17 agosto 2007

bombero acusado de abusos

[Nacimiento] Luego de denuncias de tres mujeres fue apartado provisionalmente de su cargo. Acusan de abuso sexual a jefe bomberil nacimentano.
Tres son las supuestas hostigadas por el ex concejal Víctor Campos Riquelme, un reconocido hombre de radio en la comuna forestoindustrial, y que inclusive se postuló como alcalde en las elecciones pasadas. Al menos una de las situaciones es investigada por el Ministerio Público. El acusado señala que es una acción en su contra con un fin político y ansias de poder.
"Yo a Víctor Campos se podría decir que lo formé como bombero. Él siempre reconocía eso, pero no puedo decir otra cosa que ‘este señor metió las patas hasta el fondo', y ya le hizo un daño tremendo a la institución". Más claras que las palabras de Mario Higuera, el hoy superintendente de Bomberos de Nacimiento para referirse a la situación que enfrenta su antecesor en el cargo, difícil.
El actual mandamás de los "caballeros del fuego" de esa localidad- y quien hace un mes atrás era el segundo a bordo- no tiene empacho en entregar su opinión luego que una "bomba" explotara hace poco más de un mes en la apacible zona, propagando sus efectos, como el mismo Higuera reconoce, "mucho más allá de los límites que hubiéramos deseado". Mucho más allá del principal protagonista de esta historia: El ex concejal Víctor Campos Riquelme.
El escenario es el siguiente: Tres mujeres, dos de ellas ex operadoras de la central de Bomberos, acusaron por escrito ante el directorio de la institución que Campos las acosaba e, incluso, que éste habría abusado sexualmente de ellas, mientras se desempeñó en la testera bomberil.
De acuerdo a los testimonios reafirmados personalmente en "La Tribuna" por una de las ex telefonistas, Clemira Burdiles Vargas; y por Maritza Cabezas Muñoz, quien se desempeñaba hace algunos meses como empleada doméstica en la casa de una de las hijas de Campos, él pretendió aprovecharse de su posición de poder, sometiéndolas a continuas presiones a las supuestas afectadas para obtener favores de carácter sexual a cambio de beneficios laborales. La otra operadora presuntamente hostigada, Alejandra Muñoz Muñoz, habría desistido de continuar con algún tipo de acción porque el funcionario del Ministerio Público de esa comuna "no le quiso tomar su declaración", manifiestan las restantes acusadoras.
En la Fiscalía consta por lo menos la denuncia por abusos sexuales estampada por Maritza Cabezas, aunque el tema aún no ha sido investigado formalmente y no existe formulación de cargos en contra del indicado como responsable de estas acciones.
En cuanto al ámbito netamente institucional, Higuera se pronunció aclarando que los hechos llegaron a su conocimiento sólo en junio pasado, sorprendiéndolo ingratamente. Las propias denunciantes le expresaron las circunstancias en que se produjeron.
"En ese momento les expliqué que lo que tuvieran que decir lo hicieran a través de una carta, y les advertí que la situación iba a ser expuesta ante el directorio, con todo lo que eso podría significar para ellas. Ellas llegaron con las cartas a los pocos días, en la segunda semana de junio".
Según el vice superintendente de ese entonces, tras recibir las misivas y exponerlas ante el Directorio General, compuesto por el Comandante de Bomberos, el Secretario General y los directores de las cinco compañías, se decidió a hablar con el denunciado, quien negó en todos los términos las graves imputaciones en su contra.
Siguiendo con el procedimiento establecido en el reglamento, Campos fue citado en dos ocasiones ante el Comité Superior de Disciplina (la última de ellas, el 30 de junio), con la finalidad de que ante esa instancia conformada por los siete miembros más antiguos de la institución, el acusado presentara sus descargos y, eventualmente, se enfrentara a un careo con sus denunciantes.
"Lo citamos y no se presentó, entonces tomamos la determinación de alejarlo definitivamente del cargo, lo que se materializó durante la primera semana de julio. Él alega que hubo arbitrariedad (en la decisión), pero nosotros nos regimos de acuerdo a nuestro propio estatuto y las oportunidades se le dieron. Desde el 7 de julio, él ya no tiene nada que ver con la superintendencia", asegura el actual titular, quien reconoce que este hecho "ha manchado" el nombre de Bomberos.
"Esto es un tema particular, pero nos afecta… Nos costará recobrar la confianza de la gente", reflexiona.

Ansias de Poder
"Es un gran mentira, puh, mi guacho", dice para comenzar su defensa el aludido como protagonista de estos hechos. Junto con negar tajantemente lo expuesto por las mujeres, aseguró que recuperará en "los próximos días" su cargo, luego que presentara un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones. El documento, expresó, ya fue acogido a tramitación el pasado 8 de agosto.
"Tengo una demanda contra todos aquellos que resulten responsables de injurias y calumnias", amenazó, afirmando que "esto se debe a ansias de poder", cuya responsabilidad corresponde a personas que "querían manchar mi carrera política (…) quizás con pagos de por medio, en realidad no sé".
Confiado, Campos asegura que las declaraciones de las presuntas acosadas y/o abusadas no tendrán ningún destino, puesto que "ni aquí fueron pescadas. Todos ya se dieron cuenta que se trata de una maniobra para perjudicar la imagen de una persona que ha sido intachable en 38 años de servicio a la institución".
El ex mandamás de Bomberos subraya que las cartas llevadas ante el Directorio General carecen de peso, "no dicen nada", por lo cual insiste en un supuesto "complot" en su contra, el cual se habría originado en las propias filas bomberiles, por "envidias" contra su persona.
Respecto de porqué no acudió para responder las imputaciones cuando fue citado ante el Comité Superior de Disciplina, se justificó explicando que la comunicación no se hizo de manera formal, es decir, no le llegó documento alguno o carta certificada que lo obligara a presentarse ante esa instancia interna.

La Nana
Maritza Cabezas vivió, según asegura, una muy ingrata experiencia mientras trabajaba en la casa de una de las hijas del ex superintendente, entre el 3 de mayo y el 20 junio de este año.
"Yo entré a trabajar el 3 de mayo en la casa de su hija Catherine. A este señor yo lo conocía de antes, porque es un personaje público de Nacimiento. Por sus candidaturas a alcalde, cuando fue concejal; o sea, yo ya había tenido contacto con él.
Él conocía a mi familia, a mis hijos. Siempre iba a visitar sus nietos a la casa. Son tres nietos: Uno de once, uno de tres y una guagua de un año. Iba con su esposa siempre, o si no, estaba llamando por teléfono para la casa, cuando yo estaba sola, con las niñas chicas, llamando y preguntando cómo estaban las niñas".
Según su relato, el día 11 de junio Campos habría llegado intempestivamente, mientras ella preparaba el almuerzo de los niños.
"Cuando en eso tocan la puerta, yo voy a abrir, y era este señor pues. Yo le dije ‘buenas tardes' y además le dije, ‘su nieta Isidora ya se fue', a lo que él respondió, ‘ah, ya pues'. Se quedó sentado calentándose en una estufa mientras yo fui a almorzar. Habrán pasado 3 a 4 minutos, cuando él me dice ‘señora Jacquelin, venga'. Yo salgo de la puerta de la cocina, cuando él se me va encima. Yo siempre trabajo con buzo y zapatillas, y este caballero llega y me agarra y me… No sé cómo me introdujo su mano en medio de mi pantalón. Ahí yo me zafé de él, y me empezó tocar para arriba, y a besarme, yo me zafaba de él. Yo le dije ‘sinvergüenza, no le da vergüenza estar haciendo esto. Y me dijo ‘para que no te dé vergüenza presta tu mano'. Yo no me había dado cuenta… Él tenía sus genitales descubiertos".
La mujer añade que tras ello fue hasta la cocina, sacó la guagua del coche y amenazó al presunto agresor con un grueso cuchillo, hasta que logró que se fuera.
Pese a que siguió trabajando por algún tiempo en ese hogar, recuerda que cada noche pensaba en lo vivido, y cada vez le costaba más conciliar el sueño. Pensaba en contárselo a sus cuatro hijos –con quienes vive-, pero temía que éstos, por ser hombres, quizás no le creyeran.
"Yo tengo mis dos hijos mayores, de 19 y 17 años, que son Bomberos, pertenecen a la Segunda Compañía. Llegan un día en la tarde los dos, y me dicen: ‘Mamá, sabís que está la tendalá en el cuartel, por que el súper está acusado de acoso sexual con una de las tías (ellos siempre le dicen tías a las telefonistas). Yo pensaba y pensaba, y al otro día me decidí. Mandé a acostar a los más chicos (uno de 15 años y el otro de 10) y a los dos mayores les pedí que se sentaran conmigo a la estufa, y les dije: ‘Hijos, les tengo que decir algo… Y ahí yo les dije todo'. Ellos me dijeron, ‘mamá, esto no se va a quedar así, nosotros somos sus hijos y nosotros vamos a sacar la cara por usted, no porque uno tenga necesidades económicas, un hombre de plata la va a pasar a llevar", manifiesta entre lágrimas.
"Yo ya no fui más a trabajar, y la hija (de Campos) me iba a buscar a la casa. Yo le decía que sí, que sí; luego, le decía que no, que tenía problemas, y así fue que hasta un día no fui más. Mi hijo mayor me contactó con la señora Clemira, conversamos las dos, y yo fui a hacer la denuncia a la fiscalía. Allí me dijeron que era caso perdido, que no podían hacer nada, por que él es un personaje público, por que era mi palabra contra la de él, y como yo no tengo testigos, no tengo evidencias", se lamenta, esperando alguna respuesta.

La Operadora Telefónica
Clemira Burdiles ingresó a trabajar como telefonista en la central de Bomberos en noviembre de 2006, y estuvo allí hasta junio de este año. Entró con un contrato a plazo fijo, y el que éste se transformara en indefinido dependía de que "accediera a las peticiones" de su jefe, aseveró.
"Las propuestas eran directas, por que él me manipulaba en el trabajo, y cuando me venía a Los Angeles con él. Era tan vulgar que me lo decía de la puerta, o sea, él me proponía que me viniera a acostar con él aquí a Los Angeles, me lo decía así de directo. Por eso digo que era tan vulgar, más aún que uno es mujer, y que te manipulen con el contrato de trabajo así".
Lo descrito, testimonia la mujer, comenzó a ocurrir tras más o menos dos semanas de desempeño como operadora en la central, en donde laboraba en distintos turnos, de ocho horas cada uno.
"Yo decidí mandar una carta al Directorio del Cuerpo de Bomberos cuando los acosos de este señor fueron mucho más directos, con otras insinuaciones, con agarrones. Muchas veces intentó besarme en la central (…) yo siempre me mantuve a cuidado con los niños que son aspirantes al Cuerpo de Bomberos, siempre estuve con ellos, que no me dejaran sola, tratando de que las chicas bomberas, y los aspirantes estuvieran conmigo. Ellos no sabían de esta situación".
El tema no dio para más, según apunta, cuando un día Campos la habría llamado hasta su oficina.
"Me llamó para que le llevara un lápiz (…) Me dirijo a la oficina, que quedaba bien al fondo, llego, golpeo la puerta, entro y él no estaba en su sillón, en donde se sentaba siempre. Cierro la puerta y me doy cuenta que él estaba escondido detrás de ella, y se lanza sobre mí a agarrarme los senos, y a manosearme. Yo en ese momento reaccioné, lo tiré al suelo, y le dije cosas que me tenía guardada, lo insulté: ‘Le dije degenerado, ridículo, todo ese tipo de cosas, o sea, lo traté mal'. En ese momento volví a mi oficina, y me dije que esto no podía quedarse así, por la manipulación de esto, por la falta de respeto. Así, Clemira entregó una carta al director en junio. De acuerdo a su versión, en ese tiempo el superintendente se mostraba indiferente frente a la situación, pero un día la convocó otra vez a su despacho.
"Por el teléfono este caballero me dijo ‘Clemira, venga necesito conversar con usted'. Bueno, dejé una persona encargada, y fui pues, a conversar con él, y me dijo ‘retire esta carta tiene, contrato definido, ¿cuánta plata necesita?' Yo lo miré, y le dije: ‘Don Víctor, yo no necesito plata, sólo quiero mi sueldo y quiero trabajar tranquila'. Yo a él le dije muchas veces que quería trabajar tranquila, que quiero estar tranquila, que soy una señora con hijos, dueña de casa, y merezco respeto como cualquier otra persona".
Ante su postura, el ex superintendente se habría mostrado absolutamente "insensible", señalándole que nadie creería en sus dichos. Clemira aún no ha vuelto a trabajar en la institución y la razón de esto, en boca del superintendente actual, es que "se esperará que se aclare lo que ocurrió realmente antes de tomar una decisión en ese sentido".
[17 de agosto de 2007]
la tribuna]

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