26 septiembre 2008

Gendarmes Juzgados por Torturas

[Arica] Juicio a gendarmes por tormentos a detenido. Los inculpados ya recibieron sanciones administrativas, pero el caso, según la fiscalía, constituye delito.
Tres gendarmes de la cárcel de Acha comparecen en un juicio oral como acusados del delito de tormentos a detenido, cometido contra un joven interno del penal, quien en abril de 2005 pasó varios días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Doctor Juan Noé, aquejado de un problema renal severo, después de ser obligado a realizar cerca de 300 flexiones de piernas o sentadillas para ‘pagar' un castigo.
Los imputados del caso son el cabo José Antonio Fuentealba Arenas, el suboficial Mario Fernando Flores Matamala y el sargento Héctor Manuel Cisterna Sepúlveda, quienes se encuentran en servicio activo de su profesión, según confirmó la Dirección Regional de Gendarmería.
La víctima, por su parte, es el interno Patricio Cáceres Moraga (27), quien cumple una condena de seis años por el delito de robo.
Esta es la segunda vez que se realiza el juicio, ya que la Corte de Apelaciones, tras un recurso interpuesto por el Ministerio Público, decretó la nulidad de un fallo anterior que había absuelto de cargos a los funcionarios.
La jornada comenzó ayer con los testimonios de los inculpados, víctima, peritos y familiares, entre otros, y continuará con un pronosticado final hoy.
Mientras el fiscal del caso, Carlos Eltit, se empeña en demostrar que el castigo aplicado al reo está directamente vinculado con la insuficiencia renal que sufrió más tarde, la defensa, pública y particular, busca elementos que permitan desvirtuar esta teoría del persecutor.

Hechos de la Acusación
Según los antecedentes de la acusación de la fiscalía, cerca de las 12.30 horas del 3 de abril de 2005, el gendarme Fuentealba Arenas golpeó al interno en el rostro y el pecho.
Más tarde lo trasladó a la guardia del Módulo E-5 del recinto carcelario, donde lo entregó a Flores Matamala, a quien le dio instrucciones de aplicarle un castigo por supuestas ofensas.
Este último le impuso el castigo antirreglamentario de hacer alrededor de 300 flexiones de piernas, ejercicio que fue supervisado por Cisterna Sepúlveda.
En la tesis de la fiscalía, el castigo provocó una insuficiencia renal aguda o rabdomiolisis en la víctima, la que tuvo que ser internada en la UCI del hospital.
"Las flexiones de piernas no están reglamentadas, pero es una práctica común dentro de las unidades penales", declaró en el juicio uno de los imputados.
En tanto, la directora regional de Gendarmería, coronel Ana Muñoz Vergara, señaló que la institución aplicó sanciones administrativas contra los tres imputados.
[26 de septiembre de 2008]
estrella de arica]

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