[Felipe Díaz y Héctor Rojas] En las últimas horas se recogieron pruebas que vinculan la misma arma de fuego usada en el suicidio del comerciante y el crimen de ‘El Rucio'. Revelan nuevas evidencias contra Jorge Martínez en el homicidio de Hans Pozo. Mientras ayer se efectuaban los funerales del joven asesinado y descuartizado, la policía se encontraba analizando restos de cabello humanos de color rubio, similar al de Pozo, encontrado en la heladería del hasta ahora único sospechoso del caso.
Los peritajes efectuados por el Labocar y el Servicio Médico Legal, por orden del fiscal Pablo Sabaj, han arrojado en las últimas horas nueva luz que, preliminarmente, vinculan al comerciante de helados Jorge Martínez Arévalo en el crimen y descuartizamiento del joven Hans Hernán Pozo Vergara.
Pese a que se encuentra pendiente el resultado de un peritaje balístico que será entregado por especialistas de Carabineros, las primeras averiguaciones apuntan a que la munición -y el arma- con la que el sábado 8 de abril se suicidó el comerciante sería del mismo tipo de la usada para asesinar a ‘El Rucio'.
Martínez se quitó la vida con un revólver calibre 38 de su propiedad. Los análisis están siendo realizados mediante técnicas balísticas y tanatológicas.
Para ello, están siendo sometidas a comparación las lesiones en ambos cráneos. La pericia reviste cierto grado de complejidad, pues en la cabeza de Hans Pozo no fue encontrado el proyectil: el autor del crimen tuvo la preocupación de extraer la bala utilizando algún implemento metálico.
Sin embargo, los exámenes arrojan inicialmente que ambas lesiones fueron causadas por munición de un calibre cercano a los 9,3 milímetros. "La evidencia es preliminarmente compatible en ambos casos en el tema de la munición", señaló una fuente cercana a la investigación.
Estas pruebas estrechan aún más el círculo en torno a Martínez y se suman a la evidencia clave detectada en el curso de la investigación.
La más importante, hasta ahora, es la presencia de sangre de Hans Pozo en el asiento trasero del furgón utilitario marca Suzuki del comerciante de helados.
A esto se añade el hecho de que hay un elemento que derrumba la coartada exhibida por la familia del microempresario. Según lo expuesto, Jorge Martínez salió de su casa la tarde del domingo 26 de marzo con dirección a Olmué, en la Quinta Región, a participar de un seminario de los trabajadores municipales. Sin embargo, se descubrió que si bien el heladero se despidió de su familia ese día, el lunes 27 pasó a recoger a una amiga a su casa en Santiago.
Además, los investigadores mencionan como prueba "circunstancial" la carta dejada por Jorge Martínez a su familia. En ella, pese a que está colmada de datos falsos, admite que conocía a Hans Pozo y que pidió ayuda para evitar que siguiera extorsionándolo.
Rastros Biológicos
A esta evidencia se suma otra que puede adquirir una importancia crucial y estrechar el círculo en torno a la autoría del crimen.
Se trata de restos de cabello humano encontrados en la distribuidora de helados de Martínez, en el paradero 30 de Santa Rosa. Se trata de pelo rubio que podría corresponder a Hans Pozo, aunque esta hipótesis debe ser verificada mediante exámenes de ADN al folículo del cabello encontrado.
Las pesquisas han avanzado en las últimas horas en comprobar el vínculo existente entre el heladero y el joven asesinado.
En este sentido, los empadronamientos efectuados por personal del OS-9 de Carabineros han arrojado material investigativo de relevancia.
Cercanos a Hans han declarado que éste les comentaba frecuentemente la existencia de un hombre que le regalaba ropa y dinero. Los testigos han asegurado que jamás los vieron juntos y que desconocen su nombre. Pero revelan que ‘El Rucio' se refería a él como "el heladero del 30" (en alusión al paradero) y comentaba que trabajaba en la Municipalidad de La Pintana.
En otro sentido, aún está pendiente el registro de llamados del celular de Martínez, que permitiría identificar a posibles cómplices.
[Felipe Díaz y Héctor Rojas]
[16 de abril de 2006]
[©la tercera]
16 abril 2006
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