23 febrero 2007

capturan a asesino de diente de oro

[San Antonio] El complejo operativo de inteligencia que permitió capturar al asesino del Diente de Oro. La policía debió enfrentarse, entre otras cosas, a la red de protección montada por el círculo más cercano al condenado y datos maliciosamente proporcionados que hablaban de una huida a Paraguay o Alemania.
La detención de Hugo Tobar Arenas, condenado a 12 años de cárcel por el homicidio de Pedro Silva Vergara, más conocido por su apodo de ‘Diente de Oro', puso fin a uno de los operativos policiales más exitosos y complejos del último tiempo. Complejo no sólo por la figura de Tobar Arenas, un tipo definido por la propia policía como "poderoso, con dinero y con muchos contactos", sino también por la verdadera red de protección y por los datos distractores que debieron enfrentar los detectives durante los 70 días en que el imputado deambuló con el cartel de prófugo de la justicia.
Desde el mismo 12 de diciembre, día en que Hugo Tobar quebrantó su arresto domiciliario y no se presentó a la audiencia de lectura de sentencia -donde fue condenado a 12 años de cárcel-, un equipo liderado por el jefe de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim), Marcelo Hugueño, se abocó a seguir la pista de uno de los fugados más buscados por la justicia.

¿Dentro o Fuera del País?
La tarea no resultó fácil. En un primer momento los investigadores recibieron informaciones erróneas, echadas a correr por el círculo más cercano del condenado, que sólo pretendían mantenerlo en la más absoluta clandestinidad. Algunos ‘soplos' indicaron que había salido del país de manera ilegal y que sus paraderos más probables eran Paraguay o Alemania.
Los policías chequearon estos datos y comprobaron su nula veracidad. La alerta roja se encendió recién a principios de enero, cuando un informante reveló el circuito que estaba siguiendo el prófugo para mantenerse lejos de sus ansiosos perseguidores. Según este valioso antecedente, Tobar Arenas estaba pernoctando en casas de familiares y conocidos en diferentes ciudades de la zona central del país. Ahí afloraron, como posibles destinos, Melipilla, Curacaví y Puchuncaví, balneario cercano a Ventana, al norte de la Quinta Región, donde finalmente fue apresado la tarde del lunes.
Pese a que la investigación se manejó bajo completo hermetismo, antecedentes manejados por El Líder señalan que, antes del lunes, los detectives ya se habían trasladado en dos ocasiones a Puchuncaví olfateando la pista de Tobar Arenas, quien, pese a estar condenado, continúa alegando inocencia y culpando a la policía de montar una maquinación en su contra.
En esas dos oportunidades, el prófugo alcanzó a escapar. Pero la tercera fue la vencida. El lunes pasado, tras recibir la confirmación de otro informante -ligado al círculo de amistades y familiares del acusado-, una patrulla con cinco efectivos a bordo se dirigió a toda velocidad a Puchuncaví.
Esta vez sí hubo resultados. Se comprobó que Tobar estaba en el lugar y el propio jefe de la Bicrim envió a una patrulla para reforzar el operativo. Pero el segundo vehículo no alcanzó a llegar. Los agentes que habían salido primero sorprendieron a Tobar caminando por la calle junto a algunos familiares. Faltaban pocos minutos para las 21 horas. La captura no tardó en llegar.
Una sola imagen graficó el final de esta bullada historia policial. Fue el momento en que Tobar, con el rostro cansado, abatido y desesperanzado, llegó al cuartel de Investigaciones de San Antonio tras su captura. Su figura contrastaba con la cara de satisfacción y alegría de sus captores, quienes sabían que tenían en sus manos a uno de los prófugos más buscados por la justicia.
[23 de febrero de 2007]
líder de san antonio]

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