14 junio 2007

drogadictos controlan población

[Lota] Vecinos del sector lotino relatan cómo un gatillo amenazó sus vidas. Bannen: la ruta de los disparos. Víctimas de delitos se atrevieron a contar su experiencia a Crónica. Esperan que de una vez por todas el crimen los deje de rondar.
Cuando bautizaron la calle, los fundadores de la Población Bannen no sabían que estaban cometiendo un grave error. La que, con esperanza, denominaron Avenida La Paz, es hoy una de las más peligrosas y violentas vías de Lota.
En ése y en otros pasajes del popular sector ocurren todos los días episodios terribles de agresión y amenaza a personas de esfuerzo, ilícitos que quedan en la más absoluta impunidad. Los vecinos, aunque llenos de temor, se atrevieron a contar sus experiencias.

"Casi Matan a Mi Hijo"
M.A.C. es hijo de un humilde zapatero de calle La Paz, que todos los días impregna sus manos de betún y neoprén para sacar a su familia adelante. Su padre reveló cómo el menor, de 17 años, estuvo a punto de morir por la bala irresponsable de unos delincuentes.
"Había ido a una fiesta y salió a dejar a una chiquilla a su casa. En eso pasó un auto y unos tipos le dispararon en el estómago. Lo llevé al hospital muy grave y casi se me muere", dijo acongojado. "Llamé a Carabineros, entregué todos los antecedentes, pero nadie hizo nada", se lamentó otra vez.
Sólo un par de cuadras más arriba del cerro, José Riquelme, dueño del negocio ‘La Veguita', recordó su propio momento de terror.

Querían Droga
Era una tarde de marzo de 2007. El hombre estaba limpiando su negocio, cuando se encontró con tres sujetos que subían las escaleras que dan a su puerta. "Me agarró uno de cada lado y otro me golpeó con la culata de la pistola", contó.
Explicó que sus atacantes estaban especialmente ansiosos y que intentaron arrastrarlo hacia el interior del local.
Aunque se había desmayado por el impacto, recobró fuerzas para sujetarse de la reja, hasta que, alertado por un tercero, su hermano llegó a socorrerlo. "Si me meten al negocio, me hubieran matado, porque pedían más y más plata y yo no tenía", dijo. También llamó a la policía, pero no hubo respuesta.

A Quemarropa
Jorge Cifuentes, del minimárket ‘San Jorge', vivió su calvario el viernes pasado. "Llegaron dos, entraron con escopeta, revólver y cuchillo, y me apuntaron a quemarropa. Sentí mucho miedo", contó.
Afortunadamente, los tipos se distrajeron y Cifuentes alcanzó a echar mano a una pistola de su propiedad y disparar al aire, haciendo huir a los delincuentes. "Si no, es la hora que estoy muerto", dijo aún asustado.

Armas en Oferta
El dependiente y los clientes de una popular botillería del barrio unieron sus voces para reclamar. "Acá el vandalismo es terrible, asaltan, amenazan y nadie hace nada. El problema es que los tipos andan con armas de fuego y lo más probable es que haya, como dicen, comercio clandestino de pistolas y revólveres acá, porque todos tienen y lo más seguro es que a un delincuente no se lo van a dar en una armería", reflexionó, mientras sus parroquianos asentían apoyando sus dichos. Lo cierto, es que en el sector es conocida la venta de armas de fuego, incluso algunas versiones, logradas por Crónica, aseguran que se pueden conseguir hasta por diez mil pesos golpeando la puerta adecuada.
[14 de junio de 2007]
crónica]

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