14 noviembre 2008

Apenas 3 Años por Violar a Su Hija

[Los Ángeles] Sentencia del tribunal oral angelino. Obrero forestal pasará cinco años encarcelado por violar a su hija.
Acusado por el Ministerio Público fue sentenciado a 3 años y un día por el ultraje de pequeña de 13 años; en tanto, por la agresión que perpetró en contra de su esposa, recibió otros 541 días. En total, casi cinco años de privación de libertad, sanción que deberá cumplir de manera efectiva.
Tres años y un día por violar a su hija y otros 541 días por la golpiza que perpetró en contra de su conviviente el año 2005, recibió como castigo J.L.C.C. (35), obrero forestal que fue enjuiciado a fines de la semana pasada bajo los cargos de violaciones reiteradas y lesiones graves pero que, finalmente, fue condenado por uno de los ultrajes y lesiones menos graves.
La sala 1 del tribunal oral de Los Ángeles, compuesta por los magistrados Marisol Panes, Juan Mauricio Poblete y Pamela Pino dictaminaron su culpabilidad el viernes pasado y ayer informó el castigo para el agresor, quien quedó al descubierto en abril pasado, cuando la menor afectada (M.I.C.P.) contó lo sucedido a una compañera de curso. Esta, a su vez, lo informó a un docente de la escuela a la que ambas acudían.
El profesor llevó a la menor a constatar lesiones al hospital Dr. Víctor Ríos Ruiz. Allí, el médico de turno constató que existía una lesión atribuible a un ultraje.
Una vez enterada de este hecho, la fiscal Mariana Ramírez solicitó que la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales y Menores (Brisexme) de la Policía de Investigaciones se hiciera cargo de las primeras diligencias, para esclarecer cuanto antes lo sucedido.
Personal de esta unidad entrevistó al individuo, procediendo luego de ese trámite a su detención. Como ya se indicó, fue formalizado por violaciones reiteradas, ilícito por los cuales la fiscal Ramírez pedía una sanción de 10 años. Por las lesiones graves, por su parte, pedía 818 días de reclusión.
Estas últimas tuvieron lugar en enero del 2005, en medio de un extremo episodio de violencia intrafamiliar. Su mujer –madre de la niña violada- llegó el Hospital Base, en donde debió curársele una profunda herida en la mano, que responde a un ataque de "canibalismo" sufrido por el hombre, quien no encontró otra cosa mejor que morderla para manifestar su molestia. Este habría sido uno más de varios incidentes de este tipo, según las denuncias realizadas por la afectada en los últimos años.

Dolor sin Fin
En esta historia, en todo caso, la pequeña víctima principal, sin lugar a dudas, es M.I.C.P.
Según el perito psicólogo que atestiguó en el juicio indicó que ella, en el presente, exhibe importantes trastornos conductuales –como un precoz inicio en el consumo de alcohol, pernoctar constantemente fuera del domicilio, ausentismo y bajo rendimiento escolar, entre otros- lo cual fue definido por el profesional como la manifestación más evidente del daño sufrido por la menor, debido al "maltrato y abuso sexual crónico" que le ha tocado soportar a sus cortos 13 años.
Los especialistas que estuvieron en la audiencia concordaron en que la hoy adolescente creció en medio de un pésimo escenario, caracterizado por la pobreza y la "negligencia" en su cuidado de parte de los padres.
La culminación de esta falta de cuidado es la violencia sexual sufrida por la adolescente, y las consecuencias que han dejado sobre sí.
De hecho la víctima, tras haber detallado ante la policía y la fiscal cómo sucedieron los hechos, en el juicio –del que participó a través de videoconferencia- sostuvo que su padre no la atacó. Sin nombrar a nadie, señaló que otro sujeto es el responsable de lo acaecido.
Quizás como una explicación de aquello, el perito psicólogo aportó sobre el contradictorio actuar de la menor en los últimos meses, antes del juicio desarrollado la semana pasada, indicando que en una de las cuatro entrevistas que le hizo, M.I.C.P le dijo que su madre la había llevado a la cárcel, donde estuvo cara a cara con su agresor.
Lo anterior implica un abierto desacato a una de las medidas cautelares decretadas en la formalización de cargos llevada a cabo en el Juzgado de Garantía contra el imputado, y cuya finalidad –precisamente- era proteger a la menor.
En esa cita, el condenado le habría advertido que se suicidaría si ella continuaba adelante con la causa. La progenitora, por su parte, habría aportado con su grano de arena al respecto, enrostrándole a su hija la magra situación económica que vive la familia desde que J.L.C.C. se encuentra en prisión.
El obrero permanecerá, en todo caso, recluido, puesto que la sala del tribunal –si bien determinó una baja sustancial en el castigo contra el condenado- ordenó que éste se materialice de manera efectiva, es decir, sin ningún tipo de beneficios.
[14 de noviembre de 2008]
la tribuna]

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