10 abril 2008

Más sobre Jaime Low Cabezas

[Punta Arenas] Graves acusaciones enfrenta Jaime Low. Preso sacerdote por abusos sexuales. En Porvenir el sacerdote habría cometido un delito similar.
Penas que podrían sumar hasta 10 años de cárcel arriesga el párroco de la emblemática iglesia del barrio 18 de septiembre Nuestra Señora de Fátima, Jaime Mauricio Low Cabezas, 32 años, acusado por el fiscal jefe de Punta Arenas, Juan Agustín Meléndez, de dos abusos sexuales y dos estupros en contra de un estudiante de 15 años de edad.
La noticia estalló como una bomba en la residencia del obispo de Punta Arenas, monseñor Bernardo Bastres, cuando ayer, a la una de la mañana, se impuso que detectives de la Brigada de Delitos Sexuales habían llegado a buscar al presbítero, con una orden de detención bajo el brazo emanada del Juzgado de Garantía.
La investigación del fiscal Meléndez fue tan sigilosa que el hermetismo de los resultados recién se pudieron conocer ayer, durante la audiencia del control de detención. El cúmulo de antecedentes que reunió a partir de mediados de enero, cuando la tutora del adolescente (una tía abuela) hizo la denuncia, los guardó secretamente. Los detectives que trabajaron con él estaban advertidos de no "filtrar" ni el más mínimo dato a la prensa. Incluso, cuando en febrero salió de vacaciones les recordó el encargo, porque al regreso no quería encontrarse con sorpresas.
Fue la tutora del menor la que destapó el caso. La mujer comenzó a percibir cambios de comportamiento en el menor, como un fuerte bajón en el rendimiento escolar. A esas alturas se mostraba como un niño muy retraído.
Las sospechas de la mujer iban tomando cada vez más fuerza. Pero hubo un hecho que le colmó la paciencia, cuando a fines de diciembre pasado el menor concurrió al Obispado a un encuentro de jóvenes en el espíritu y no llegaba a casa. Lo fue a buscar y lo encontró en calle Bories, con la cara muy colorada y lo notó muy nervioso. Las evasivas le dieron pie a pensar que algo estaba ocurriendo.
En otra oportunidad, volviendo de los Centro de Vacaciones (Cevas) le hizo algunas preguntas y le pidió el teléfono celular. El niño se ofuscó y el teléfono cayó al suelo. Sería posteriormente la acuciosa revisión de este aparato, por parte de la policía, lo que aclararía las aprensiones de la mujer. Decenas de mensajes de texto dejaron al descubierto la relación de afecto entre el sacerdote y el estudiante abusado.
Un día en que el menor demoraba más de la cuenta en llegar a casa, su tía abuela llamó al Obispado y lo amenazó con comunicarse con la policía sino regresaba de inmediato. "A los pocos minutos ya estaba en casa", declaró la mujer.
Pero las evasivas colmaron a la tutora del menor. Así que a mediados de enero, los antecedentes de su propia indagación la llevaron a interponer la denuncia ante Carabineros. En un comienzo fue personal de la Sección de Investigación Policial (Sip) la que indagó el caso. Pero posteriormente el fiscal Meléndez traspasó los antecedentes a la Brigada de Delitos Sexuales de Investigaciones.
A partir de ese momento iniciaron un seguimiento a todos los movimientos del sacerdote, incluidos los contactos telefónicos y "chateos" con la víctima.
Low y el adolescente establecieron una clave para comunicarse a través del Messenger (programa de mensajería instantánea), y no ser descubiertos. Meléndez leyó un resumen de una extensa lista de contactos, entre el estudiante y el presbítero, todos los cuales dejan al descubierto una relación muy íntima, con confesiones amorosas. Un relato que a ratos estremeció a los asistentes a la audiencia, por lo escabroso del mismo.
El cúmulo de antecedentes llevó al fiscal de la causa a solicitar la detención del sacerdote, orden judicial que se hizo efectiva ayer, a la una de la mañana, cuando personal policial llegó a la residencia del párroco de Fátima, en el barrio 18 de septiembre.

Los Abusos Investigados
La turbia y sórdida historia en la que el sacerdote involucró a su víctima comienzan en los meses de octubre, noviembre y primeros días de diciembre del año pasado.
En esa época el menor, iniciales D.M.H.H., participaba de las actividades de la Pastoral Juvenil, de la cual Low Cabezas era el coordinador general.
"Abusando de la relación de dependencia existente con la víctima, producto de las acciones y encuentros propios de la formación de la fe católica en los jóvenes, mientras ambos se encontraban en el Obispado (calle Fagna-no), aprovechándose de la inexperiencia sexual de la víctima, procedió a besarlo en la boca y tocarle los genitales en reiteradas oportunidades, y en días distintos, para lo cual sacaba al niño de las actividades o esperaba que éstas terminaran", actos que Meléndez calificó de clara connotación sexual.
En otra ocasión, un día en que el Obispado estaba cerrado, el sacerdote lo llevó a las oficinas de la Pastoral Juvenil. Abrió las puertas con sus llaves y estando a solas con él, en el edificio de Fagnano esquina Chiloé, "mediante engaños lo despojó de su ropa, lo toqueteó en todas partes del cuerpo y lo masturbó, luego de lo cual lo besó en la boca", expuso (entre otras cosas) el fiscal.

En la Casa del Propio Obispo
Pero lo más grave vendría tiempo después, según lo terminaría confesando el joven, cuando el sacerdote diocesano cometió el delito de estupro en contra del estudiante (según el artículo 363 del Código Penal, "consiste en el acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, a una persona menor de 18 años, pero mayor de 14; quien ha prestado su consentimiento para dicho acto"), encontrándose en uno de los dormitorios de la casa del padre obispo, Bernardo Bastres, en Balmaceda esquina 21 de Mayo.
En enero de este año, el cura Low volvió a cometer el mismo delito, y nuevamente al interior de la residencia del jefe de la Iglesia Católica en Magallanes, según antecedentes de la investigación policial.
De acuerdo a esto, los primeros dos hechos cons-tituyen el delito de abuso sexual, cometido en una persona mayor de 14 años de edad y en calidad de reiterado. Mientras que los otros dos configuran el delito de estupro reiterado.

Bastres No Sabía
No dejó de llamar la atención que en la declaración que el obispo Bernardo Bastres prestó a la Policía de Investigaciones, el pasado lunes 7 de abril, señalara desconocer los hechos en los que estaba involucrado un subordinado religioso. "No tengo idea de lo que se me consulta", leyó el fiscal en la audiencia.
Sin embargo, en enero de este año, cuando Jaime Low viajó con un grupo de adolescentes de los movimientos Ene (Encuentro de Niños en el Espíritu) y Eje (Encuentro de Jóvenes en el Espíritu) a Puerto Williams, varios fueron interrogados coincidiendo en señalar que notaban nervioso al cura Low lue-go de las llamadas que recibía del padre obispo, informándole que habían interpuesto una denuncia en su contra. Esta situación alteró el trabajo pastoral en la apartada localidad.

Sacerdote a Prisión
La investigación y antecedentes que recogió, además de la pena asig-nada al delito, llevaron al fiscal Juan Agustín Meléndez a solicitar la prisión preventiva para el sacerdote, por considerarlo "un peligro para la seguridad de la sociedad".
El abogado del Obispado, Francisco Cárdenas, se opuso tenazmente a la medida anteponiendo una serie de argumentos, como quejarse de haber sido informados apenas 48 horas antes de la formalización.
Al término de la audiencia de control de detención, una de las más extensas desde la puesta en marcha de la Reforma Procesal Penal, con más de dos horas y media, el juez Juan Olivares Urzúa sopesó el contundente informe que entregó el fiscal y terminó inclinando la balanza en favor de la parte acusadora, otorgando la prisión preventiva.
Paralelamente, al amparo de los antecedentes que se ventilaron en la audiencia, se tendría que abrir una nueva investigación en Porvenir, ya que durante uno de los encuentros pastorales el padre Jaime Low habría incurrido en un abuso sexual.
Pero, como dijo el fiscal Meléndez, eso será materia de otra investigación.
Por una cuestión de estrategia fijada por su defensa particular, el imputado Low Cabezas se acogió al derecho a guardar silencio, por tanto se abstuvo de prestar declaraciones ante el fiscal y ante el mismo juez Olivares que ayer dirigió la audiencia.
El magistrado de garantía estableció un plazo de cuatro meses para el cierre de la investigación.

Tutora del Joven: "¡Qué Se Pudra en la Cárcel!"
Minutos antes de iniciarse la audiencia de control de detención y formalización de cargos, la tía abuela y tutora del menor abusado profirió fuertes críticas al sacerdote Jaime Low, para quien pidió todo el peso de la ley, "porque destruyó mi vida y la de mi familia".
A viva voz preguntó en la sala 4 del Tribunal: "¿cómo recupero al niño y a todos los que están involucrados?"
A la justicia dijo que le pedía el máximo rigor de la ley. "Espero que se pudra en la cárcel", porque así como abusó de un menor dio a entender que pueden haber otras víctimas. Llamó a declarar a todos los que tengan algo que decir. "Sea quien sea, sin importar la investidura. Acá no se salva nadie".
Agradeció la labor y trabajo de la Policía de Investigaciones, gracias a lo cual dijo sentirse muy apoyada, "y por eso hoy creo que existe la justicia y espero que ese individuo (Low) se pudra y se seque en la cárcel, que ni Satanás lo acepte en el infierno".
Las sospechas y antecedentes que reunió durante mucho tiempo la llevaron a estampar la denuncia ante la policía, según señaló.
Instó a otros padres, que estén en la misma situación, a denunciar estos casos porque muchos optan por callar, "y sus hijos viven toda la vida traumados".
"No Quería Que Me Pasara lo Mismo Que a Harex"
De los antecedentes y declaraciones que se escucharon durante la audiencia, el fiscal Juan Meléndez hizo mención de la protección que en algún momento le solicitara el menor quien declinó denunciar lo que le estaba sucediendo, "por temor a que me pase lo mismo que a Harex (Ricardo, alumno de San José desaparecido en octubre de 2001)".
El adolescente admitió a la policía que en dos ocasiones fue abusado por el sacerdote. "Esto fue la primera quincena de diciembre del año pasado, en la pieza que tenía el cura Low en la casa del padre obispo. Después de una tarde de clases, donde llegué caminando y después me fue a dejar a mi casa en su auto".
En su relato a la policía y al fiscal a cargo, hace una completa descripción de la residencia y de los accesos para llegar al segundo piso.
"La segunda vez que me pasó también fue en la casa del obispo y él (Bastres) tampoco estaba. Recuerdo que había una señora haciendo el aseo en el primer piso y el cura me dijo que subiera rápido y en silencio".

"Por Algo Dios Te Puso en Mi Camino"
En una ocasión, cuando estaban en una reunión en el Obispado eligiendo los cargos junto a los coordinadores, "se me acercó Low y me dijo: ‘por algo Dios te puso en mi camino".
Posteriormente, un día le preguntó si quería ser cura por la vocación que veía en él al asistir al E.L.E. (Encuentro de Lolos en el Espíritu) "Yo le contesté que no lo había pensado nunca, y me aconsejó que sería bueno para estar más cerca de Dios. Además, me señaló algo que me pareció bastante extraño: "en esto (el sacerdocio) se trabaja poco y se gana mucha plata".
A la psicóloga que lo examinó, el joven le reiteró los temores que tenía.
En el informe, la profesional refiere todo lo ocurrido al menor, a partir de las pericias sicológicas y entrevistas, logrando establecer los hechos que ahora son materia de la investigación, como las tocaciones y el estupro.
Low nunca lo amenazó, pero sí le pidió que borrara toda evidencia, como las comunicaciones que ambos establecían vía Messenger o escritos.
"Yo he llorado mucho con esto, y he tenido problemas con mi familia. Ahora que dije la verdad duermo en paz. Antes tenía pesadillas con el cura y bajé mis notas. Estoy muy asustado porque voy a un colegio salesiano y me puede pasar lo mismo que a Harex (Ricardo). No soy rencoroso, pero como me dejó mal espero que le toque lo que corresponde por ley. Soy católico y no es culpa de Dios lo que haya pasado con un cura", concluye la declaración prestada a la psicóloga.
[10 de abril de 2008]
prensa austral]

1 comentario:

Ivan Gonzalez dijo...

El llamado proceso de cristo se desenvolvió en dos juicios; el religioso o judío ante el sanedrín y el político ante Poncio Pilatos, gobernador de Judea. Por consiguiente el primero se debió regir por la ley judía y el segundo por la ley romana.
De dicho proceso hubo condena sin delito, pues el juez que la impuso, Poncio Pilatos, lo creó. Asimismo no se respetaron las reglas procesales del derecho penal romano en el que se permitía la homologación de las sentencias que pronunciaran los tribunales locales en la que se aplicara la pena de muerte, buscando siempre la revisión del proceso correspondiente y se podría negar la misma cuando se encontraran fallas graves en el proceso, como ocurrió en el sanedrín.
Es evidente que Jesús fue víctima de dos sistemas jurídicos, en cuyos respectivos casos, se violaron las normas procesales más elementales y en evidencia se transgredieron los derechos fundamentales que el acusado tendría para su defensa.
Jesús fue sentenciado por delitos que no cometió y pocas veces podemos estar en presencia de circunstancias tan especiales en las cuáles, los intereses, las ambiciones, los temores a la figura del salvador llevaron al hombre de su tiempo a cometer un verdadero crimen.
El derecho funda su actuar en el sentido de justicia, y en la figura del hijo de Dios el derecho se utilizó en beneficio de las clases privilegiadas de su tiempo e intereses perversos y sabemos que esto es algo de lo que el hombre a lo largo de los tiempos siempre se ha arrepentido.
Pues bien, casi 2000 años mas tarde, en nuestra ciudad estamos asistiendo a un nuevo juicio, pero ahora de un seguidor del Maestro Jesús, me refiero al Padre Jaime Low Cabezas. El ha sido acusado de un delito deleznable.

También esta sometido a dos procesos; primero al de un poder del estado que actúa de acuerdo a las leyes establecidas en nuestra nación y paralelamente se esta siguiendo un juicio público, popular, que alentado por los medios de prensa ha logrado y establecido hacer un festín comunicacional en el cual ya se dicto sentencia condenatoria.

¿ Somos tan pequeños los seres humanos que no podemos otorgar el beneficio de la duda ?. Aún el Padre Jaime no ha hablado, no ha dicho palabra alguna respecto de las imputaciones presentadas en su contra. ¿ Somos tan perfectos y casi celestiales ?. Cuanta facilidad de palabras fluye de nuestras bocas cuando hablamos de la moral ajena, ¿ Estamos todos libres de pecado como para lanzar la primera piedra..?.

Los que conocemos al Padre Jaime tenemos la obligación fraternal, ética y moral de esperar que la Justicia Institucional haga su trabajo. Debemos unirnos en una gran oración y pedir a Dios que la verdad prevalezca, que se ilumine a acusadores, defensores, ofensores y ofendidos. No hagamos justicia sin verdad absoluta.

Ivan Gonzalez R.