27 junio 2007

esperando justicia

[Tocopilla] Se detuvo a más de cien personas, hubo sujetos que se repitieron ambos crímenes y nunca se encontró culpables de estos alevosos asesinatos. Aseguran que altas esferas protegieron a asesino.
Es común que en sectores más vulnerables ocurran horrendos asesinatos, muchas veces en venganza. Mientras los especialistas utilizan las teorías más rebuscadas del mundo para buscar la razón de estas reacciones, la respuesta para muchas personas está a la vuelta de la esquina.
Los sectores más pobres no ven en tribunales, autoridades y policía una solución, por eso prefieren tomarla en sus propias manos dejando todo en tierra de nadie.
Pero no es una situación nueva, es algo que parece ser una constante en la región, donde numerosos crímenes y asesinatos quedan en la más absoluta impunidad y con el paso del tiempo se les echa tierra como si nunca hubiesen existido.

Los Angelitos Tocopillanos
Los crímenes que más conmocionaron al puerto en los últimos veinte años fueron las violaciones y posteriores asesinatos de Claudia Andrea González Díaz de 7 años y María Filomena Mercado Rojas de 9, perpetrados el 26 de octubre de 1984 y el 3 de junio del 1986, hechos están grabados con sangre en la memoria colectiva de los tocopillanos, que aún tienen una sensación de impunidad, porque ninguno de estos alevosos casos fueron resueltos.
La historia de Claudia Andrea, golpeó a la ciudad una tranquila mañana de octubre, cuando vecinos de Sargento Aldea, encontraron el cadáver de la pequeña. Ella había desaparecido la tarde anterior cuando su madre, luego de ir a buscarla a la Escuela Carlos Condell, le indicó que retornara a su hogar distante a cuatro cuadras, mientras ella solicitaba un certificado de estudios.
Ese fue el último momento en que vio con vida a su hija. Al día siguiente las vecinas que habían organizado campañas de búsquedas la encontraron muerta detrás de un estacionamiento en el Cerro Alegre.
Un testigo privilegiado de estos hechos fue el periodista, Osmán Núñez, que debió cubrir estos acontecimientos, siendo los más cruentos que le tocaran conocer en su trayectoria en La Prensa de Tocopilla. Los recuerdos del profesional, retratan una comunidad profundamente impactada, que según retrata el Diario de esos años, sucumbió a una sicosis colectiva, donde se registró un alto ausentismo escolar, "la gente no quería salir a las calles y se detuvo a cientos de personas para dar con el supuesto asesino, registrándose apremios ilegítimos", recordó Núñez.
"En el caso de la Claudia Andrea se detuvo al padre de la niña y a los demás arrendatarios de la casa donde vivían". "La versión que más circulaba en la gente, pero nunca fue confirmada, era que se trataba de un informante del Centro Nacional de Inteligencia CNI, quien estuvo detenido en ambos casos, de quien nunca se supo su identidad, pero es la tesis que sostiene la mayoría", añadió.
La muerte de María Filomena ocurrió cuando aún no transcurrían dos años del asesinato de Claudia Andrea. La menor de 9 años fue encontrada en el sector de Las Ripieras, bajo grandes peñascos, luego de despedirse de su madre para concurrir a un ensayo de un baile religioso. El actuar de la policía se repitió nuevamente, fueron detenidas cientos de personas para dar tranquilidad a la gente, pero nada arrojaba pistas para inculparlas y poco a poco fue creciendo un sentimiento de profunda impotencia, porque los casos no eran resueltos.
Las poblaciones del sector norte organizaron diversas marchas para clamar justicia por las muertes de estas niñas. El rumor que alguien de alto rango había intercedido para la liberación del mayor sospechoso cobró fuerza. Por más de una semana se extendieron las protestas, que comenzaban con marchas en la Avenida 18 de Septiembre.
"Eran momentos de terror, porque sentía muy cerca las balas, explosiones y gritos. Todos los niños teníamos miedo", dicen los relatos de la época.
Pero lo que más duele e indigna a la comunidad, aún después de 20 años, es el nulo avance que tuvo la investigación y la falta de justicia para los más desposeídos. Crímenes que fueron tapados con tierra por los responsables de impartir justicia.

Devoción de las Niñas
A más de 20 años de los más brutales crímenes de los que tiene memoria Tocopilla, diversas son las muestras de fe que la población del Puerto Salitrero ha entregado a las pequeñas víctimas.
Son varias las placas de agradecimientos puestas en las animitas de las menores por favores concedidos, debido a las trágicas condiciones en las que se desarrollaron los acontecimientos en ambos asesinatos.
Son varios los milagros que la creencia popular le atañe a las pequeñas, que las ven como una santas milagrosas.
[Alejandro Rondón]
[arondono@prensatocopilla.cl]
[27 de junio de 2007]

estrella del norte]

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