[San Antonio] La Policía de Investigaciones realiza intensas diligencias para esclarecer este horrendo hecho, pero ni siquiera hay testigos, sólo el hallazgo de una vainilla calibre 22.
El misterio no termina. Ayer fue sepultado Julio Manríquez Soto, el hombre que murió de un balazo en la cabeza. Sus familiares nada saben de cómo ocurrió este verdadero puzzle policial que quedó al descubierto la madrugada del lunes en las cercanías del hospital Claudio Vicuña de San Antonio.
El caso está a cargo de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de San Antonio, que hasta ayer no había conseguido avanzar en el esclarecimiento de este horrendo hecho. La única pista que existe es la vainilla de calibre 22 que fue encontrada en el lugar donde apareció el cuerpo de Manríquez, en la esquina de las calles Luis Reuss y Carmen Guerrero, a 20 metros del Servicio de Urgencia. No hay testigos que hayan entregado información a los detectives. Lo cierto es que la familia exige justicia, porque la tesis del suicidio ni siquiera la barajan como última posibilidad.
"Mi hijo era un alcohólico, pero era una persona muy buena. No me explico quien pudo hacer esta maldad tan grande. Sólo espero justicia para que atrapen al infeliz que le quitó la vida", dijo su madre, Gladys Soto Manríquez.
Sobre la investigación, el jefe de la Bicrim, comisario Jorge Lamig Fritz, indicó que no se puede descartar ninguna hipótesis, pues si fue un suicidio es posible que alguien haya tomado el arma que quedó en la vía pública.
En Barros Luco
Fue a las 10.30 horas que la madre de Julio Manríquez vio por última vez a su hijo. Ambos salieron desde su casa en la calle Adrián Soto Vivanco 1042. Estuvieron en la feria libre, pero él se dirigió a la población Barros Luco para "hacer un trámite".
Según la mujer, en dicho sector Julio tenía a gran parte de sus amigos, con los que solía compartir en las cercanías de la plaza René Schneider. "Con sus amigos se puso a tomar seguramente esa noche", admitió Gladys Soto, quien recalcó que su hijo se había sometido a diversos tratamientos para dejar el trago.
Pese a esto, ninguno de las amistades de Julio Manríquez afirma saber que pasó con él después de las 15 horas del domingo, ya que incluso algunos de ellos le han dicho a la madre que fue a esa hora cuando se le vio salir de la población Barros Luco.
Gladys Soto cree que su hijo fue asaltado porque la documentación personal que portaba aún no ha aparecido. "Nunca imagine que mi hijo iba a terminar así", concluyó entre lágrimas esta atribulada feriante de San Antonio.
[Rodrigo Ogalde Cofré]
[20 de junio de 2007]
[©líder de san antonio]
20 junio 2007
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