedios volvían a tomarme. La suegra (Ana Córdova) era la peor. No terminaba con sus sermones", sostuvo.
El 14 de noviembre volvió a matar: "A la Magaly (de un año y 4 meses) le di la estricnina porque sus llantos me crispaban los nervios y el doctor me amenazó para siempre porque estaba otra vez embarazada".
El 3 de julio de 1962 fue el turno de Sergito España. Tenía 26 días: "También le di veneno. Este pobrecito me dio más lástima que ninguno, ya que era tan bonito".
Último Crimen
A Ana Córdova la asesinó con el mismo procedimiento. Preparó jalea, la cortó en pedazos y en uno de los trozos echó estricnina.
"Me empezó a hostilizar con 30 mil pesos que me había prestado para hacerme remedio de un crío que me plantó un amigo mío", relató.
Sobre por qué intentó matar a la guagua de los amigos de Copiapó, explicó: "Simplemente porque no me gustan las guaguas. Yo nunca he podido tener una y cuando las oigo llorar me dan ganas de matarlas".
Se Salvó de la Pena Máxima
La investigación realizada por la Brigada de Homicidios al mando del comisario Hugo Villegas Garín logró la confesión de María Teresa Alfaro, pero después la mujer se retractó y se declaró inocente.
"¡La 'Teté' es inocente, acá hay gato encerrado!", gritaba a la prensa Rosa Hidalgo, tras visitar a su hija en la cárcel.
Pero ante el juez sumariante, Julio Aparicio, la nana volvió a reconocer los asesinatos, tras dos horas de duro interrogatorio.
En 1965 fue condenada a pena de muerte, pero por su buena conducta se le conmutó la pena por 20 años de cárcel. Su intachable conducta tras las rejas le permitió salir en libertad diez años más tarde.
Incluso en 1971 contrajo matrimonio vistiendo un vestido blanco y tuvo una hija.
Actualmente la mujer vive entre Buin y Puente Alto trabajando en una feria. Quienes la ubican la conocen como la ‘Señora Teté' y no hablan más de ella.
Destino Regaló Nueva Oportunidad a Familia
Para cualquier familia la pérdida de sus seres queridos es terrible, pero es imposible imaginar lo que ocurre cuando la verdad de lo sucedido es tan cruda.
Los años pasaron para el matrimonio del doctor Sergio España y su esposa Magaly Ramírez y el destino se encargó de recompensar en parte la tristeza, regalándoles el don de la vida.
La pareja recibió la noticia de que serían padres en otras tres oportunidades. Y quiso la dicha que un hombrecito y dos mujeres ocuparan los lugares de sus hermanos y les devolvieran la alegría perdida a su padres. También se encargarían de convertirlos en abuelos.
Cuando en 1963 los hechos recién comenzaban a investigarse, y dejaban entrever la macabra verdad, el doctor Sergio España, de entonces 38 años, aún no salía del estupor y sorpresa que le significó saber que la mujer que hasta ese momento había servido casi ininterrumpidamente en su hogar era la responsable de la muerte de sus hijos y de su suegra.
"María Teresa está a nuestro servicio hace casi cinco años y siempre ha sido una muchacha ordenada, correcta y muy cumplidora. No sé qué pensar de ella, pero la estricnina se le dio a guardar a ella hace tres años, delante de mi finada suegra", recordó el facultativo.
La verdad se asentó cuando después de exhumar por orden judicial los cuatro cuerpos, el Servicio Médico Legal determinó que los restos presentaban elevados niveles de estricnina.
Con los años increíblemente el destino ha vuelto a reunir en las calles de Buin a Magaly Ramírez y a María Teresa Alfaro, pero han desviado la mirada y seguido su camino...
[Marcelo Romero G. ]
[20 de septiembre de 2006]
[©la cuarta]
20 septiembre 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario