17 noviembre 2008

Creyeron Que Lo Habían Matado

[Punta Arenas] Preocupa lentitud de la investigación. Familia sufre por esquizofrénico a quien asaltaron; le quedan tres meses de vida. Paciente estuvo dos días inconsciente y sufrió deformación de su rostro, pérdida de visión y se le detectó tumor cerebral maligno.
El viernes 31 de octubre, alrededor de las 21 horas, el magallánico Orlando Alvarado Agüero, de 30 años, quien sufre de esquizofrenia, fue objeto de una terrible golpiza por parte de tres sujetos jóvenes. Minutos antes él había compartido unos tragos con estos desconocidos en el sector sur, sin sospechar que tal esparcimiento desembocaría en un violento asalto hacia su persona.
Al momento de intentar separarse del grupo, éstos se negaron a entregarle su chaqueta a Alvarado y al resistirse a quedarse procedieron a golpearlo con saña, propinándole patadas en su rostro y cabeza, además de fuertes hebillazos. Producto de este ataque, sufrió una fractura de nariz, una deformación de su rostro y una fractura de su órbita ocular izquierda, lo cual podría llevarlo a perder la visión.
Tras la brutal agresión estuvo dos días inconsciente en el Hospital Regional, donde fue dado de alta el jueves con un pronóstico muy poco alentador. Según lo señalado por su padre y su hermano Sergio, a Orlando le quedarían apenas tres meses de vida, según los médicos. La razón sería un tumor cerebral maligno y del cual se desconoce si fue originado por la fiereza de los golpes recibidos o era algo que ya lo tenía.

Creyeron Que Había Muerto
Para la familia resulta duro recordar las condiciones en que quedó el agredido, a quien los antisociales le arrebataron su chaqueta, sus zapatillas Nike y una cadena de oro. Dentro de las pertenencias también se encontraban su carné de identidad y los medicamentos que debía ingerir periódicamente por su cuadro de esquizofrenia.
Sergio señaló que la golpiza fue tal que los delincuentes pensaron que habían matado a su hermano, seguramente a raíz de espasmos que pudo sufrir antes de quedar tendido. Huyeron dejándolo en jeans y polera, descalzo, tirado en la calle. No saben cómo pudo regresar a casa -a la altura del Cofrima de la Avenida José Martínez de Aldunate- todo empapado, vomitando sangre y con su espalda y rostro magullados.
Pese a que el hecho fue denunciado a la Fiscalía Local, los familiares expresaron su preocupación en relación a la inexistencia de avances en este caso a casi dos semanas de la golpiza. Ello, pese a saber quiénes fueron los agresores, a quienes la víctima con su hermano lograron identificar en la calle tras hacerles un seguimiento. A la fecha no han sido llamados a declarar, ni saben de indagaciones.
La investigación la tiene el fiscal Oliver Rammsy, el cual recién el viernes último le señaló que había enviado una orden de investigar a la Sip de Carabineros, luego de una serie de dilaciones y evasivas. Con impotencia, lamentaron no tener recursos para poder contratar a algún abogado que asuma el caso.
La familia vive momentos de angustia, al no saber si Orlando vivirá más allá de lo pronosticado. Los golpes incluso parecen haber deteriorado su salud, al punto que en estos días se olvida de cosas que tiene que hacer y sufre de fuertes dolores de cabeza. Semanalmente es sometido a terapia, y sólo confían en Dios y en que la justicia haga su parte.
[17 de noviembre de 2008]
prensa austral]

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